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#20 FICM: Un viaje hasta lugares inimaginables

A lo largo de sus veinte años de historia, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) ha sido testigo del surgimiento y desarrollo de cineastas mexicanos con miradas e historias muy diversas. 

Desde sus primeras ediciones, la selección oficial del FICM incluyó nombres que con el paso de los años han logrado reconocimiento a nivel nacional e internacional gracias a su participación en festivales como Cannes, Venecia, Sundance, San Sebastián, entre muchos más.

Tan solo durante la primera edición del FICM, cuando la competencia estaba enfocada solo en cortometrajes y documentales, en la selección figuraron los primeros trabajos de cineastas como Michel Franco y Julián Hernández, quienes presentaron Entre dos (2003) y Vivir (2003), respectivamente, en la Sección de Cortometraje Mexicano. 

Durante esta misma edición, Everardo González presentó su primer largometraje documental, La canción del pulque (2003), un retrato de la vida diaria de los habitantes de la pulquería La Pirata, el cual obtuvo una mención especial en el festival y posteriormente recibió el Premio Ariel al Mejor Largometraje Documental durante su edición número 46.

Al año siguiente, durante su segunda edición, el FICM inauguró la Sección Michoacana para darle espacio a los realizadores y las realizadoras locales. Recordemos que Michoacán tiene una amplia tradición cinematográfica, pues hace más de 100 años, el 3 de junio de 1905 para ser exactos, Carlos Mongrand realizó la "vista" que algunas fuentes titulan Ceremonia al pie del monumento del mártir de la patria Melchor Ocampo en Morelia, la cual fue estrenada en el Teatro Melchor Ocampo ubicado en el Centro de Morelia, Michoacán. Desde entonces, el estado ha sido cuna de grandes actores, actrices y realizadores que, inspirados por la hermosura y diversidad de sus locaciones, han inmortalizado en clásicos del cine mexicano sus paisajes y riqueza cultural.

Fue entonces cuando unos jóvenes Carlos Carrera, Mariana Chenillo y Matías Meyer presentaron sus cortometrajes De raíz (2004), Mar adentro (2004) y El pasajero (2004), respectivamente. Años después, en 2010, Chenillo, ganó el Premio Ariel a la Mejor Ópera Prima por Cinco días sin Nora (2009), cinta que también formó parte de la Selección Oficial del FICM. Por su parte, el cineasta Eugenio Polgovsky presentó su documental Trópico de Cáncer (2004), el cual recibió el premio a Mejor Largometraje Documental en el festival.

Trayectorias

Al año siguiente, en 2005, cineastas como Sofía Carrillo, Roberto Fiesco, Michel Lipkes, Kyzza Terrazas y Jorge Michel Grau hicieron sus primeras apariciones en el FICM en la Sección de Cortometraje Mexicano. En esta misma competencia participó el realizador estadounidense Cary Fukunaga, quien años después realizaría la multipremiada película Beasts of No Nation, de 2015. 

Sofía Carrillo obtuvo en 2018 el Premio Ariel al Mejor Cortometraje de Animación y en 2020 su trabajo La bruja del fósforo paseante fue nominado en la categoría de Mejor cortometraje en los Premios Ariel, mientras que Roberto Fiesco también recibió un Premio Ariel a Mejor cortometraje de ficción en 2016 por Trémulo, el cual participó en el 13° FICM.

Por su parte, Nicolás Pereda llegó a obtener en 2010 el Orizzonti Award for Best Film en el Festival de Venecia por El verano de Goliath y la Beca Guggenheim en Artes Creativas.

Natalia López y Elisa Miller debutaron en el FICM con sus cortometrajes En el cielo como en la tierra (2006) y Ver llover (2006), respectivamente, los cuales formaron parte de la competencia del FICM en 2006, durante la cuarta edición del festival. Fue gracias a su participación en esta edición que Miller pudo llegar al Festival de Cannes con este mismo trabajo, el cual fue premiado con la Palma de Oro.

Recientemente Natalia López participó en la Berlinale 2021 con su ópera prima Manto de gemas, la cual obtuvo el Oso de Plata en dicho certamen..

En 2007, durante la quinta edición del festival, se presentó por primera vez la Sección de Largometraje Mexicano donde figuraron nombres como el de Rodrigo Plá con La zona (2007) e Inti Cordera con Los soneros de Tesechoacán (2007), por mencionar algunos. Asimismo, Diego Quemada-Diez y Natalia Beristain Egurrola debutaron como cortometrajistas en la competencia de esta edición. En 2014 Quemada-Diez obtuvo el Ariel a Mejor Ópera Prima por la multipremiada película La jaula de Oro.

Al año siguiente, en 2008, el sexto FICM fue testigo de los primeros pasos de David Pablos, quien presentó en la competencia de Cortometraje Mexicano su trabajo La canción de los niños muertos (2008), mientras que en la Sección de Largometraje Mexicano se incluyó Los bastardos (2008), de Amat Escalante, director que en 2016 recibió el León de Plata a Mejor Director del Festival Internacional de Cine de Venecia por La región salvaje (2016), que formó parte de la Selección Oficial del 14º FICM.

Antes de presentar exitosamente Las niñas bien (2018), Alejandra Márquez, junto a Oriana Alcaine, presentó en el séptimo FICM el cortometraje 5 Recuerdos (2009). Asimismo, Samuel Kishi debutó con su cortometraje Luces negras (2009). Además, Rigoberto Perezcano presentó su largometraje Norteado (2009).

Fue en 2010 cuando Fernanda Valadez presentó el cortometraje De este mundo (2010), sin imaginar que diez años después, en 2020, su ópera prima Sin señas particulares (2020), se convertiría en la cinta ganadora del Ojo a Largometraje Mexicano del 18º FICM. De igual forma un joven Alonso Ruizpalacios presentó sus cortometraje y El último canto del pájaro Cú (2010), mientras que en la sección de Largometraje Mexicano el documental Marimbas del infierno de Julio Hernández Cordón.

En 2011, la cineasta Betzabé García presentó su cortometraje documental Venecia, Sinaloa, el cual años después inspiró su ópera prima documental, Los reyes del pueblo que no existe (2015) que ganó el Premio del Público en el Festival de Cine SXSW 2015, el Premio del Jurado en el Full Frame Documentary Film Festival, la beca de posproducción Cuauhtémoc Moctezuma Ambulante en 2014 y que se presentó en la edición número 13 del festival.

Ese mismo año, la directora Kenya Márquez debutó en la sección de Largometraje mexicano con Fecha de caducidad (2011), mientras que en la sección de Documental mexicano, veríamos por primera vez en competencia a Tatiana Huezo con El lugar más pequeño (2011) y a Maya Goded con Una reina a su gusto (2011).

Fue en la décima edición del FICM que vimos por primera vez en la competencia de cortometraje nombres como el de Carlos Lenin, Sebastián Hofman y Faride Schroeder, quienes presentaron 3 y media vueltas en posición (2012), Zurcidos invisibles (2012) e Ismael (2012). Ese año ocurrió algo excepcional, pues Hofman no solo presentó un cortometraje, sino que además participó en la Sección de Largometraje Mexicano con Haley (2012).

En tan solo sus primeras diez ediciones, el FICM le dio visibilidad a cineastas que hoy, a veinte años de distancia, han llegado a lugares que quizá en algún momento fueron inimaginables.

Para el FICM es un honor no solo seguir apoyando a cineastas que participaron desde nuestras primeras ediciones, sino que año con año se agregan más y más nombres de jóvenes cineastas que tal vez en diez años más, formarán parte de un texto como éste en el que recordaremos sus primeras apariciones en nuestra competencia.