16 · 10 · 25 La fantasía del Noir en THE CITY THAT NEVER SLEEPS, de John H. Auer Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Sofía Alvarado La tarde de este jueves se presentó, como parte de Noir City Presenta, programa dedicado a thrillers noir clásicos en la edición 23 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), The City that Never Sleeps (1953), del director húgaro-estadounidense John H. Auer. La presentación estuvo a cargo de Eddie Muller, quien es un referente del género negro en el mundo, pues además de que preside la Film Noir Foundation, dirige la programación semanal de sábado por la noche que lleva por nombre Noir Alley en Turner Classic Movies (TCM). La historia de The City that Never Sleeps comienza con una voz en off que introduce a los personajes principales de la película: Johnny Kelly es un policía de Chicago cansado de su trabajo y de su vida matrimonial, por lo que planea una nueva vida abandonando a su esposa Kathy por la bailarina Sally Connors. Kelly conoce a Penrod Biddel, un abogado corrupto que le da el trabajo de escoltar a un mago, ex-convicto, a través de la frontera de Indiana. Así inicia una noche en Chicago con crímenes y situaciones fantásticas. Muller contó, a propósito de esta película, que es la única de las tres que conforman el programa Noir City Presenta, que se filmó en locación, a diferencia de Deadline at Dawn (1946) y 99 River Street (1953) y que, además, es la más cercana a México pues es la más irreal, casi una fantasía, desde que el antagonista es un mago, hasta su inusual casi realismo mágico narrado por la ciudad y no por los protagonistas: “nos muestra una ciudad que es un crisol, hay una gran diversidad, pues el director es húngaro y el escritor se había especializado en el género pulp fiction, se juntaron y crearon una especie de sueño en el cine noir”.También habló sobre su acercamiento al cine negro mexicano, a través de Daniela Michel, quien le abrió las puertas al género presentándole a directores como Julio Bracho y Emilio Fernández. Esto, dijo, es importante subrayarlo, porque el género negro no sólo se hacía en Hollywood, sino que había toda una corriente y es de lo que habla en su reciente libro Noir alrededor del mundo.