01 · 25 · 21 La mente y el crimen: The Undefinable Strangeness of Alejandro Galindo Share with twitter Share with facebook Share with mail Copy to clipboard Rafael Aviña Para 1960, la XEW transmitía el programa radiofónico El que la hace la paga, una serie de dramatizaciones que contaban con la asesoría y la voz del comandante de la policía, Luís E. Pérez, en la que se relataban casos extraídos de los archivos de la nota roja mexicana y mundial. Es decir; en los albores de esa nueva década, el crimen se trastocaba en asunto cotidiano y doméstico. Homicidas más vehementes, tráfico de drogas, prostitución, sicopatía y rabia, tramas detectivescas y periodísticas o situaciones de chantaje y sexualidad se convirtieron en los tópicos preferidos del cine policiaco de los años sesenta en una moderna ciudad de México, violenta, corrupta y enrarecida. En ese contexto, Alejandro Galindo, realizador de Campeón sin corona (1945) y Una familia de tantas (1948), entre otros clásicos, apostaba por un intrigante experimento fílmico realizado de manera independiente, por el que incluso se vio en la necesidad de hipotecar su casa para producirlo. La mente y el crimen (1961) es una curiosa y adelantada cinta sobre la labor de la ciencia y la policía, inscrita en los sórdidos recovecos de la nota roja y la sicología del asesino; una extraña y fascinante combinación de documental, reportaje y ficción que partía de un hecho verídico: el descubrimiento de un torso humano arrojado en un canal cercano a la zona de la Merced. En la cinta, Alejandro Galindo rastrea en la mentalidad psicópata y en la realidad de la investigación policiaca, que poco o nada tenían que ver con el retrato ficticio de la cinematografía mexicana, aproximando su relato al cine negro policiaco más brutal y realista. La mente y el crimen (1961, dir. Alejandro Galindo) | FOTO: Filmoteca UNAM In La mente y el crimen, modern criminology and specialized agents determine that on September 11, 1961, a young nurse named Magdalena Alfaro was kidnapped by Aurelio Ruiz Redondo in his meat-delivery truck. He later brutally beat, strangled and raped her, dismembered her body and threw her torso (minus a bite) into the fetid canal at Puente de Carretones. In the film, the murderer ends up giving himself away after he is fooled by a trap set by the police and a doctor, who was the unfortunate victim´s boss. In the film, scenes are recreated with enormous solemnity. Manichean hypotheses about the criminal and antisocial behaviour of individuals abound: “misery, alcohol, marijuana, heroin, ignorance… they prey upon these unfortunate brains”. There are also references to sadistic criminals like Peter Kürten, The Red Light Killer, Jack the Ripper, Francisco Guerrero Pérez nicknamed ´El chalequero´ and considered the first Mexican serial killer of women, José de Jesús Negrete and ´El Tigre de Santa Julia´, as well as to the business of prostitution (there are references to the ´Long Play Baby´, or high-end prostitutes who tended to be contracted by rich businessmen, for example). The film shows an enormous amount of intuition as it takes us down different paths, proposing a format far removed from the commercial norm at a time when popular Mexican cinema was losing more and more ground to television, falling into the repetition of hackneyed stories and themes. La mente y el crimen is an atypical documentary noir, an unclassifiable rarity made 60 years algo that serves as a starting point for the exploration of a whole slew slew of must-see films from Mexico´s cinematographic history. Galindo´s film won an award at the Scientific Film Festival in Rome in 1962 and was released in 1964 at the now defunct C-rated Mariscala cinema, where it stayed for just one week.