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Proposing the making of fiction films by indigenous people and about indigenous people

[imagen]Eisenstein, Gabriel Figueroa, Emilio “Indio” Fernández son sólo algunos de los cineastas que han retratado desde la ficción y el documental a los indígenas mexicanos; sus cintas han dado la vuelta al mundo y gracias a ellas los extranjeros tuvieron un primer acercamiento a estos personajes.

Desde hace un año el Festival Internacional de Cine de Morelia ha abierto un foro para mostrar ahora la otra mirada, la de los Pueblos Indígenas, la cual ha estado presente en la sección competitiva del festival con cineastas como Raúl Máximo, quien a través de su lente ha narrado historias p’urhepechas como El Cargo (2005) y Axuni Atari / Cazador de venados (2007). Este año Máximo compite en la sección michoacana con el documental Aquí ya no entra Don Inés "Casimiro Leco.”

La sexta edición del FICM cuenta con trabajos hechos por realizadores indígenas y otros que, sin ser originarios de estas comunidades, se han preocupado por retratarlas, como es el caso de Edin Alaín Martínez, quien participa con el documental Narry.

Este año y gracias a la curaduría del chiapaneco Pedro Daniel López, el Foro de los pueblos Indígenas exhibirá un programa de cortos y realizará un panel en torno a la historia y las dinámicas de producción de video en Chiapas. Dicho panel, moderado por Carlos Gutiérrez, director del programa Cinema Tropical, contará con la presencia de los chiapanecos Roberto Alejandro Corzo y Lean Dolores Santoz Gamez.

Con certeza en este marco volverán a surgir propuestas enriquecedoras como sucedió el año pasado con el proyecto de Yolanda Cruz, quien invitó a sus colegas a explorar el cine de ficción en su propia lengua, tema sobre el que aún reflexionan algunos realizadores. Justo en medio de esta discusión surgen trabajos como el de Pavel Rodríguez, quien propone en Xankuchka Ia (Fue Todo), corto con el que compite en esta edición, una obra que recrea un hecho mítico-histórico, pero desde la ficción.

[imagen]En busca de la ficción.
Cruz, quien este año participa con el documental Reencuentros: entre la memoria y la nostalgia, en el que narra como se esculpieron 2,051 figuras que recuerdan a los inmigrantes oaxaqueños que han cruzado la frontera con Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, basa su proyecto en la siguiente tesis: “pienso que los artistas indígenas venimos de una cultura en la cual se nos inculca servir a nuestras comunidades. En mi caso, como cineasta, he visto la necesidad de hacer ficción desde nuestras comunidades, con nuestras historias y en nuestras lenguas. Esto no es tan sólo importante para las comunidades indígenas sino para todos los mexicanos que queramos ser una sociedad inclusiva.”

Raúl Máximo, quien ha participado como actor en dos videos de ficción, Fue todo y Mensajero de los dioses, considera que faltan actores y técnicos p'urhépechas para filmar ficción “necesitamos agarrarnos de la tecnología para contar nuestras historias para nosotros y ustedes; desde la mirada y la forma de plantear el lenguaje audiovisual indígena para ir descubriendo, quizás métodos y formas de contar las historias desde una visión de los pueblos originarios. Un poco pensando en la ya casi vieja discusión sobre técnicas y metodologías occidentales e indígenas.”

La ficción de Rodríguez, hablada en p’urhepecha, gira entorno a un capítulo de La Relación de Michoacán, documento del S. XVI, en el que se expresa la cosmovisión que los antiguos p’urhepechas tenían sobre el orden de las cosas y refleja directamente las actitudes y naturaleza de los dioses.

“Siempre he tenido relación con las comunidades en la sierra, ya que mi familia materna es de la sierra de Chihuahua y mi padre es originario de la sierra de Hidalgo,” comenta Edin, quien nació en Zacatecas. Edin relata en Narry la forma como utilizan la cal en las comunidades huicholas para la preparación de tortillas.

El realizador considera que “el cine de ficción permite dramatizar y profundizar de una manera psicológica en los personajes y manifestarlo a través de las acciones; el documental está un poco limitado en ese aspecto ya que se registran las acciones que el personaje te quiera dar, no las que tu le pides.”

