06 · 09 · 22 Postura, puntualidad y penitencia: EL HOYO EN LA CERCA, una crítica al adoctrinamiento Share with twitter Share with facebook Share with mail Copy to clipboard Gabriela Martínez El exclusivo campamento "Los Pinos" en Alpinia y Santa Cruz Otlata, Puebla, es el escenario de El hoyo en la cerca (2021), una historia de terror que hace una crítica al adoctrinamiento de los círculos más privilegiados de la sociedad mexicana. Dirigida por Joaquín del Paso, El hoyo en la cerca obtuvo la Pirámide de Oro, premio al Mejor Largometraje otorgado por el Festival de El Cairo, y le otorgó a Alfonso Herrera Salcedo, director de fotografía de la cinta, el Bisato Award a Mejor Fotografía en Festival Internacional de Venecia en 2021. "Yo quiero lanzar una luz crítica a un sistema educativo que, de la mano de la religión católica, tiene como objetivo reforzar estructuras de poder establecidas, ideadas para crear barreras psicológicas entre las personas", declaró del Paso durante la presentación de la película a su paso por el 19° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). A partir del 9 de junio, El hoyo en la cerca llegará a las salas de cine del país, es por eso que el FICM tuvo la oportunidad de platicar con el director Joaquín del Paso, quien nos habló del proceso de realización de la película y la importancia de señalar el uso del miedo y la polarización como herramientas de control. FICM: ¿De dónde surgió la idea de hacer esta película? Joaquín del Paso: El hoyo en la cerca viene de varias memorias de un año específico en mi vida, ya que asistí a una escuela similar a la que se plantea en la película y a partir de lo que viví ese año decidí hacer una película de ficción que retratara ese mundo, esa problemática y situarla al día de hoy. FICM: ¿Cómo fue el proceso de producción para desarrollar la película, a qué retos te enfrentaste? JP: Yo creo que como con cualquier otra película. No es fácil hacer cine, pero creo que fue una muy buena experiencia haber trabajado con 35 jóvenes con muy buena energía, además de que trabajé con un gran equipo técnico. Fue una excelente experiencia. FICM: A lo largo del tiempo, muchos directores han dicho que a veces es complicado trabajar con actores tan jóvenes y con poca experiencia, ¿para ti cómo fue trabajar con ellos? JP: Yo creo que lo más importante fue darle su lugar a cada uno de ellos, tratarlos como profesionales y escuchar sus opiniones alrededor de la película y del rodaje, de todas las situaciones en realidad. Algo que noté es que se escucha muy poco la opinión de los adolescentes, pero cuando los pones en un lugar más justo y pones atención a lo que ellos tienen que decir, les haces parte del proceso. Trabajar con ellos se vuelve algo bastante sencillo. Más que un trabajo de “maestro” o con fricciones, en realidad fue una colaboración muy bonita; todos hicimos la película juntos, ellos construyeron a sus personajes, yo nada más los impulsé para que lograran desarrollar su imaginación y lograran entrar de lleno a la ficción. FICM: ¿Qué comentarios recibiste por parte de los actores respecto a las temáticas que toca la película? JP: Son temáticas que ellos mismos viven día a día. Creo que la película aborda temas que vivimos todos día con día. Obviamente interpretarlas desde dentro era algo bastante complicado para ellos porque en realidad ellos son grandes personas y están, afortunadamente, alejados de un contexto opresivo e interpretar a estos jóvenes que sin saberlo están siendo manipulados, fue algo muy interesante pero no tan difícil, pues es algo con lo que ellos conviven, tal vez no en su entorno inmediato, pero sí fuera de él, a nivel social. Todas estas escuelas religiosas y privadas, se mezclan. Cuando iba a la escuela, te mezclabas con otros chicos de otros colegios en las fiestas los fines de semana, por ejemplo, y es ahí donde ellos pudieron identificar muy bien de qué tipo de alumnos y escuelas estábamos hablando en la película. FICM: