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Entrevista a Sergio Flores Thorija, director de TRAVESÍAS

Gabriela Martínez

Travesías, de Sergio Flores Thorija, sigue la historia de Alejandra y Victor, las cuales a simple vista son muy diferentes, pues ella trabaja en una estética de uñas mientras su hermano cruza a Estados Unidos y sobrevive a la precariedad laboral. Por otro lado, Víctor tiene un negocio online que podría volverse muy exitoso, y aunque conoce poco de sus orígenes mexicanos, tiene la sensación de no pertenecer a ningún lugar.

Flores Thorija nos cuenta el origen de esta historia que busca retratar de la forma más realista posible la sensación de estar fuera, de no encajar, y qué mejor lugar para hacerlo que la frontera norte del país.

FICM: Tengo entendido que la película, Travesías, participó en Impulso Morelia 6, en 2020, ¿verdad?

Sergio Flores Thorija: Exacto. Posteriormente entró a la competencia, a la Selección Oficial, en 2021.

FICM: ¿Cómo fue armar este proyecto? ¿Hubo algún cambio en el camino, cómo fue la retroalimentación durante Impulso Morelia?

SFT: Impulso era un plan que tenía desde el principio. El cine que yo hago es muy de autor, cine de arte, y producirlo es muy difícil. De hecho, esta película es 100% independiente, lo mismo con mi trabajo anterior, 3 mujeres o despertando de mi sueño bosnio (2016).

La forma en la que yo trabajo, consiste en no aplicar a los fondos gubernamentales, es muy complicado acceder a ellos. Hay infinidad de formas de hacerlo, ¿sabes? No es como que haya una fórmula, no es una receta de cocina que sigue ciertos pasos. Tú como directora o director debes encontrar la forma en la que te sientas cómodo, la que te gusta trabajar y. Y por desgracia, los fondos gubernamentales son como muy cuadrados. O sea, es un guión muy clásico con una propuesta de actores famosos, con un equipo de trabajo muy establecido, con películas en su trayectoria, con con muchas cosas, ¿no?.

Travesías (2019, Dir. Sergio Flores Thorija)
Travesías (2019, Dir. Sergio Flores Thorija)

Yo no trabajo así y me gusta trabajar con equipos muy reducidos. Yo sólo trabajo con no actores oactores  naturales, como le llaman, o no profesionales. Yo soy también el fotógrafo, el director, el guionista, el editor. En mi equipo trabajo éramos seis personas. Todos los diálogos de las pelis surgen a partir de la improvisación. Entonces mi guión era de ocho páginas.

No sé si me tiran de loco, que así no se pueden hacer películas, pero obviamente se puede y alguno de los mejores directores del mundo que yo admiro muchísimo trabajan así, ¿sabes? Entonces, para mi el Festival de Morelia es como mi casa, porque todos mis proyectos han estado ahí. Impulso era importante para mí, porque yo hice la película así, con lo que se pudo, de la forma más guerrera y era casi llegar arrastrando.

Por desgracia se nos atravesó la pandemia, pero normalmente Impulso te ayuda mucho para que se vea la película, también ma retroalimentación que es obviamente muy valiosa.

Le agradezco al FICM que me apoyen tanto, que les guste lo que hago. Espero un día ganar el festival con mis largos, es lo único que me falta este. Aprecio tanto el apoyo de Impulso, de Andrea Stavenhagen, de Daniela Michel, de todos.

FICM: ¿Cómo es tu proceso para financiar tus proyectos?

SFT: Pues lo que sea que se pueda. Mi opera prima, por ejemplo, costó nada, costó 100 mil pesos. Este sgundo largo lo produje con dinero que gané en el festival con mi último corto. Es una mezcla de cosas, de dinero que yo tenía ahorrado, de dinero que había ganado de mi película anterior, de una beca que había ganado, de inversión privada, muchísimo en especie y de muchísima gente.