[imagen]El documental, al rescate de la memoria histórica.
Los realizadores afirman que la principal razón por la que filman documental es para rescatar las historias del país:

  • “Los documentales generalmente han sido utilizados como una herramienta para compartir memorias, preocupaciones y pasiones. Un documental que hace buen uso de la fotografía, música, efectos de sonido, con información y memorias, enriquece a la sociedad; eso debe ser la finalidad de nuestro género: informar y compartir buenas historias.” Yolanda Cruz
  • “Nosotros (los realizadores de documentales) hemos entendido que la recuperación de la memoria histórica de los pueblos de América es a través de los relatos ancestrales, el mito y la cosmovisión de sus habitantes, esto es fundamental para ver hacia delante.” Pavel Rodríguez
  • “Considero que existe mucho conocimiento en las comunidades indígenas; es necesario el análisis y de alguna manera poder reorientarnos como nacionalidad. El video puede utilizarse como herramienta para propiciar el diálogo entre hermanos indígenas y no indígenas, en un sentido de repensar nuestra realidad en el mundo que habitamos.” Raúl Máximo
  • “Es muy importante registrar el mayor número de manifestaciones de nuestra cultura ya que hoy en día muchas de estas están desapareciendo, incluso dentro de las propias comunidades.” Edín Alaín Martínez

[imagen]Una razón de peso
De igual forma coinciden en que los costos de producción del documental son otro factor determinante para elegir este género.

  • “Veo al documental como una posibilidad de producir a muy bajo costo y con un tiempo más controlado ya que comúnmente los documentales que produzco los hago según las pautas que yo me quiera dar.” Edin Alaín Martínez
  • “Quiero hacer el paso hacia la ficción, aunque creo que va ser un poco más difícil porque necesito encontrar buenas historias y poder conseguir los fondos necesarios.” Yolanda Cruz
  • “Es mas complicado hacer ficción en el sentido de que a veces no se tienen los recursos financieros suficientes para llevar a cabo algún proyecto y se tienen que quedar en papel.” Pavel Rodríguez

El Foro de los Pueblos Indígenas por segunda ocasión dará cabida a estas reflexiones y se mantendrá abierta la posibilidad de experimentar, contemplar y celebrar el trabajo de algunos artistas indígenas y sus comunidades. “Como un movimiento emergente que comunica a diversas poblaciones y sus perspectivas; la cultura audiovisual indígena conserva y comparte información cultural crucial, atestigua la supervivencia de culturas autóctonas y, además, traza dinámicas sociales y políticas claves en la historia de la civilización humana.” Shannon Kelley, Gestión Artística, Festival Internacional de Cine de Morelia.

[imagen]Sergei Eisenstein, Gabriel Figueroa and Emilio “Indio” Fernández are just some of the filmmakers that have portrayed – through both fiction and documentary films – Mexican indigenous people. Their films have traveled around the world and thanks to them people outside Mexico had their first experiences with these groups.

Starting last year, the Morelia International Film festival has been holding a forum to show a different perspective, that of indigenous peoples presenting their own films in the festival’s competition. Filmmakers such as Raúl Máximo, who through his lens has told stories about the P’urhepechas, like El Cargo (2005) and Axuni Atari / Cazador de venados (2007), have been present. This year, Máximo is competing in the Michoacan film category with the documentary Aquí ya no entra Don Inés "Casimiro Leco.”

The sixth edition of the FICM includes films made by indigenous filmmakers and others who, though not from these communities, have been involved in depicting them. Filmmaker Edin Alaín Martínez is participating with a documentary titled Narry.

This year, thanks to the programming of Pedro Daniel López of Chiapas, the Indigenous People’s Forum is presenting a program of shorts. There will also be a panel focusing on “story” and the dynamics of video production in Chiapas. The panel, moderated by the director of the Cinema Tropical program, Carlos Gutiérrez, will also include Roberto Alejandro Corzo and Lean Dolores Santoz Gamez, both from Chiapas.

