10 · 03 · 23 Cine para todxs 2023: conoce el Cine Bolomchon en Chiapas Share with twitter Share with facebook Share with mail Copy to clipboard Ubicado en San Pedro Chenalhó, Chiapas, el Cine Bolomchón es un espacio de recreación para niñxs y adultos en el que se ha proyectado material de diferentes realizadores encargados de registrar parte del folclor de su comunidad. Este proyecto cofundado por María Sojob y Benjamín Fash, sigue creciendo constantemente logrando que las proyecciones se realicen de manera regular, ya que han conseguido hacerse de equipo propio gracias a las diferentes contribuciones recibidas en los últimos años. Por esta razón Benjamín, cofundador y programador de la sede, concedió una entrevista al FICM donde cuenta cómo ha sido su experiencia y la del público al participar en la iniciativa Cine para todxs 2023, un proyecto creado por el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Cine Bolomchón FICM: ¿Cómo fomentan la formación de públicos? Benjamín Fash: Hemos fomentado la formación de públicos por medio de una programación diversa de películas mexicanas en un cine al aire libre en el parque central de la comunidad tsotsil de Chenalhó, Chiapas, desde el 2020. Hemos participado en cuatro etapas de Cine Para Todxs del FICM y también en Ambulante Presenta. De manera independiente, realizamos al menos un evento al mes para mantener la presencia del cine en el pueblo. Después de tener seis personas en nuestra primera función, experimentamos con varias formas de promover las funciones en el cine, desde perifoneo en el pueblo, regalar palomitas y dar premios a quienes participan. Con el tiempo, hemos podido reflexionar sobre los tipos de películas más populares para el público en Chenalhó, y las películas que más generan diálogo para mejorar nuestras prácticas de curaduría. FICM: ¿Con qué se puede empezar un espacio como este y cuáles son los aprendizajes más significativos que tuvieron al iniciar? BF: La recepción ha sido bastante positiva. Actualmente hay pocas opciones sanas de entretenimiento en el pueblo, sobre todo en espacios públicos y para la niñez. Después de unos años de haber iniciado, tenemos un público base de unxs 40 menores de 10 años que llegan a sentarse hasta 30 minutos antes de cada función. Hay quienes paran a los miembros de nuestro equipo en la calle para preguntar cuándo será la próxima película. Cuando hacemos perifoneo vemos personas que salen de sus casas con una sonrisa a saludar. La influencia se siente también en esos momentos que llegan directorxs a presentar sus películas e inspirar el público, o cuando se abre un diálogo sobre la migración (con La jaula de oro), el trabajo infantil (con Los herederos), la educación (con El Sembrador), u otros temas de mucho interés en el pueblo. Sin embargo, hay mucho más por hacer para llegar al punto que quisiéramos para incidir en aspectos sociales de la comunidad por medio del cine. Cine Bolomchón FICM: ¿Con qué se puede empezar un espacio como este y cuáles son los aprendizajes más significativos que tuvieron al iniciar? BF: Más que todo lo que se necesita es mucho corazón. También un poco de paciencia. Iniciamos con un proyector de casa, una pantalla inflable económica, y un sistema de sonido 2.0 bastante básico. Usamos las bancas del ayuntamiento y solicitamos el espacio techado del “domo” en el parque central. Hemos aprendido que mucha gente quiere verse reflejada en la pantalla. Películas hechas en contextos rurales y/o indígenas suelen ser de bastante interés cuando tratan asuntos relevantes para el público. Vimos que en el pueblo, ni las redes sociales ni materiales impresos tienen el impacto que tiene un perifoneo para anunciar y promover las películas. También que tener un ritmo con las proyecciones (por ejemplo proyectar cada viernes por la noche) suele aumentar el número de asistentes. Aprendimos también que en un cine al aire libre, sí influye la calidad del equipo para el disfrute de las películas. Después de recibir un apoyo de FOCINE para equipar el espacio, ahora contamos con pantalla, bocinas 3.1, y un proyector, siendo todos de nivel profesional. Y pues, claro que hace una diferencia poder escuchar claramente los diálogos, y ver las imágenes con excelente brillo y color, vimos el público aumentar desde entonces. FICM: ¿Cuál ha sido su experiencia tangible en la formación de nuevos públicos? BF: Hemos visto que en un pueblo bastante alejado del cine, se puede instalar un proyecto de exhibición y, dos años después, esperar que lleguen al menos 70 personas a cada función. Hemos sentido una tremenda satisfacción, un florecimiento de nuestros corazones, al compartir películas hermosas e impactantes del cine mexicano con el público. Nos encanta nuestro público mayoritariamente infantil que está creciendo con este cine. En el proceso, también aprendemos de ellxs nuevas formas de estar en el cine: en Chenalhó hay muchas personas monolingües que sólo hablan tsotsil, por lo tanto cuando llegan al cine a veces no entienden los diálogos y preguntan con otros miembros del público o especulan sobre los acontecimientos en la película juntxs. Y es impresionante como un público infantil es capaz de entender y disfrutar muchas películas fuera de lo que generalmente consideramos cine infantil.