También, al ser un crew tan pequeño en el que yo hago prácticamente todo y no cobro un peso, obviamente los costos de la película se bajan muchísimo, pero es una película que se hizo con más o menos 500 mil pesos. Es muy difícil trabajar así.

Recientemente me dieron el EFICINE de distribución para la película. Estuvo muy bien y por eso salió en muchas salas.

FICM: ¿Consideras que hacer tus proyectos de esta forma, sin estos apoyos gubernamentales, te da más libertad creativa para lograr este objetivo de crear más cine de autor o el contrario?

SFT: No, la verdad no porque de todos modos ese es el tipo de cine que me gusta, que admiro, el que siempre he tratado de hacer desde hace muchos años. Si me hubieran dado el dinero o no, seria exactamente la misma película, nada más que, obviamente, a la gente le hubiera pagado mucho más, se lo merecían. Las condiciones hubieran sido mejores, la postproducción hubiera sido mucho mejor.

FICM: Tu formación incluye la Academia de Cine de Sarajevo, ¿cómo fue que llegaste a la escuela de Béla Tarr?

SFT: Fue una experiencia increíble, como te podrás imaginar. De hecho, fue en el mismo festival de Morelia que descubrí esa escuela, una de las tantas veces que Béla Tarr ha sido Invitado Especial. Yo ya había estudiado cine, pues ya estaba haciendo mis cortos y demás. Nunca tuve el objetivo en la vida de volver a ser estudiante, lo digo porque pienso que el cine no es de estudiar, pienso que más bien tú tienes que encontrar tu forma de filmar. Ya hay muchas directoras y directores que son increíbles que ni siquiera estudiaron cine. Considero que no es una carrera típica de que entre más estudies y más posgrados tengas, mejor te va a ir. Eso no significa nada a la hora de hacer arte.

Béla Tarr
Béla Tarr

Volver a ser estudiante no era mi objetivo, pero cuando vi el anuncio de su escuela fue algo como que me voló la cabeza. Me emocionaba tener la oportunidad de conocer a Tarr, lo admiro muchísimo. Y luego, la cartera de maestros que iban a impartir las clases: Apichatpong Weerasethakul, Carlos Reygadas, Cristian Mungiu, Pedro Costa y Tilda Swinton, pura gente que te hace decir "¡Wow!", porque si bien te va, un día podrías verlos en una masterclass.

De hecho con muchos de ellos sigo teniendo amistad, con Carlos, por ejemplo. Ahora lo considero un gran amigo mío e incluso es productor ejecutivo en la película y yo lo conocí en Sarajevo. Estudiar allá fue una experiencia increíble en ese sentido.

Cuando él (Tarr) anunció su escuela, apliqué como cualquier persona y jamás creí que me fueran a aceptar. Yo no era el director que soy hoy en día, obviamente. Tenías que aplicar con mínimo tres proyectos dirigidos por ti. En mi caso todos eran cortos porque solo habían hecho eso en ese momento. El mismo Béla Tarr eligió a los 15 proyectos que participarían, sin ver nacionalidad, sin nada.

Y un día me mandó un mail, que era una cosa muy surreal. Me llegó un mail de "Béla Tarr arroba quien sabe qué" diciendo que le había gustado mi corto y que por tal razón quería que formara parte de su escuela.

Lo que fue increíble de esta experiencia es que pude conocer a todas estas personas que admiro mucho y ver cómo son en la vida real, gente que en general nosotros tenemos en un pedestal, que creemos que son como superdotados o que nacieron con un talento inhumano y tú nunca vas a llegar a su nivel y eso no es cierto. O sea, cuando los conoces en persona, obviamente te das cuenta que son igual que todos nosotros, con un chorro de defectos y que es gente que que en realidad tiene una voz diferente o que su cine es diferente por dos razones: porque son unas máquinas de trabajar y trabajan muchísimo todos los días del año, que es lo que se debe de hacer en el cine. Y la otra es que les vale lo que la gente opine de sus películas. O sea, ellos hacen sus películas para ellos mismos de la forma en la que se les hincha la gana y por eso son diferentes.