Without a doubt there will again be some projects that serve as learning experiences such as last year’s piece by Yolanda Cruz, who invited her colleagues to create fiction films in their own languages. The endeavor is still being thought about by some filmmakers. Also coming out of this discussion are works such as Pavel Rodríguez’s Xankuchka Ia (Fue Todo), a short film which will be competing in this edition, a piece that recreates a mythical-historical event, but using the fiction form.

[imagen]In search of fiction
Cruz is participating in this year’s festival with the documentary Reencuentros: entre la memoria y la nostalgia. The film tells the story about a project by a Oaxacan sculptor who created 2,501 figures to represent a number of Oaxacan immigrants who left their village to find work in the United States. Cruz explains the idea behind the project: “I think that as indigenous artists, we come from a culture where we are instilled with the idea that we must give back to our communities. In my case, as a filmmaker, I have seen the need to make fiction films about our communities, with our own stories and in our own languages. This is not just important for indigenous communities but also for all Mexicans who want to live in an inclusive society.”

Raúl Máximo, who acted in the two fiction videos, Fue todo and Mensajero de los dioses, says “that it is necessary for us to take hold of the available technology to tell our stories for ourselves and others; from the point of view and the form of presenting the indigenous audiovisual language in order to discover, perhaps methods and forms of storytelling from the vision of the aboriginal peoples. Sort of thinking about the already somewhat tired discussion about western and indigenous techniques and methodologies.”

Rodríguez’s fiction film in the P’urhepecha language revolves around a chapter of La Relación de Michoacán, a 16th-century document which expresses the worldview the P’urhepechas had about the natural order of things and how this reflected directly on their attitudes and the nature of the gods.

“I’ve always had a connection with mountain communities, as my mother’s family is from the Chihuahua mountains and my father is originally from the Hidalgo mountains,” said Edin, who was born in Zacatecas. Edin shows in Narry the way the Huichol communities used lime to make tortillas.

Edin says, “fiction film allows dramatization, a way of portraying psychological depth in the characters and expressing this through acting; the documentary is a little limited in this way as you can only record the actions that a character wants to make, not what you ask them to.”

[imagen]The documentary, recovering historical memory
Different directors say that the main reason to film a documentary is to recover the stories of the country:

  • “Documentaries generally have been used as a tool for sharing memories, fears and passions. A documentary that has made good use of cinematography, music and sound effects, with information and memories, enriches society. This is the aim of our genre: to inform and to tell good stories,” says Yolanda Cruz.
  • “We (documentary directors) understand that recovering historical memories of the peoples of the Americas through the tales of our ancestors, the myths and the worldviews of its inhabitants, is fundamental in order to look to the future,” says Pavel Rodríguez.
  • “Considering that there is a lot of knowledge in indigenous communities; this analysis is necessary and in some ways it can get us on track as a nation. Video can be used as a tool to bring about a dialogue between indigenous and non-indigenous people, in a sense to rethink our reality in the world we live in,” says Raúl Máximo.
  • “It is very important to document as many expressions of our culture as we can because today much of this is disappearing, even within the communities themselves,” says Edín Alaín Martínez.

[imagen]The question of cost
They also agree that the costs of production of documentaries are another determining factor for choosing to work with this genre.

  • “I see the documentary as a possibility to produce at a very low cost and within a more controlled time frame, usually the documentaries that I produce I can do within the guidelines I have been given,” says Edin Alaín Martínez.
  • “I want to make the jump into fiction, though I think that it will be a little harder because I need to find good stories and raise the necessary funding,” says Yolanda Cruz.
  • “It is harder to make fiction in the way that sometimes you don’t have the sufficient financial resources to carry out a certain project, so things don’t get past being a script,” says Pavel Rodríguez.

For the second time, the Indigenous People’s Forum will include these concepts and will stay open to experimentation, as well as to the contemplation and celebration of the work of indigenous artists and their communities. “As an up-and-coming movement that connects viewers to different peoples and their perspectives, audiovisual indigenous culture preserves and shares crucial cultural information, bearing witness to the survival of autonomous cultures and, what’s more, draws dynamic social and political codes in the history of human civilization,” says Shannon Kelley, Artistic Director of the Morelia International Film Festival.