02 · 15 · 21 My Son, The Hero (Los hermanos Del Hierro), the anti-Western Share with twitter Share with facebook Share with mail Copy to clipboard Rafael Aviña A fines de los años cincuenta, Hollywood exploraba nuevas tendencias y, de a poco, dejaba en el camino géneros tradicionales y populares como el western. Así, la epopeya del viejo oeste y sus leyendas: vaqueros, caballos, rifles y pistolas, ataques indígenas, el Séptimo de Caballería, alguaciles, duelos al atardecer y más, se incrustaban en la naciente televisión como lo muestran: Bonanza, El llanero solitario, Bat Masterson, La ley del revólver y más. En cambio, otras naciones obtenían partido de esa misma mitología como ocurrió en Italia con sus spaguetti westerns y en México, en paralelo y en el ocaso de su época dorada, que apostaba por un cine de caballitos en el que prevalecían los héroes justicieros enmascarados, locaciones paupérrimas, boleros rancheros, ineptas peleas de cantina y descabellados argumentos que rozaban el horror, la comedia y la intimidación en plena provincia mexicana. El 2 de enero de 1961, iniciaba el rodaje de Los llaneros que en breve modificaría su título por el de Los hermanos del Hierro, producido por Gregorio Walerstein y Películas Rodríguez. Su director, Ismael Rodríguez, y su guionista, el escritor Ricardo Garibay, concebían una historia en la que, a partir de los lineamientos del western tradicional, rastreaban en los orígenes de la violencia; una suerte de vicio que corrompe y devora a una familia norteña, los del Hierro: la madre viuda (Columba Domínguez), que ansía vengarse del asesino (Emilio “El Indio” Fernández) de su marido (Eduardo Noriega), acribillado ante los ojos de sus dos pequeños hijos (Sadi Dupeyrón y Alfredo Morán), que terminan deambulando con la sangre del padre en el rostro y en la camisa, y que crecen educados en el odio y el desquite en un clima de brutalidad machista. Garibay no escatimó en diálogos secos y lacónicos que reproducían con verosimilitud algunos modismos norteños. A su vez, el cinefotógrafo Rosalío Solano aportó elegantes imágenes como lo muestra la impactante secuencia inicial que abre con el tema musical "Dos palomas al volar", de Jesús Gaytán, en esta suerte de western sicológico en oposición absoluta al cine de caballitos que prevalecía entonces. No sólo eso, la cinta reunía a figuras como: Pedro Armendáriz, Víctor Manuel Mendoza, Ignacio López Tarso, David Reynoso, José Elías Moreno, David Silva, Pancho Córdova, Amanda del Llano, Noé Murayama y Arturo de Córdova como el narrador. Y con ellos, El Indio, Columba y sus hijos ya adultos, interpretados por: Antonio Aguilar, como el hermano mayor, "Reynaldo del Hierro", y Julio Alemán, el hermano sicópata y alucinado, "Martín", que asesina por placer cada vez que escucha el tema de "Dos palomas al volar", y cuyo apellido remite por igual a la idea de la dureza o del error. Columba Domínguez en Los hermanos del Hierro (1961, dir. Ismael Rodríguez) Los hermanos del Hierro premiered at the Alameda cinema and was cancelled within a week – an absolute failure. The role of the mother was originally written for Dolores del Río, who was hoping to star in a film directed by Rodríguez. She was fascinated by both the script and the character, but when she learned that her eldest son would be played by Tony Aguilar she rejected the role outright, claiming that Aguilar only made ´charritos´ films (films about Mexican ´charros´, essentially elegant cowboys). Del Rio was unable to comprehend the director, whose creative genius went beyond simple narrative conventions, and so she lost the opportunity to participate in this drama of madness and revenge masquerading as a Mexican Western. Columba Domínguez, who was ten years younger than Tony Aguilar, is extraordinary in the role, sacrificing her youth and beauty to appear as the aging, spiteful mother of the Del Hierro brothers.