16 · 10 · 25 ADIÓS, AMOR: Un retrato sensible de Sinaloa se presentó en el 23er FICM Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Omar Sosa Con la presencia de la directora, Indra Villaseñor, se llevó a cabo la rueda de prensa de Adiós, amor (2024) durante el 23er Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).En la presentación también estuvieron presentes el productor Guillermo Pérez de la Mora, la diseñadora de producción Emma González, la actriz Margarita Higuera, los actores Ernesto Rocha y Nick Angiuly, y Ángeles Castro, directora de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la UNAM.La directora comentó que el pueblo donde sucede la película, Costa Azul, Sinaloa; es el mismo que la inspiró. Es un pequeño municipio que conoce bien porque ahí ha pasado mucho tiempo con su familia. “Todo surge a partir de cuestionarme si la representación que he visto sobre Sinaloa en el cine se alinea con la que experimenté en tantos años de vida”, agregó. Indra Villaseñor El actor, Ernesto Rocha, platicó que sintió mucha emoción por volver a Sinaloa después de 15 años a grabar una película que muestra la belleza del estado, su gente y sus tradiciones desde un punto de vista muy sensible.“Cuando leí el guion fue algo muy genuino, sentí que Indra había hecho un gran retrato”, agregó Margarita Higuera respecto a la representación de Sinaloa en Adiós, amor. También elogió a la directora por su apertura para escuchar y sumar las opiniones de otros.La cineasta mencionó que quería hacer una historia de amor sin ignorar todas las problemáticas que se entretejen con el contexto donde sucede la historia. Uno de los temas centrales de la película son los distintos tipos de masculinidad.Algo que llamaba mucho la atención de la directora era como estos hombres que no se permiten tener una faceta sentimental en su día a día, se quitan la máscara de rudeza cuando es de noche y ponen música de banda. “Lloran, cantan, y sufren. Expresan todo lo que llevan reprimido toda su vida”, mencionó sobre la identidad de la música de banda.“Finalmente, es una película sobre resistencia. Sobre lo que significa resistir a un entorno violento y aún así querer vivir, sonreír y luchar”, agregó.A esto, el actor, Nick Angiuly, dio su punto de vista: “La música, más que el medio de escape para aislarnos, genera contacto humano”. Remarcó el lazo especial que tiene con la música debido a su gusto por componer y tocar la guitarra.“Nadie había filmado ahí porque muchas personas ni saben que existe, así es como terminamos ignorando a personas que viven en cierto tipo de situaciones” comentó Indra Villaseñor sobre la sensación de grabar en un lugar nuevo para las cámaras.“La gente abrió sus casas y nos permitieron un lugar donde dormir porque todos creían que esta película iba a traer la visibilidad que necesita a quien se encuentra habitando en el olvido”, dijo. Agradeció al pueblo de Costa Azul, quienes fueron parte fundamental de la película, por hacer posible el rodaje y darles hospedaje en el municipio.Esta película fue algo que la directora comenzó a escribir durante sus tiempos libres, simplemente para divertirse, hasta que entendió que era algo necesario de contar. “Parte de los retratos que hay de las mujeres, a veces fuertes, a veces resignadas, pero siempre luchando y resistiendo, tiene que ver con las mujeres reales que me inspiraron a escribir”, comentó.Algo divertido y sumamente especial sobre la producción de la película fue cuando la directora se dio cuenta que con el presupuesto que tenía no podría costear ninguna canción de banda. Después de contarle esta situación a su tía, ella le ofreció una solución: preguntarle a la gente del rancho por una canción original. La respuesta del público la sorprendió porque a la brevedad recibió un video de un joven tocando música norteña con sus amigos e inmediatamente se dio cuenta que, sin saberlo, eso era lo que estaba buscando.Adiós, amor ganó el Concurso de óperas primas para egresados de la ENAC, donde compitió con otros trece proyectos. Después participó en Impulso Morelia 8, donde se obtuvo el apoyo de Estudios Churubusco. Esta película es la ópera prima de la directora tapatía. Deportado tras once años, Chuy regresa a su pueblo natal en Sinaloa para redescubrirlo sumido en la violencia del narcotráfico. Ahí se reencuentra con Chano, su amigo de la infancia convertido en sicario, con quien desentierra un secreto que desencadenó su partida y del que no logra escapar. En el complejo contexto de la cultura sinaloense, Chuy intenta encontrar su lugar en el mundo.