22 · 11 · 23 No somos criaturas indefensas: Entrevista a Patricia Balderas, directora de AHORA QUE ESTAMOS JUNTAS Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Gabriela Martínez Gabriela Martínez Luego de presentarse en el 20° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), Ahora que estamos juntas, el documental realizado por Patricia Balderas, llegará a salas comerciales el próximo 23 de noviembre. La cinta que obtuvo el Premio del Público a Largometraje Documental Mexicano y Mejor Largometraje Documental Realizado por una Mujer en el 20° FICM, es un registro del devenir feminista en México, a partir del encuentro de un grupo de mujeres que busca habitar sin miedo las calles de la ciudad. Patricia inicia un viaje íntimo y colectivo para entender las violencias que han atravesado su vida. En el resurgimiento del movimiento feminista, ella recorre su propia historia, la de su madre y la de las mujeres que la acompañan para descubrir que en un mundo violento, permanecer juntas, construir autodefensa y preservar la alegría es revolucionario. El FICM tuvo la oportunidad de platicar con la directora, quien habló sobre el proceso de realización del documental, así como sus reflexiones en torno a la lucha feminista en nuestro país. FICM: ¿En qué momento decidiste que era una buena idea empezar a hacer este registro de lo que estaba sucediendo con la lucha feminista? Patricia Balderas: Fue muy chistoso en realidad. El registro que hago de ese taller en el que conozco a estas mujeres, que después se convierten en mis protagonistas, en un principio no pensaba que se convertiría en el documental. En realidad ese registro era como parte de mi trabajo y de mi colaboración con ese taller. Lo hice por una cuestión de de tener una memoria de ese momento, pero no era mi intención inicial que formara parte de la película. Conforme fue pasando el tiempo, conforme fui investigando, decidí que quería que estas mujeres que me habían dado tanta luz fueran mis protagonistas. Empecé a hacer estos seguimientos de sus vidas, a conversar con ellas, a grabar nuestras propias conversaciones. Tuvimos muchísimas, solamente grabamos dos, pero tuvimos conversaciones mucho tiempo, a veces estábamos muchas, a veces éramos pocas, pero al final lo importante era grabar este vaivén del tema, este ir aprendiendo juntas, el ir descubriendo cosas nuevas y resolviendo dudas. Al final, en el 2016 que se da este boom feminista a través de estas marchas masivas que empiezan a hacerse a partir del #A24 (24 de abril), que es la Primavera Violeta, que incluso son marchas que se hacen en otras ciudades del país, empiezo a ver esta realidad que me arrasa, que me arrastra y que me avienta a las calles a grabar con lo que tenía en ese momento. Creo que que el hecho de no pensar tanto en la técnica, sino más bien en la importancia del momento que se estaba viviendo colectivamente, fue un gran acierto porque hay un registro súper lindo, de muchísimos momentos en espacios públicos. Ahora que estamos juntas (2022, dir. Patricia Balderas) FICM: Al momento de calificar el material, ¿en qué te enfocaste para decidir que sí y qué no quedaría en el corte final? PB: Eso fue un poco complicado. Tenía mis grandes bloques de ideas; al final sabía que el tema era complejo, que podía abordarse desde muchos puntos de vista, desde la arquitectura, desde la psicología, desde el urbanismo, desde la antropología, y al final decidí hacerlo desde un punto de vista que no sé cómo nombrar, pero que es un punto de vista que viene desde un proceso de reconocimiento de la violencia, porque al final era lo que a mí me estaba sucediendo. Había normalizado la violencia, no podía ver las experiencias violentas de mi propia vida, por lo que pasé por este proceso de poder nombrar y luego entender de qué manera me impactó o me sigue impactando. Y después viene un proceso de sanación, porque hay mucho enojo, mucha tristeza y mucho dolor. Finalmente llegué a esta parte de la acción. Entonces, ya que descubriste que todo este mundo está terrible, ¿qué podemos hacer nosotras? No podemos estar sentadas, no somos criaturas indefensas, como diría una de mis