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Cine experimental para pequeños y grandes

En 1947, en Nueva York, Amos Vogel y su esposa Marcia fundaron Cinema 16, una sociedad cinematográfica dedicada a la exhibición de películas en 16mm que no estaban disponibles en cines comerciales. Gracias a su audacia como curador, Amos Vogel jugó un papel importante en la promoción de artistas como Maya Deren y John Cassavetes, entre muchos otros. Hasta la clausura de Cinema 16, Vogel se encargó personalmente de programar contenido educativo, científico y experimental de calidad. Siempre preocupado por compartir la apreciación del cine como arte, Vogel fue uno de los fundadores del New York Film Festival en 1963. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el día del niño?

Entre las actividades de Cinema 16, estaba una sección especial para niños titulada The Children’s Cinema. En primavera y otoño de 1958, Vogel organizó dos programas para un público de entre 4 y 8 años. Las distribuidoras le ofrecieron un sinfín de películas diseñadas para el salón de clases (títulos como Un día en el supermercado o Las reglas del softball) y mustias adaptaciones de los cuentos clásicos, pero Vogel ignoró las recomendaciones de lo que era “adecuado” para niños y armó una selección que rompió esquemas. The Children’s Cinema incluía un fragmento de Nanuk, el esquimal (1922), de Robert Flaherty, una animación abstracta del cineasta experimental canadiense Norman McLaren, y material documental de un jefe indio haciendo la danza de la guerra.

Amos Vogel. Imagen de The Hollywood Minute. Amos Vogel. Imagen de The Hollywood Minute.

El autor Scott MacDonald, experto en Cinema 16, cita a Vogel: “Ignoramos la mayoría de las cosas que eran consideradas buen cine para niños. Elegimos películas que no eran consideradas infantiles y los pequeños adoraron las películas abstractas avant-garde”. Al programar películas innovadoras incluso para los adultos, Vogel y su socio Peretz Johnnes dejaron claro que los niños no requieren de contenido inofensivo y predigerido para pasarla bien, ellos también pueden apreciar el cine como arte.

Hoy en día muchos festivales, incluyendo el FICM, programan películas inteligentes y de calidad para un público infantil. Le recomiendo a cualquiera que tenga un niño cerca (madre, padre, abuelo o tío consentidor) que se mantenga al tanto de estas ofertas.

En honor a Amos Vogel, quien falleció recientemente, y para celebrar el día del niño, presento una de las películas mostradas en The Children’s Cinema, Hoppity Pop (1946), de Norman McLaren: