Pasar al contenido principal

Rumbo al #20FICM: OSO POLAR, AYER MARAVILLA FUI y del Toro

Rafael Aviña

El investigador, crítico cinematográfico y escritor, Rafael Aviña, prepara el camino rumbo al #20FCM con un recuento puntual de los largometrajes de ficción ganadores en las ediciones pasadas del FICM. En esta ocasión aborda Oso polar (2017, dir. Marcelo Tobar) y Ayer maravilla fui (2017, dir. Gabriel Mariño), ganadoras en el 15° FICM; así como la visita de Guillermo del Toro para presentar el estreno de La forma del agua.

En 2017, a 15 años de existencia del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), lo primero que sorprendió de un evento fílmico como el de Morelia, fueron sus salas abarrotadas y un entusiasmo palpable en los diversos eventos y funciones, contagiado por el equipo liderado por la incansable Daniela Michel desde la primera emisión, en 2003, apoyada siempre por los enormes cómplices Alejandro Ramírez y Cuauhtémoc Cárdenas Batel. Una vez más, el Festival Internacional de Cine de Morelia superaba las expectativas con una programación en la que tuvieron cabida joyas fílmicas que rara vez se veían en nuestro país, para celebrar con todo a la gran quinceañera.

Más allá de la feliz coincidencia de títulos como la brutal y desesperanzadora Sin amor, del ruso Andrey Zvyagintsev; la amarga comedia de Woody Allen, La rueda de la fortuna; el conmovedor y agridulce relato del finlandés Aki Kaurismaki, El otro lado de la esperanza; o esa magistral poesía fílmica sobre la soledad y los destinos compartidos, En cuerpo y alma, de la húngara Ildikó Enyedi, Morelia en su edición XV demostró su posición de mayor reducto de reunión, promoción y exhibición de un cine nacional joven y propositivo.

Guillermo del Toro en el 15° FICM
Guillermo del Toro en el 15° FICM

Carreras consolidadas en el cine de ficción como las del tapatío Guillermo del Toro, quien estrenaba en el FICM La forma del agua, una reelaboración del cine Serie B de Hollywood y sus monstruos mutantes, triunfadora en Venecia y con la que se llevaría el Oscar a Mejor Director y varios galardones más, en un drama sobre la otredad en clave fantástico. Del Toro aparecía como figura indispensable y solidaria del festival, a la que se unían otros como: Gabriel Mariño, merecedor del Ojo a Mejor Primer o Segundo Largometraje Mexicano con Ayer maravilla fui (2017), un relato fantasmagórico y cotidiano sobre la memoria y la soledad en un país en vías de extinción social y cultural, con un gran trabajo fotográfico en blanco y negro de Iván Hernández, ganadora a su vez del Ojito a Mejor Actriz para Sonia Franco. Al igual que el también triunfador Marcelo Tobar, realizador de Oso polar (2017), ganadora del Ojo a Mejor Largometraje Mexicano, un intrigante relato experimental filmado con un iPhone 5, sobre rencores acumulados a lo largo de los años y bullyng escolar, protagonizado por el espléndido trío conformado por: Verónica Toussaint, Cristian Magaloni y Humberto Busto, merecedor de una Mención especial por su actuación.

Tanto Ayer maravilla fui como Oso polar se elevaron como los puntos álgidos de esa suerte de laboratorio de cine marginal por el que apostó el Festival de Morelia desde su aparición en 2003, así como por sus narrativas convulsas y reflexivas sobre la realidad social. Egresado del CCC, Gabriel Mariño debutaba en 2012 con Un mundo secreto que narraba varios momentos emocionales en la vida de María (Lucía Uribe magnífica), jovencita preparatoriana y sin rumbo fijo, con un caos interno y una soledad demoledora que exorcizaba sus culpas, miedos y angustias adolescentes en penosos, patéticos y mecánicos encuentros sexuales, al tiempo que emprendía un viaje iniciático por carretera desde la Ciudad de México a La Paz, Baja California.

Ayer maravilla fui es un relato acerca del deseo y la transmigración de las almas, como una suerte de alegoría sobre la maleabilidad del amor con ciertas inspiraciones godardianas. Una suerte de entidad sobrenatural es capaz de usurpar los cuerpos de un anciano, una mujer y un hombre joven en una desconcertante ciudad de México. El intrigante trabajo de fotografía de Iván Hernández y sus planos largos, captura detalles de una metrópoli cruda y en caos permanente, para crear una inquietante y sensual metáfora sobre una buena parte de la sociedad mexicana: su dolor, sus carencias anímicas, sus automutilaciones emocionales, en un país que día a día escatima más oportunidades a sus habitantes.

Asteroide (2014), segunda película de Marcelo Tobar, era una suerte de continuación mejorada de su debut Dos mil metros (sobre el nivel del mar) (2008), en el que relataba el complicado encuentro entre una pareja de hermanos separados varios años atrás por un trágico accidente. Ambos filmes fueron realizados de manera independiente, al igual que su original propuesta de Oso polar, cuya sencillez narrativa oculta toda una serie de complejidades anímicas y argumentales, similares a las emociones por las que transitan sus protagonistas, así como los azarosos encuentros que mantienen en lugares como la colonia Portales, la calzada de Tlalpan, la trastienda donde beben cerveza o la reunión de exalumnos de primaria, donde ha intentado llegar el trío protagonista.

Los recuerdos de un seminario, la memoria de una infancia de abuso y de rencor creciente, apoyado a su vez en un extraordinaria labor de actuación, diálogos precisos y naturales y situaciones sorpresivas e inquietantes mostraron a Tobar como un realizador con voz propia, en una historia que ofrece, a flor de piel, una tensión sexual y de odio entre los amigos, así como la frustración y el deseo reprimido en un filme que perturba.

Junto con aquellas, Pedro Hernández obtendría el Ojito a Mejor Actor por Sinvivir, de Anaïs Pareto Onghena, drama sobre tres marginados en una reflexión sobre el suicidio. El premio del público recayó en Los adioses, de Natalia Beristain, bienintencionada biografía sobre la escritora Rosario Castellanos con una espléndida Karina Gidi, ganadora de una Mención especial por su actuación. Y por último, la cinta filmada en Canadá con actores locales, El dibujante de Arturo Pérez Torres obtuvo el Guerrero de Oro de la Prensa.