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ZOOT SUIT. Tin Tan y los otros pachucos…

El 27 de noviembre de 1943, el Diario fílmico mexicano, publicaba: “Para que todo estuviera completito en el hotelazo de verano que queda por las inmediaciones de los Estudios Azteca ha llegado un elemento más a engrosar las filas del estimable reparto de esta película… un individuo de facha estrafalaria, vestido al más puro estilo de Los, es decir, de Los Ángeles, y mascando un idioma al que él llamaba tatacha…Dio su nombre el pachuco: Me llamo Tin Tan o Germán Valdés, carnal. Ando rolando en busca de un chantre ¿ves?”… Pocos días antes, Germán Valdés y Marcelo Chávez fueron contratados para actuar en el cabaret Follies y en el afamado centro nocturno El Patio. A Vicente Miranda, dueño de El Patio, se le ocurrió invitar al cineasta de origen cubano, René Cardona para que fuera testigo de la extravagante comicidad de Tin Tan, de quien tanto se hablaba en ese momento.

Cardona quedó tan impresionado con Tin Tan, que le ofrece una intervención especial en la película que acababa de terminar: Hotel de verano. Germán cobró 350 pesos y consiguió imponer a Marcelo… y, el citado texto del Diario fílmico mexicano concluía: “… el pachuco se puso a armar una zapateta con la guitarra, cantando al estilo South Western, crooner y se hizo simpático platicando el episodio que les dio con tubo a dos marinolas…”.

Zoot Suit/Fiebre latina (1981, dir. Luis Valdez)

La referencia a los “dos marinolas” resulta fundamental, ya que conecta a Tin Tan con el afamado homicidio de un joven de origen mexicano en Sleepy Lagoon en 1942 y las violentísimas revueltas de Los Ángeles documentadas en el filme Zoot Suit/Fiebre latina (1981) del realizador chicano Luis Valdez sobre los “Disturbios del Zoot Suit”, una escalada de violencia intermitente ocurrida entre junio y agosto de 1943 en varias ciudades estadunidenses, particularmente en Los Ángeles, acaecida en contra de aquellos que portaban la vestimenta pachuca y/o el zoot suit emblemático de colores muy vivos, con estrafalarios y amplísimos pantalones de pronunciadas valencianas que empezaban a la altura del pecho, gruesos tirantes, saco holgado con grandes hombreras y solapas, zapatos bicolor, una larga cadena de reloj de bolsillo atada al pantalón, un exagerado corbatón al igual que su sombrero de ala ancha con pluma de pavorreal.

Aquellos despiadados actos xenófobos surgieron de las tensiones raciales durante el desplazamiento de tropas en plena segunda guerra mundial, cuyas bases se encontraban cercanas a barrios latinos en Los Ángeles, y a los acontecimientos ocurridos en agosto de 1942 en Sleepy Lagoon, un embalse junto al río angelino frecuentado por jóvenes mexicanos-estadunidenses. José Gallardo Díaz, joven chicano que había acudido la noche anterior a una fiesta, acompañado de sus amigos, Luis Cito Vargas y Andrew Torres, fueron confrontados por una pandilla chicana de la calle 38, con el fin de vengar la paliza a uno de los suyos.

Gallardo fue encontrado inconsciente, con dos puñaladas, fractura craneal y más tarde falleció. La policía arrestó a 17 chicos de origen mexicano. Sin pruebas suficientes fueron encarcelados sin derecho a fianza y acusados del homicidio. En el juicio celebrado en enero de 1943, a 12 de ellos se les imputó asesinato en segundo grado y sentencia en San Quentin, los otros fueron procesados por delitos menores. No obstante, las condenas serían revocadas en 1944.

Los acontecimientos de Sleepy Lagoon, motivaron una persecución étnica en la que se hablaba de crímenes provocadas por mexicanos. A su vez, la potente influencia que generaba el movimiento chicano y los zoot suiters, fue el pretexto para denigrar ese nuevo estilo cultural que llamaba la atención incluso de las chicas gringas fascinadas con esas jóvenes mexicanas-estadunidenses como signo de feminismo, con su colorido estilo de ropa, peinados extravagantes y bailes. De ahí, la campaña de desprestigio contra los jóvenes chicanos y su sed sanguinaria proveniente supuestamente de sus raíces aztecas como se llegó a expresar durante los juicios.

Lo anterior, es el punto de partida de la vigorosa puesta en escena de 1979 Zoot Suit escrita y montada por Luis Valdez con su Teatro Campesino, trasladada al cine por el propio autor en 1981, bajo el título de Zoot Suit/ Fiebre latina, protagonizada por Edward James Olmos como El Pachuco, Daniel Valdez como Henry Reyna, Tyne Daly en el papel de la defensora social Alice Bloomfield, Charles Aidman como el abogado de oficio George Shearer y Tony Plana como Rudy, hermano menor de Henry, entre otros. Realizada en menos de dos semanas y con un presupuesto irrisorio, el filme de Valdez no sólo es una entretenida recreación de los filmes musicales de los años cuarenta y los relatos sociales de jóvenes pandilleros y su purgatorio por los racistas sistemas penitenciarios, sino una sensible reflexión sobre la brutalidad ejercida contra las minorías en Estados Unidos en ese contexto.

Luis Valdez aprovecha al máximo esa pobreza de medios, incluso integra escenas de la obra y del recinto teatral con todo y espectadores, reconstruyendo en el mismo escenario las diversas locaciones. No solo eso, el carisma de sus protagonistas es innegable: el joven Reyna, por ejemplo, que encarna Daniel Valdez hermano menor del realizador y responsable de varios de los singulares temas musicales, junto con otros, compuestos por Lalo Guerrero, incluyendo la interpretación de Sleepy Lagoon a cargo de Harry James y su orquesta. Y sobre todo, los poderosos bailables montados por la coreógrafa Patricia Birch, creadora de los números musicales de Vaselina (1978). Sin faltar la presencia del sombrío pachuco caracterizado por Olmos, que representa lo peor y lo mejor de ese estilo de vida que de algún modo encarnó Germán Valdés Tin Tan en sus inicios, incluso años antes del caso de Sleepy Lagoon y las revueltas angelinas.