FICM: Y bueno, ahora sí pasemos al tema de Travesías, ¿cómo fue que te llegó esta historia? Cómo fue que decidiste contar la historia de Alejandra y Víctor?

SFT: Todo inició en Sarajevo. Yo viví allá como tres años y medio. Una experiencia enriquecedora en todos los sentidos, pero también, como te imaginarás, una experiencia difícil. Es una cultura muy diferente a la nuestra, un país extremadamente lejano a México. No conocí a nadie mexicano durante todos esos años. Imagínate, con un lenguaje completamente diferente, religión diferente, con el bagaje tan reciente de la guerra; incluso el clima, la comida, todas diferentes. En ese sentido fue una experiencia difícil y en especial entrar a la cultura bosnia.

Travesías (2019, dir. Sergio Flores Thorija)
Travesías (2019, dir. Sergio Flores Thorija)

Me tardé más de un año en tener amigos locales porque es una cultura muy cerrada por muchas razones y no les gustan los extranjeros. No es como México, donde la gente es muy cálida. por la guerra y muchas otras razones como que no confían en los extranjeros.

Durante estos años siempre tuve como esta sensación de no pertenecer, ese sentimiento todos los días. Eres un extraño en este lugar, y así te lo hace ver toda la gente y te lo recuerdan todos los días. Entonces, yo quería plasmar este sentimiento en una película y quería hacer mi siguiente película en México. La frontera me pareció el lugar perfecto para plasmar este sentimiento, porque no te tienes que ir al otro lado del mundo, como yo lo hice, para ser un extraño. Tal vez tienes que irte un kilómetro al norte o un kilómetro al sur de la frontera y ya entras en un mundo completamente diferente, con un idioma, una cultura, una forma de ver la vida, una estética visual, todas ellas diferentes.

Yo siempre digo que mi cine viene de la vida, no viene de mi cabeza. Como te comentaba, yo no me siento a escribir un guion de 500 páginas o 200 páginas o lo que sea en mi sofá. Yo lo que hago es mudarme al lugar donde decido que voy a filmar un poco como objeto de estudio. Me mudé más de dos años a Tijuana, a vivir la ciudad, a descubrirla, a ver qué es Tijuana, a respirarla, ¿sabes?

Así es como nació la peli en ese sentimiento mío. Pero todo lo que ves posteriormente en pantalla está 100% basado en cosas que me contaron, cosas que yo viví y que sentí. Obviamente después, cuando conocí a Victor y Alejandra, en las vidas personales de ellos mismos, en sus sentimientos. La película acaba siendo como esta mezcla de de mi idea inicial, de mis sentimientos iniciales, de lo que viví en Tijuana, de lo que me contaron, de las historias personales de los actores, de los protagonistas. Para mí era fundamental ser muy, muy honesto y muy justo con la ciudad.

El cine que hago es muy realista, es ficción, pero es casi como hiperrealista, y no quería caer en los estereotipos de de Tijuana. Todos los actores son de ahí. Absolutamente todo el equipo de trabajo era de ahí. Todo es todo es pura gente local. Yo siempre digo es una película 100% tijuanense en ese sentido.

FICM: ¿Cómo encontraste a Alejandra y Víctor? ¿Cómo dijiste: "ellos son los personajes de mi película"?

SFT: Fueron casos un poco diferentes. En el caso de Alejandra hice un casting, pero como yo trabajo con no actores, tuve que salir a las calles a buscar la persona. Creo que ahí afuera en el mundo siempre está la persona que nació para hacer algún papel. La cosa es que tienes que encontrarlo y es un proceso muy largo. Me tardé como seis meses y un día la encontré. Ella tenía esa chispa, ese carisma, eso que necesitas tú en la película.

