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Lorena Velázquez: reina del fantástico y más…

Flashback. 19 de Noviembre de 2011. Hotel Hyatt o tal vez Elcano en Acapulco. Son las 11 de la mañana, Víctor Sotomayor, director del FICA (Festival Internacional de Cine de Acapulco), me pide con urgencia que acompañe en ese instante a la actriz Lorena Velázquez, quien recibirá, en el marco del 7º festival, el Jaguar de plata por su trayectoria. “Ahí viene”, me dice apurado. “Platica con ella por favor, será sólo un ratito”. Por supuesto acepto: pesa más mi curiosidad que mi timidez. Después de una breve presentación me quedo con Lorena en una terraza con el mar de fondo y de inmediato nos llevan bebidas. “Tienes cara de escritor”, comenta. Me río y le digo que eso es lo que intento y ella, con esa simpatía, carisma y gran belleza, a sus 74 años, empieza a contarme sin parar un sinfín de anécdotas, en una charla que se alargará algunas horas y a la que se sumarán colegas como Carlos Bonfil y Raúl Criollo.

Raúl Criollo. Lorena Velázquez, Rafael Aviña, Carlos Bonfil

 

Hace una semana se fue María de la Concepción Lorena del Villar y Dondé (1937-2024) —hermana de la también hermosa y simpática Tere Velázquez—, una gran personalidad en el interior de ese cine vapuleado por la crítica y hoy de culto, que sin embargo sostuvo en buena medida los vaivenes de la cambiante industria fílmica mexicana entre la década de los cincuenta y los setenta. Lorena fue llamada “La reina del fantástico” por su participación en cintas Serie B de ciencia ficción y lucha libre, con títulos emblemáticos como la delirante La nave de los monstruos, en el papel de la venusina Beta que junto con Gamma (Ana Bertha Lepe) enamoran al terrícola Laureano (Eulalio González Piporro). En Santo vs las mujeres vampiro (1962) es la sensual Zorina, reina de los vampiros sedienta de sangre que enfrenta al “Enmascarado de plata”, apoyada en la sacerdotisa Tundra (Ofelia Montesco), mientras busca una sustituya suya; y en la saga iniciada con Las luchadoras contra el médico asesino (1962) encarna a Gloria Venus, quien junto a Golden Rubí (Elizabeth Campbell) —ambas, estrellas del pancracio— ayudan a la policía, con sus pronunciadas curvas y fuerza en el cuadrilátero, a desenmascarar al escurridizo doctor que encarna Roberto Cañedo, a quien Lorena desfigura arrojándole ácido en el rostro y enfrenta antes a la verdadera luchadora Chabela Romero.

Antes de ello, la actriz probó suerte en otros géneros y, desde su debut, quedó claro que esa joven esbelta, de 1.75 m de estatura y bello rostro, llamaría la atención de productores y espectadores. En un breve lapso su carrera despegaría siempre en ese cine de entretenimiento del que jamás renegó. Se inició a los 13 años en el teatro al lado de Ignacio López Tarso e Isabela Corona al tiempo que estudiaba ballet. A los 18 años se sumó al reparto de la que sería su primera película: Caras nuevas (1955), comedia musical para lucimiento de la entonces pareja de bailarines Alfonso Arau y Sergio Corona, realizada con el fin de lanzar futuras estrellas, entre las que se encontraban: Sonia Furió, Elvira Quintana y la propia Lorena Velázquez que aparece luciendo una minúscula falda y medias oscuras caladas, en su papel de cigarrera y mesera en un escenario teatral.

Lorena Velázquez

El porte de Lorena no pasaba inadvertido. En ese mismo 1955 hizo pequeños papeles en Bataclán mexicano, Mi influyente mujer y ¡Viva la juventud!, con Adalberto Martínez “Resortes”, antes de su operación de nariz. En 1956 realizó tres películas más: en La Diana Cazadora es la prima de Ana Luisa Peluffo, y en Los tres bohemios, Luis Aguilar y Agustín Lara la pretenden en su papel de mesera. En La vida de Agustín Lara (1958) tiene un personaje más relevante interpretando a María Islas; es decir, a María Félix a quien Lara (Germán Robles) le compone en Acapulco “María bonita”. Le siguen varias cintas de caballitos en esa y la siguiente década, como: A tiro limpio, La ley del más rápido, El puma, Martín Santos El Llanero y apariciones con cómicos del momento como Clavillazo, Resortes, Viruta y Capulina y Germán Valdés “Tin Tan” con quien filma La odalisca número 13 (guapísima como la favorita del harén), Tin Tan y las modelos, Pilotos de la muerte, Loco por ellas y Tintansón Crusoe en donde interpreta a una sensual sirena. La coproducción México-EU, La ciudad sagrada/ The Mighty Jungle y la méxico-española: El rapto de las Sabinas.

En Juventud rebelde/Jóvenes y rebeldes (1961), Resortes intenta transmitir sus traumáticas experiencias como expresidiario y Lorena, guapa jovencita pudiente estudiante de Derecho en la UNAM, le hace creer que está enamorada de él para tomarlo como objeto de estudio. Después, es raptada por delincuentes que encarnan Fernando Luján y David Silva, este le propone que se vayan juntos, “¡Antes muerta!”, le dice ella, a lo que él contesta “Entonces, no. No me gustan las mujeres frías”. En Lío de faldas es una sexy astróloga y en Ya somos hombres, una joven liberada.

Por supuesto, en su filmografía que supera los 80 títulos y que incluye filmes del nuevo milenio como Cartas a Elena, Amor de mis amores y Más sabe el diablo por viejo, la siempre sensual, atractiva y carismática Lorena Velázquez será recordada como la diva absoluta de ese género de delirio extremo como lo es el cine de la lucha libre y el horror fantástico, con títulos imperdibles como la citada Santo vs las mujeres vampiro, Atacan las brujas, como seductora hechicera, o Santo contra los zombies (1961), en la que el enmascarado enfrentó a muertos vivientes enfundados en ridículas mallas que roban la joyería Plateros en la calle de Madero en el Centro Histórico. “¿Y éste es el que nos va a ayudar?”, dice dudosa la detective Lorena Velázquez cuando conoce al El Santo en la arena, en un sexy duelo de lunares con la también joven policía Irma Serrano. El diálogo final en voz de Dagoberto Rodríguez como el jefe Almada es de antología: “Santo es una leyenda, una quimera. La encarnación de lo más hermoso: el bien y la  justicia. Ese es El Santo, El ‘Enmascarado de Plata’”. Descanse en paz La reina del fantástico.