protagonistas. No podemos esperar sentadas a que vengan a salvarnos. Necesitamos actuar también, porque tenemos también la capacidad de hacerlo. No es que sea nuestra responsabilidad, sin embargo, lo que está en juego son nuestras vidas. Hice muchísimo trabajo de calificación. Me dolía mucho deshacerme de muchos testimonios, de muchos momentos, de imágenes. Al final tuve que entender que con cosas pequeñas, que con cosas sutiles podemos dar poder a un discurso. Creo que eso pues fue lo que intentamos hacer, por lo menos desde la calificación de las imágenes, desde construir el guion ya con el material grabado. El guion tuvo muchísimos tratamientos, pero yo creo que de los tratamientos más finos se dieron ya hacia el final. Creo que tener claro estos bloques iniciales ayudó muchísimo a que se pudiera organizar la información porque me llené de 300 o 350 horas de material, más o menos. FICM: ¿Cómo fue el proceso para poder financiar este documental por medio de Donadora? PB: Bueno, por muchos años no estuvo financiado. En realidad estuvo financiado por mis bolsillos y por el trabajo voluntario de muchísimas mujeres, de amigos, amigas y amigues. En algún momento sí dije "ya no puedo con esto, no lo voy a lograr. Voy a tirar la toalla. Ya no quiero hacerlo", porque era insostenible. Necesitaba pagar mi renta, trabajar en otras cosas, no podía darme el lujo de sentarme a revisar o de irme a grabar o de editar. Apliqué a muchas convocatorias desde el 2016 y en realidad fue hasta el 2020 que recibí mi primer apoyo por parte de FOCINE, que es es el estímulo a creadores para realización de largometraje, para desarrollo de largometraje documental. Después, como yo ya tenía para ese momento casi todo el material grabado, en realidad hice una reestructuración que me permitiera renunciar a mi trabajo de ese momento para poder dedicarme a la película. Ahí reestructuré todo, aterricé bien un guion de edición y entonces me di la oportunidad de tener un corte lo suficientemente fuerte para pedir un apoyo de post-producción el siguiente año; ahí es donde entra PROCINE. En ese inter de estos dos apoyos conocimos a Impacta Cine, una colectiva de mujeres que hacen campañas de impacto social con cine, con películas. Ellas se acercaron para decirme que les interesaba mi película. "Es una película que creemos que que tiene potencial e igual podemos asesorarla o algo así", dijeron. Ahora que estamos juntas (2022, dir. Patricia Balderas) A ellas las conocí en 2010 en un taller de impacto. Seleccionaron el proyecto y yo estoy súper agradecida de ese momento porque eso es lo que posibilitó que nos sentáramos a hacer una campaña de crowdfunding, que es con lo que logramos juntar una cantidad de dinero que se fue en la gestión, pero que posicionó la película en medios y le dio una fuerza increíble. Además, esto permitió que continuáramos con la edición para poder llegar a este fondo de posproducción. Así fue como terminamos la película. Recientemente tuvimos un apoyo de Chicken & Egg Pictures para la campaña de impacto. De entre todos los proyectos que aplicaron en el mundo, seleccionaron diez y dentro de esos diez estaba Ahora que estamos juntas, que es el único proyecto mexicano que recibió este apoyo. Estamos muy contentas también por eso. FICM: ¿Cuáles son tus reflexiones en torno a la evolución de la lucha feminista, desde que empezaste a ir al taller hasta el día de hoy? PB: Yo creo que ha sido un camino de aprendizajes y que sigue siendo un aprendizaje constante, de estarnos cuestionando, de estar encontrando perspectivas nuevas, de estar reconociendo a otras mujeres dentro de otros contextos, con situaciones muy distintas, desde distintos privilegios Creo que al final, lo que he entendido es que es un proceso muy, muy diverso, donde tiene que existir mucha tolerancia y mucha escucha, porque evidentemente no todo el tiempo vamos a estar de acuerdo y está bien no estar de acuerdo. Es parte de avanzar, es parte del proceso de ir hacia algún lado.Creo que lo que todas buscamos es tener una vida libre de violencia, acceso a la justicia, que nuestros derechos sean garantizados, respetados y poder ejercerlos siempre.