Con Victor fue un poco diferente porque cuando estaba investigando, antes de empezar a castear, me di cuenta de que había otro tema que quería tocar. Su personaje está mucho más basado en su vida personal y me pareció fascinante, un poco cómo esta persona que que es de allá pero de papás de acá y que en realidad no sabe bien quién es y cómo que se avergüenza de eso, de sus orígenes.

Claramente hay una falta de identidad o una búsqueda de identidad constante y es algo que pasa mucho con la gente en la frontera, a quienes les llaman "de segunda generación", de papás mexicanos, pero nacidos y criados allá. Entonces, basé en gran parte del personaje en él

FICM: Hay una escena que me llama mucho la atención donde Alejandra empieza como trabajadora sexual, ¿cómo fue trabajar con Alejandra esta escena que es bastante realista?

SFT: Claro, este es complicado, pero también en pantalla parece más complicado. Yo sé que tal vez la escena puede ser muy fuerte, pero eso no quiere decir que la persona en la vida real estaba sufriendo. Obviamente, yo trato de ayudar a mis actores lo más que se pueda; cuando hay una escena complicada con algún tema, o hay un desnudo, o tiene o una escena sexual o lo que sea, de entrada, todo se basa primero en la confianza. Entonces, a la hora de que yo casteo a las personas, soy muy honesto con ellas y desde el principio, desde el casting, antes de darles el papel, les digo lo que yo espero de ellos. Trabajé con ellos casi un año completo antes del rodaje, nos veíamos prácticamente todos los días.

Travesías (2019, Dir. Sergio Flores Thorija)
Travesías (2019, Dir. Sergio Flores Thorija)

Desde ese punto hasta la película hay casi un año, es un año de trabajarlo, de mentalizarte, de miles de cosas que que que lo van facilitando. Obviamente no es como que de repente ya mañana vamos a hacer esto. Entonces es un año para llegar hasta ese punto. En realidad todo lo de actuación es mucho de estar cómodo contigo mismo, por eso se hacen miles de ejercicios de fisicalidad, de sentirte cómodo

Para esta secuencia en particular, el otro personaje, el que es el cliente, el que contrata a Alejandra, es muy amigo de ella en la vida real. Yo siempre casteo los personajes secundarios a partir de que ya tengo a los protagonistas. La mamá de Víctor, por ejemplo es su mamá de verdad.

El día del rodaje de esta escena en realidad fue muy gracioso porque él, Manuel, es una persona graciosísima, él es gay y en la secuencia tuvo que interpretar a alguien completamente opuesto a él mismo. De hecho, a él no le emocionaba nada la situación, pero a pesar de eso, ese fue de los días más graciosos y más fáciles de todo el rodaje, aunque en pantalla parezca algo horrible.

Una situación como esa en la realidad es horrible y estoy consciente de que quiero tocar temas complejos, quiero enfrentar al espectador y a mí me choca querer tapar el sol con un dedo. Quiero darle una voz a la gente que por desgracia sufre esto todos los días y creo que la única forma responsable de hablar de esto es literal, agarrar el toro por los cuernos. El mundo del trabajo sexual en Tijuana es terrible y es horrible. Yo quería que esta escena fuera fuerte, que fuera incómoda. Siempre procuré que la actriz confiara en mí, protegerla.

Cuando en las películas hay escenas sexuales, al principio siempre a los actores les da un poco de pena o de miedo, pero yo siempre les digo pero vas a ver que cuando acabe el rodaje, o sea, de aquí a un año o año y medio, en realidad vas a querer que que es lo más fácil, porque en realidad es mucho más difícil cuando tienes que trabajar con tus emociones, con tus traumas, con traumas de tu infancia. Eso es un gran reto. Hasta el día de hoy, todos los actores con los que he trabajado en alguna escena de un desnudo, siempre acaban estando de acuerdo conmigo.