03 · 12 · 25 Raquel Rojas, Janet Riesenfeld o Janet Alcoriza: actriz y guionista Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Rafael Aviña Actriz en sus inicios y, poco después, la mayor argumentista del mejor cine artesanal de la época dorada de nuestra cinematografía —con más de cincuenta guiones realizados —, la española-austriaca-estadunidense naturalizada mexicana Janet Riesenfeld o Raquel Rojas (1918-1998) fue conocida como Janet Alcoriza luego de tomar el apellido de su marido el cineasta Luis Alcoriza. Tanto ella como su pareja, se abrieron paso como actores en nuestro país y pocos años después emprenderían con éxito juntos o por separado la labor de guionistas. Así, luego de un brevísimo papel en Una luz en mi camino (1938), la joven bailarina de flamenco Raquel Rojas era lanzada como incipiente estrella al lado de David Silva en Café Concordia (1939) y conseguía su primer estelar con la máxima figura del momento, Jorge Negrete, en Cuando viajan las estrellas en 1942. Ese mismo año interpretaba a Lady Winter en la parodia de Cantinflas de Los tres mosqueteros, seguida de dos curiosas cintas que trataban el tema de la Segunda Guerra Mundial en el año de 1943: Soy puro mexicano, de Emilio “Indio” Fernández, y Espionaje en el golfo, de Rolando Aguilar. Janet Alcoriza | FOTO: Cineteca Nacional Es justo en 1944 cuando Janet Riesenfeld, bajo el seudónimo de Raquel Rojas, recibe su primera oportunidad como guionista en la cinta de ambiente taurino La hora de la verdad, de Norman Foster, con Ricardo Montalbán y Virginia Serret. El mismo Foster daría cabida al matrimonio Alcoriza para el guión de El ahijado de la muerte (1946), con Jorge Negrete; Una extraña mujer (1946), Nocturno de amor (1947), con Miroslava; Flor de caña (1948), con Maritoña Pons; La liga de las muchachas (1949) y otros relatos donde Janet tuvo oportunidad de pulir un estilo sencillo, eficaz y divertido.Para 1949 Janet y Luis adaptan El gran calavera de Luis Buñuel y ella repetiría con éste en La hija del engaño. A partir de entonces, Janet desarrollaría una gran habilidad para mezclar ambientes rurales e historias urbanas como sucede en la estupenda Tú solo tu (1949) con Luis Aguilar y Rosita Quintana. Si bien realizó argumentos dramáticos como El toro negro (1960), intrigante relato sobre un picador que pretende convertirse en gran torero, su mejor trabajo puede rastrearse en el género de la comedia: Yo quiero ser hombre (1949), con Alma Rosa Aguirre y Abel Salazar; El siete machos (1950), con Cantinflas; La isla de las mujeres (1952), con Germán Valdés Tin Tan, o El inocente (1955), con Pedro Infante y Silvia Pinal.En 1954 Pedro Infante protagoniza La vida no vale nada, de Rogelio A. González, con argumento del matrimonio Alcoriza, película fundamental en su carrera, ya que obtendría el Ariel de Oro a la Mejor Actuación, encarnando a un empobrecido provinciano que vaga en la capital desempeñando varios oficios y desechando amores. FOTO: Cineteca Nacional En 1960, a partir de su ópera prima, Los jóvenes, Luis Alcoriza desplegará una nutrida obra como realizador en esa década de los sesenta. Lo más curioso, es que Janet realizará una enorme labor como argumentista y adaptadora en esos mismos años. Tan sólo en solitario participaría en 15 películas más ¬–otras tres en compañía de su marido–, incluyendo El gángster (1964), dirigida por el propio Luis. La nota discordante es que ese amplio trabajo como guionista sería para apuntalar con alfileres esa endeble industria fílmica dedicada por lo general a repetir las fórmulas más trilladas o a lanzar las carreras de cantantes de moda, entre ellos, ídolos juveniles como Alberto Vázquez, Enrique Guzmán, Angélica María y otros.Ocupada en apoyar a su marido en esa imparable vorágine de producciones que él empezaba a dirigir (Los jóvenes, Tlayucan, Tiburoneros, Amor y sexo, El gángster), regresó al trabajo argumental hasta 1964 con la comedia Mi héroe, de Gilberto Martínez Solares, protagonizada por Angélica María y Julio Alemán. Otro par de historias (casi) juveniles a cargo de Janet en 1969, fueron: Paula, lágrimas del primer amor, protagonizada por Julissa, José Alonso, Macaria, Susana Salvat y Abel Salazar, realizador del filme, con la breve aparición del cantante José José, y Un amante anda suelto, de Rubén Galindo, para lucimiento de Alberto Vázquez, Zulma Faiad y Fernando Luján.En 1977, a sus casi sesenta años –es decir aún joven, aunque no para la industria fílmica de aquel momento– y ya instalada en su casa de Cuernavaca, Morelos, que compartía con su marido, Janet Riesenfeld, o Raquel Rojas, o Janet Alcoriza, firmaba su último trabajo: el número 57 como escritora y narradora de cine. Se trataba del guión de la película de aventuras familiares El niño y el tiburón, filmada en Ixtapa-Zihuatanejo, y dirigida por Raúl de Anda hijo, escrita por éste y por su hermano Gilberto de Anda, Genaro Hurtado y la propia Janet Alcoriza, la guionista y argumentista más prolífica de nuestra cinematografía.