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El mundo fantástico de Pedro Friedeberg: entrevista a Liora Spilk

Marco A. Sánchez

Liora Spilk es una editora y directora mexicana, graduada de la UNAM de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación, donde comenzó con su carrera. Entre sus trabajos más destacados como editora se encuentran el cortometraje La muñeca Tetona (2017), de Alexandro Aldrete y Diego Enrique Osorno; Pobo “Tzu”- Noche Blanca (2020), de Tania Ximena Ruiz y Yollótl Alvarado, además de participar en la edición de un capítulo de la serie 1994: Poder, rebeldía y crimen en México (2019), disponible en Netflix.

En 2022 estrenó su ópera prima Pedro, en la que además de encargarse de la dirección también realizó la fotografía. En este film, Liora Spilk registra el acercamiento que tuvo con el pintor mexicano Peter Friedeberg, quien es considerado “el último surrealista de México”. En la cinta se captura la esencia de Friedeberg a través de las vivencias con sus amigos más cercanos y desde la perspectiva de la misma Liora.

Pedro (2022, dir. Liora Spilk)
Pedro (2022, dir. Liora Spilk)

Luego de formar parte de la Selección Oficial del 20° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en la sección de Largometraje Documental, y posteriormente tuvo su estreno internacional en el Festival Internacional de Cine de Málaga.

El FICM tuvo la oportunidad de platicar con la directora, quien nos platicó sobre el proceso de realización de este documental, y sus aprendizajes como editora y directora durante la realización de este trabajo.

FICM: ¿Cómo se dio tu acercamiento con Pedro Friedeberg?

Liora Spilk: Pedro es mi artista favorito desde que tengo memoria, de hecho, uno de mis primeros recuerdos es un cuadro de él. Era mi pintor favorito cuando estaba estudiando en la UNAM y tenía que hacer un cortometraje. Dije: “esta es la excusa perfecta para ir a conocerlo”; mi abuela es historiadora del arte, así que tenía su contacto. Lo fui a entrevistar en 2012 y desde ese día me perdí en el mágico mundo de Pedro Friedeberg por más de 10 años.

FICM: ¿Qué fue lo que más te atrajo del arte de Pedro Friedeberg?

LS: Lo que más me gusta es que me cuenten historias, creo que por eso entré al cine.Las obras de Pedro siempre cuentan una historia, tienen una profundidad narrativa y estética muy importante, además de que tienen mucho humor, y a mí me atrae mucho el humor, es muy importante; pienso que a veces el arte se toma así mismo demasiado en serio y eso me repele un poco. 

Otra aspecto que me gusta mucho del trabajo de Pedro es su mundo fantástico, en esta necesidad de contar historias, la fantasía es muy importante y creo que eso fue de las cosas que más me atrajo.

FICM: En una parte del largometraje, Pedro menciona que el arte es una cosa muy lenta que se tiene que pensar y digerir e incluso a veces es necesario destruir la obra para ver su valor, ¿estás de acuerdo con su visión o para ti qué significado tiene el arte?

LS: Creo que después de tanto tiempo me he dado cuenta de que mi forma de ver el arte está influenciado por cómo Pedro lo ve, entonces para mí, que soy nostálgica, melancólica y amante del pasado, sí hay un valor muy grande en la forma de hacer arte como se hacía en el historicismo, como el oficio del artista, eso es una de las cosas que me gusta de Pedro. Ya no existen muchos artistas de oficio, que aprendieron a pintar, a dibujar y lo hacen con regla, lápiz, goma y transportador como lo hace él. 

Y sí,  me gusta más la forma histórica de ver el arte más que el arte contemporáneo, no digo que en este último no haya cosas increíbles, pero como Pedro dice, “el arte hoy en día era igual de malo que hace 50 años, todo el mundo pinta garabatos y los firmaban como si fueran Leonardo da Vinci”.

Pedro Friedeberg
Pedro Friedeberg

FICM: Después de tantos años registrando el tiempo que pasaste con Pedro, me imagino que tenías demasiadas tomas, ¿cómo fue el proceso para seleccionarlas y darles una narrativa coherente? 

LS: Esta es mi primera película como directora, yo soy editora, montajista de oficio, y la primera responsabilidad del editor es contar la mejor historia que hay con el material que se tiene, no hacer feliz al director. 

Yo me fui metiendo a la película como un recurso narrativo. En primera, para relajar a Pedro porque no le gusta la cámara y también para hacerlo reír, era un recurso cómico meterme a mí, y al final, en la pandemia, cuando tuve un momento de pausa y de valor para ver mi material, ya que por mucho tiempo no lo quise ver porque tenía muchos problemas técnicos debido a mí, yo lo grabé e hice el sonido todo mal, entonces cuando me senté con mis editores para decidir cuál era la mejor historia para contar, esta era, y va más allá de mostrar quién es Pedro sino entender quién es a través de esta amistad y de los ojos de inocencia y admiración que tenía yo, esa fue la directriz.

FICM: ¿Siempre pensaste que ese era el camino que ibas a seguir con tu trabajo?

LS: En ese momento no tenía idea de lo que estaba haciendo y nada más registraba, grababa y grababa. A donde iba llevaba mi cámara y era también una excusa. Si traía la cámara, Pedro no me iba a correr. Pienso que hacer el documental fue un pretexto para poder estar cerca de Pedro y todo lo que grabé en casi siete, ocho años fue sólo registrar, es decir, vivir la vida a lado de él y grabar lo que pudiera. 

En el momento en que empezamos el proceso de edición, grabamos cosas específicas que faltaban y buscamos la forma de contar cosas que no teníamos, por ejemplo con el recurso de la animación o las cartas, que son expresiones que hace mucho Pedro porque son artesanales, y a su vez las pusimos para que tuvieran mucha congruencia con su trabajo y estética.

FICM: ¿Cómo decidiste el momento y forma adecuada para terminar el documental?

LS: Yo le digo a todos los directores con los que trabajo que una obra nunca está terminada, terminar algo es una decisión por salud mental, una obra nunca va a ser perfecta, creo que eso es de los aprendizajes más grandes que me llevo de esta película, que hay que aprender a reírnos de nuestros errores, entre más aceptemos los errores de la obra más la dejamos vivir. Una película está terminada cuando se aprende a dejarla ir, y se toma la decisión de acabarla porque muchas veces no te das cuenta pero si le sigues y le sigues le estás restando, estás sobre trabajado.

FICM: ¿Cuál es el momento que más recuerdas con Pedro durante la filmación?

LS: Creo que una de las cosas lindas que tiene el cine en general, es que las cosas más interesantes no son las que quedan en la película, a veces son las anécdotas alrededor. 

Cuando fuimos a Venecia, ya íbamos para el aeropuerto de regreso a México y había una tormenta, veníamos todos peleando contra el viento en el canal y de repente pasa un aire que nos tiró las maletas al canal, ahí venía mi material y mi compu, entonces casi nos aventamos agua y justo pasó una señora que tenía una sombrilla que usamos para sacar las maletas del canal ya todas chorreadas de agua, pero gracias a dios se salvó mi material. Lo recuerdo con la idea de que uno tiene que estar peleando por su película y no dejarse vencer.

FICM: Después de que mantuviste esta película en desarrollo durante muchos años, ¿cómo te sientes por ya estrenarla? 

LS: Siempre uno tiene una aprehensión a que la gente vea su película, pero cuando estoy sentada en la sala y escucho reír al público es la sensación más linda del mundo porque yo hice está peli para que las personas se rieran y conociera a Pedro, y cuando ves que sí funciona y la gente sí se ríe, es lo más lindo.