La película fue premiada con el máximo galardón en el Festival del Cairo y ahí Emir Kusturika dijo algo con respecto a “esta exploración que hace la película sobre la polarización social”, ¿has recibido comentarios como este por parte de personas ajenas a la sociedad mexicana, qué te han dicho? JP: La película plantea un tema universal. Creo que la historia del siglo XX nos ha enseñado muy bien, gracias a sus grandes conflictos, que a través del miedo se puede manipular la forma de pensar de la gente, además la ideología de las personas es muy moldeable. Otra cosa es que la polarización es una herramienta muy peligrosa que ha llevado a consecuencias muy graves. Vivimos en un mundo altamente polarizado ideológicamente, donde las redes sociales han jugado un papel importante y en casos muy específicos, como el nuestro. Tenemos un gobierno que se empeña en polarizar a la sociedad. FICM: El hoyo en la cerca fue premiada por la fotografía de Alfonso Herrera Salcedo, algo que da una sensación de universalidad, ¿cómo se creó el concepto de la estética visual de esta película? JP: Yo estaba interesado en hacer una película que retratara el horror social bajo la luz del día, bajo una luz cálida y brillante, con un paisaje muy armónico. Intenté generar el terror dentro de un paisaje que pareciera idílico, entonces la construcción de todo lo que se ve en la película, la forma en que fue fotografiada, tenía mucho que ver con ese concepto y también gran parte de la forma en que se ve la película fue dictada por la misma naturaleza de cómo se filmó: los 35 actores siempre en el cuadro, la dinámica incontrolable de sus acciones, determinó que la forma de filmar fuera muy intuitiva, al momento, intentando capturar la esencia de su comportamiento, más allá de ponerlos a ellos bajo una serie de marcos y reglas, que los limitara, fue totalmente lo opuesto. FICM: El hoyo en la cerca es una coproducción México-Polonia, ¿cómo se da esta colaboración? JP: Estudié cine en Polonia y tengo muchos vínculos amistosos y profesionales allá. Para mi fue sencillo incluir técnicos y artistas polacos, pues en Maquinaria Panamericana (2016) ya había tenido la oportunidad de tener un equipo técnico y artístico bastante internacional. Esta película no es la excepción, creo que aquí es más evidente, porque pienso que el cine es un lenguaje universal, se puede hacer con gente de diferentes países, siempre y cuando haya por lo menos una lengua en común. El poder introducir visiones de otros países, en este caso Polonia y toda su tradición cinematográfica, enriquece muchísimo el proceso, hace que la película se vuelva única, que te alejes de los lugares comunes más rápido y al final lo más importante es darle al espectador imágenes que no haya visto antes. Creo que ese es el objetivo de cualquier director. De hecho en la película participa Jacek Poniedzialek, un actor bastante popular en Polonia, muy activo y curiosamente vino a México como un total desconocido, se metió a la dinámica totalmente libre, improvisada de la filmación. Esto le ayudó mucho a interpretar el papel del Profesor Sztuhr, un hombre callado, frío y calculador que casi siempre estaba un poco aislado de los niños. Fue perfecto, de hecho él no sabe hablar español y tuvo que aprender todos sus diálogos de memoria, lo cual habla de que es muy buen actor. FICM: ¿Qué cineastas tienen influencia en esta película? JP: Me gusta mucho el cine de Luis Buñuel, también me gusta mucho la película El señor de las moscas (1963) de Peter Brook, esa fue una gran influencia por la forma en que fue realizada. También me gusta el cine coral, el cine que habla del colectivo. Ahora que Ruben Östlund ganó la Palma de Oro en Cannes, creo que una película que me gusta mucho de él es Play (2011), que precisamente habla de un grupo de niños en Suecia que son torturados psicológicamente por otro grupo de niños de otro estrato socioeconómico y ese análisis de los adolescentes, de los niños me gustaba mucho.