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Función de No quiero dormir sola, de Natalia Beristain

Natalia Beristain recibió un cálido aplauso del público asistente y pidió a su equipo que la acompañara para dar inicio a la película: Mariana Gajá, protagonista; Abril Schmucler, Rodrigo Herranz, Rafael Ley y Kyzza Terrazas, “el heroico equipo de producción”, Sandra Flores, directora de arte, y Arturo Beristain, “también parte del cast, mi padre”.

“Les agradezco que estén aquí y al festival por habernos invitado. Es una delicia poder regresar y que suceda aquí el estreno en México”, dijo Beristain antes de comenzar la función.

No quiero dormir sola muestra la historia de Amanda, una mujer joven que no puede dormir si está sola. Sus días transcurren de manera tranquila y ordenada; sus noches las llena de amantes que la ayuda a pasar las horas. Su universo cambia cuando tiene que hacerse cargo de su vieja y alcohólica abuela, Dolores, una actriz retirada que ahora vive de los recuerdos de sus glorias pasadas.

Un largo aplauso marcó el fin de la película, con un público conmovido y emocionado por la película y, sobre todo, por la interpretación de las actrices Adriana Roel y Mariana Gajá. La sesión de preguntas y respuesta fue dirigida por el productor y director Roberto Fiesco, quien quiso saber, en voz de Beristain, si el guión lo había pensado específicamente para ambas actrices. “Cuando escribí la historia quería que mi abuela, Dolores Beristain, fuera la protagonista, pero ella enfermó. Cuando logramos levantar los fondos de la película ya estaba muy frágil y tuve la fortuna de ver a Adriana en escena y fui tras ella a capa y espada”.

Mariana Gajá explicó que trabajar con Adriana Roel fue una gran experiencia. “Ella es una mujer muy generosa, con unas tablas impresionantes. Al principio ella decía que se sentía insegura, porque hacía mucho que no actuaba para cine y, obviamente, a los dos días de rodaje demostró que era una gran maestra; cuando vi la película me di cuenta que sí nos parecíamos mucho”.

“Es la primera película que me hace llorar”, dijo un espectador después de felicitar el equipo de No quiero dormir sola. Beristain le explicó que la idea de la película fue una mezcla entre la ficción y la realidad porque, al mismo tiempo que desarrollaba la historia de una actriz madura que empieza a tener problemas de memoria, su abuela tuvo una crisis médica.

El trabajo con el equipo de producción comenzó con la entrega del guión y con la aportación de cada uno a partir de experiencias personales. Abril Schmucler, una de las productoras, explicó que se trata de una película que contó con un presupuesto y equipo pequeño, en donde cada quien aportó “un pedacito hasta terminarla bien”.