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Competencia cortometraje: Todo se vale

1. ¿Por qué decidiste contar esta historia?

Todo se Vale para mí es también mi propia historia y la de miles de jóvenes que buscan a su familia fuera de su hogar, con sus amigos o en sus círculos sociales. Yo, como mi personaje, crecí con ese vacío familiar, en el que algo dentro de la familia no estaba bien y uno se sentía fuera de lugar. Aunque somos muy diferentes, mi personaje y yo en esencia somos muy similares; por eso me interesó contar la historia de Flor, porque es también mi historia.

2. ¿Cómo fue la formación de tu equipo de trabajo?

Yo colaboro en casi todos mis proyectos con el mismo equipo, Mónica Luján que es mi esposa, ha colaborado conmigo en muchos otros proyectos, pero en esta ocasión se integró un elemento muy importante, la música: Roberto Magallanes, con quien ya había colaborado pero no de una forma tan estrecha y orgánica. Creo que esto realmente marca una forma distinta de trabajo. También me apoyó enormemente Itzel Valenzuela en labores de producción.

3. ¿Cuál fue el reto más importante durante la realización de tu película?

El mayor reto fue encontrar en el tema, las peleas en jaula, algo con lo que realmente conectara y que para mí tuviera relevancia contar. Como yo no practico ningún deporte de contacto, el tema me es completamente ajeno y por eso era muy importante encontrar algo con lo que yo me identificara, para que realmente me importara lo que estaba contando, más allá del atractivo visual que ofrecen los ambientes de este tipo de eventos.

4. ¿Qué tipo de cine te gustaría continuar haciendo?

Quiero hacer proyectos distintos a los que estoy haciendo, quiero hacer cine con participación social. No sólo un cine pasivo en donde el documental expone una serie de problemáticas que no encuentran solución dentro del documental, quiero que mis documentales sean más activos y a la vez más comprometidos con su ambiente y su sociedad.

5. ¿Qué significa para ti formar parte de la Selección Oficial del décimo FICM?

Yo he sido parte del FICM en varias ocasiones, pero pasaron cinco años desde mi última participación, por lo que ahora valoro muchísimo más el formar parte de la selección. Es un enorme gusto y orgullo, ya que mi primer cortometraje formó parte del segundo FICM. Ésto fue de una enorme importancia, ya que como cineasta joven reafirmó mi vocación, fue por la confianza que me dio el FICM que yo continuo produciendo. Y los aplausos de la gente de Morelia y del público del festival son una motivación constante para tratar de superarme en cada producción.