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Entrevista a David Pablos en el 13º FICM

La 13ª edición del FICM cuenta con la presencia del director David Pablos, cuya película Las elegidas (2015) fue nominada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2015 y se estrenó en México en una función de gala en esta edición del FICM. En entrevista exclusiva para el festival, David Pablos conversó con nosotros acerca del cine y de sus procesos de preparación y realización:

Las elegidas es muy impresionante porque toca temas de gran relevancia social. ¿Cuál es el impacto que esperas que tenga al presentarla en una sociedad como la nuestra? ¿Al mostrar una película que toca temas tan fuertes y tan necesarios como los que estás planteando?
D.P. Es una pregunta compleja. De entrada, para mí lo más importante es lo que está sucediendo ya en el festival, que es la manera en que el público recibe la película y puede conectar con ella. Yo no creo que el arte cambie las cosas, no creo que el cine sea capaz de lograr cambios sociales. Pero sí creo que el cine y el arte tienen la posibilidad de generar empatía y yo quería que la experiencia de vida que tuve al hablar con estas chicas - que fueron víctimas de trata - se reflejara en la película. Que eso que a mí me impactó, teniendo a distintas mujeres cara a cara, pudiera suceder con el espectador cuando ve Las elegidas. Lo más importante es la experiencia vital que se lleva el espectador en la cabeza; que no se acabe la función y la dejen atrás, olvidado y que pueda generar algún tipo de discusión.

David Pablos en el Conservatorio de las Rosas en Morelia. David Pablos en el Conservatorio de las Rosas en Morelia.

Me interesa mucho saber cómo fue tu proceso de investigación para este tema.
D.P. Comencé la investigación en Internet, hay mucha información si sabes buscar en las redes: muchos reportajes, documentales. Por fortuna tengo una amiga guionista que está profundamente interesada en este tema y me envió entrevistas con distintas mujeres que después de haber pasado por esta situación, alzaron la voz y se volvieron activistas. Ahí me di cuenta que sí es un problema muy grave en México; pero además es un problema muy grave en el mundo. Es un fenómeno que se extiende de una manera impresionante, resulta alarmante. Todo eso fue esencial, aunque para mí el momento crucial fue estar cara a cara con estas chicas, porque entonces deja de ser información y se vuelve experiencia de vida; algo que me impactó profundamente, me dolió y me conmovió. Entré también en contacto con fundaciones que dan apoyo a víctimas de trata: apoyo psicológico, dónde vivir, manutención, les ayudan a pagar su escuela. Y para completar el panorama necesitaba saber de los proxenetas y encontré un texto maravilloso que se llama “El oficio de ser padrote” de un periodista que estuvo conviviendo con ellos durante meses. Y a partir de esa convivencia y entrevistas hizo este texto que para mi fue esencial. De hecho, hay diálogos de la película en la voz de los padrotes que están sacados directamente de este texto.

*Para mayor referencia, el texto al que hace referencia el director David Pablos es de Oscar Montiel Torres, quien presentó en 2007 su tesis de posgrado titulada “Trata de personas: padrotes, iniciación y modus operandi” para el CIESAS y publicada por INMUJERES.

He platicado con varios directores de cine que, como tú, trabajan en el guión y en el rodaje, que prefieren un proceso u otro. Porque es muy diferente el momento del guión, que implica estar contigo mismo en un ejercicio introspectivo, que el proceso de mayor apertura hacia el exterior de la dirección. ¿Tú cómo vives esto?
D.P. Los dos los disfruto mucho, pero para mí el rodaje es el mejor momento. Me encanta escribir, pero lo único que a veces me pesa es la soledad. A mí me encanta estar con gente, entonces cuando escribo siempre me tomo las tardes para estar con alguien. Y cuando estoy filmando es la sensación de hacer un plano, y que en ese plano todos los elementos se conjunten y funcionen; tengan el ritmo y la intensidad necesarias. Es de las mejores sensaciones que existen, de plenitud. Creo que estamos haciendo un trabajo que es importante porque estamos logrando lo que visualizamos y a veces es tal como lo imaginaste; a veces, se supera, a veces, no. Pero es muy disfrutable montar una escena, estar con los actores y las cámaras; ver el plano a través del monitor es una sensación muy bella. Y la familia que se genera en el rodaje.

Muchas gracias por esta conversación, felicidades por Las elegidas y estaremos pendientes de tu próximo proyecto. ¿Nos puedes adelantar algo?
D.P. Estoy trabajando ya con Canana y con Pablo Cruz. La idea sería filmarlo el próximo año a finales, una historia de jóvenes en otro tono. Es un proyecto enorme, muy largo y lo estamos definiendo pero lo mas probable es que sea en dos partes.

¡Ah qué bien! ¡Cuánto riesgo! Me encanta eso.
D.P. Mucho riesgo pero para allá hay que ir, hay que tomarlos. Las elegidas fue un riesgo enorme, sobre cómo contar este tema. Uno tiene que hacer una película de la que estás orgulloso. Es difícil decir eso porque uno también necesita la validación de los festivales, sobre todo para el tipo de cine que hago, pero tampoco puede uno vivir de eso.