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AMOR Y SEXO (SAFO 1963)

Producida por Gregorio Walerstein a partir de un guion de Julio Porter y Fernando Galiana, el director Luis Alcoriza aprovechó al máximo un filme armado para lucimiento de María Félix, quien seguía siendo la mayor diva del cine mexicano a sus 48 años de edad, y a dos décadas de su debut en El peñón de las ánimas (1942, dir. Miguel Zacarías). No sólo eso: la Félix vestida por Christian Dior tiene aquí un parcial desnudo. Amor y sexo (Safo 1963) era la versión actualizada de Safo, de Alphonse Daudet, escrita en 1884, centrada en un muchacho de provincia que buscando el amor en una mujer mayor, la parisina Safo, encuentra el placer sexual. Una mujer pletórica en amantes que sacrifica lo que sea por su independencia.

Por supuesto, al final el arrepentimiento no es suficiente, como le sucede a la madura, atractiva y dominante Diana (María Félix), a cuya colección de amantes adinerados y algunos mayores que ella, como el millonario Carlos (Augusto Benedico), que le ha regalado una hermosa mansión en San Ángel a espaldas del Convento del Carmen, o el empleado bancario Mauricio (Julio Aldama), quien, luego de cometer un desfalco por ella, termina en la penitenciaría, suma al joven médico Raúl Solana (Julio Alemán), quien abandona a su novia Laura (Laura Garcés, en su única película), empleada de perfumería en Liverpool Félix Cuevas, para entregarse a los placeres del sexo maduro.

Amor y sexo abre con una toma panorámica en helicóptero de la ciudad de México. Después, la cámara sigue a una ambulancia que transporta heridos y expone de manera realista el ambiente de la Cruz Roja, con escenas verdaderas, prácticamente documentales y algunas imágenes notables como ese top shot (toma desde arriba) de la escalera y la cámara que gira sobre esta, en el interior del nosocomio, para pasar al retrato de médicos jóvenes y pasantes casi irresponsables (los galanes: Fernando Luján, Rogelio Guerra, Carlos Cortez) y Alemán, quien reclama: “Ni me mires así, hoy es mi día libre… lárgate a buscar a otro con tu carnicería…”. Después llega Diana muy altanera a reclamar a Raúl, quien la pone en su lugar, cuando aquella aboga por el sobrino de su empleada doméstica, Dolores Camarillo, que ha sido llevado gravemente herido: “No soporto verlo ahí tirado como un perro”, dice Félix, quien le deja al joven médico un sobre con un billete de 500 pesos.

AMOR Y SEXO (SAFO 1963)

Más tarde, y luego de que el sobrino fallece, Raúl se presenta en la casona de Diana para devolverle el dinero, lugar donde se lleva a cabo una reunión chic y frívola con jovencitas —entre ellas Rosa María Vázquez y Dacia González— y hombres y mujeres maduras acaudalados —entre ellos, Julien de Meriche, Carlos y el Licenciado Miguel Caudal (José Gálvez), quien lleva el caso de Mauricio, el hombre que Diana visita en secreto en la cárcel—. Por supuesto, todas se disputan la carne fresca que representa el joven doctor, fascinado con los grabados de Posada y las calaveras catrinas de la colección de Diana, quien lo besa y le pide que se vaya. Raúl regresa más noche para convertirse en su nuevo amante.

Alcoriza no sólo asume con eficacia la puesta en escena de una película de encargo, sino que demuestra una notable solvencia técnica apoyado en la eficaz fotografía de Rosalío Solano y la bella y romántica música de Sergio Guerrero. Amor y sexo está bien contada, editada y ambientada: el departamentito de Julio Alemán, las escenas en Liverpool Félix Cuevas, la casona de San Ángel, las escenas del rancho en Guanajuato, en la ciudad misma o en el Museo de las Momias, en particular cuando Diana se despierta y no encuentra en el lecho a su amante y, sobre todo, en el interior de la penitenciaría del Distrito Federal —con presos y guardias reales—, con una escena que parece prefigurar el encuentro de la celadora Ana Ofelia Murguía y María Rojo en El apando (1975, dir. Felipe Cazals), donde Diana se desnuda, o el encuentro íntimo con el violento y desesperado Aldama en uno de los aposentos de visita conyugal, cuando Diana se encuentra ya muy enamorada del médico, quien toma una actitud violenta y posesiva con esta y abandona a su novia.

Y en particular, la escena en la que Raúl va a encontrarse con esta en la cafetería de Liverpool y se encuentra con el Lic. Caudal y los “amigos” de Diana que, con total cinismo, cuentan que todos se han acostado con ella, lo que termina por desquiciarlo:“Te dicen Safo por tus orgías…”, “He tenido muchos amantes por dinero, por gusto, ellos me dieron todo lo que tengo… quiero que sepas la verdad cruda como es”. Después, Laura le dice a su novio cuando lo busca en la mansión de la Félix: “Agarraste barco de lujo… Comprendo que eres hombre y que necesites una mujer y además ella es tan hermosa”, y siendo ella aún virgen, incluso, la novia le insinúa perder su virginidad en una época alejada de las co-rrecciones políticas de hoy en día. Ello, en una cinta atractiva y diferente con una espléndida escena final.