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Archibaldo Burns, EL REVENTÓN y el desconocido Jesús Camacho Morelos

En nuestro cine, particularmente en el periodo de los años setenta, abundan títulos y novelas desestimadas e inexploradas como sucede con El reventón (1975), primer filme industrial del muy estimado y escasamente valorado Archibaldo Burns, inspirada en la también atrayente y poco conocida novela Cuando los perros viajan a Cuernavaca, “novela que dispara hacia la ruta sexual”, escrita por Jesús Camacho Morelos en 1967, cuya portada a tres tintas: roja, amarilla y gris, mostraba a la hermosa Chica Musical de 89.7 FM, estación de la juventud de aquel momento.

El reventón (1975, dir. Archibaldo Burns)

Camacho Morelos, narrador, poeta, periodista, ilustrador y artista plástico, nació en la Ciudad de México el 18 de febrero de 1943 y colaboró como articulista en periódicos de circulación nacional como: El Heraldo de México, Excélsior y Novedades. Publicó cuento: Champiñones alucinantes (1969), crónica novelada: Pandemónium d. f., crónica del pecado en el Distrito Federal (1965), novela: La bicicleta embarazada (1977), La loción del cariño de papá (1988), El perfume del cariño de mamá (1992), Si te lleva el diablo, que te lleve en Cadillac (1995) y poesía: El paraíso de los cuerpos; poemas (1973),Yo te amo, Liza Minelli (1975); todos bajo el sello de la excepcional Editorial Diana hoy desaparecida y Se gratificará espléndidamente (1982).

En la contraportada de la quinta reimpresión en 1971 de su novela más difundida: Cuando los perros viajan a Cuernavaca, puede leerse: “es el alucinante título de una novela que narra las divertidas y trágicas peripecias de un gigolo ingenuo víctima de su propia liberalidad en el aspecto sexual. El escritor trata con evidente talento la trascendencia de las relaciones prematrimoniales en una faceta viral para los pueblos latinos: la virginidad”.

La curiosa adaptación  cinematográfica de Cuando los perros viajan a Cuernavaca casi nada tiene que ver con la trama de Camacho Morelos y sin embargo rescata la esencia del libro, a la que el director y guionista Archibaldo Burns le otorga un curioso giro relacionado con el crimen y el secuestro. Son los años del desmadre juvenil, del ligue, del reventón; los chavos enfilan hacia Cuernavaca para satisfacer su efervescencia incontrolable, justo lo que sucede con Diego Ulloa "El Gato”, una suerte de ansioso gigoló que es trasladado a la pantalla como el “nini” junior (Juan David Burns, mal actor, hijo del propio Archibaldo), único vástago de un empresario millonario y su mujer consentidora (Ignacio Retes y Lucila Balzaretti, pareja en la vida real).

El reventón (1975, dir. Archibaldo Burns)

Harto de ese hijo sin oficio ni beneficio, que ha perdido además una fuerte suma apostando, el padre lo corre de la mansión donde viven en Lomas de Chapultepec; sin embargo, él continúa con su existencia reventada (se acuesta con dos jovencitas) y decide acompañar a su madura amante casada Adriana (Ana Luisa Peluffo) al famoso Hotel Casino de la Selva en Cuernavaca. El Gato regresa momentáneamente a la ciudad para visitar a su novia Laura (Lucifer de los Santos) que lo rechaza y que antes se le ha entregado en un campo abierto. De vuelta en Cuernavaca, discute con varios jóvenes (entre ellos, Fernando Balzaretti) que han estado asediando y ligando a Adriana en el hotel y a la que han logrado desnudar en su habitación y están a punto de violarla. Más tarde, El Gato planea el secuestro de su propio padre para obtener tres millones junto con otros amigos suyos, quienes se hacen pasar por un grupo guerrillero. Se paga el rescate, el padre es liberado, pero El Gato y sus amigos son detenidos por la policía.

El tema del “destrampe” y el amor juvenil de la novela es llevado por Burns a terrenos de la violencia sin sentido, la corrupción, el hartazgo de los jóvenes del momento y su inclinación hacia el delito en una sociedad que disparaba hacia el consumismo y la egolatría como la que se vive hoy en día, matizado además con una banda sonora compuesta por el saxofonista argentino Leandro “Gato" Barbieri y escenas intrigantes como la de la fiesta orgiástica en la que El Gato con máscara de “gato” tirotea su propia imagen en el espejo y se aprecian desnudos y escenas lésbico-gays. El reventón sufrió cortes de censura y se estrenó hasta 1977.