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La oscura estética de David Fincher

David Fincher es uno de los directores estadounidenses de cine más reconocidos en los últimos años debido a la trascendencia que han tenido sus películas, en específico thrillers psicológicos como Se7en, los siete pecados capitales (1995), El club de la pelea (1999), Zodiaco (2008), La chica del dragón tatuado (2011) y Perdida (2013).

Su filmografía se caracteriza por su estética detallada. Fincher hace una exhaustiva investigación para mostrar en la composición de sus imágenes todos los elementos posibles que remitan al momento en el que se sitúa la historia. Hace un trabajo notable en efectos especiales e iluminación. Ningún elemento que aparezca a cuadro es arbitrario o está por casualidad. Fincher elige hasta el último detalle de lo que aparece en cada toma.

Poco a poco la oscuridad se apodera de los personajes de David Fincher en cada una de sus historias. Esta cualidad trasciende del guion hacia la iluminación y paleta de colores con las que se asocia a un personaje para enfatizar sus momentos más turbios y de locura.

El club de la pelea (1999, dir. David Fincher) El club de la pelea (1999, dir. David Fincher)

En El club de la pelea, Tyler (Edward Norton), protagonista de la cinta, es un personaje que atraviesa por una crisis existencial que lo lleva al límite físico y mental. Conforme avanza su psicosis, el uso de sombras en el largometraje es más visible en cada aparición de Tyler.

En el caso de Holden Ford (Jonathan Groff), personaje central de la serie Mindhunter (2017), el uso de negros avanza durante la serie conforme el protagonista se obsesiona cada vez más en la psicología de los asesinos seriales de 1977. El sello Fincher aparece una vez más al arrastrar a sus personajes a su propio infierno.