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Comprometerse con las realidades que representamos: segundo Conversatorio del Foro de los Pueblos Indígenas 2025

El segundo Conversatorio del Foro de los Pueblos Indígenas "Del territorio a la pantalla: diversidad en el documental indígena contemporáneo” tuvo lugar durante el 23er Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM)

La realizadora Concepción Vásquez, directora de Mujer de barro; Yovegami Ascona Mora, director de Boca Vieja (2025), y Ángel Froilán Flores Martínez, director de Los que dicen ¡No! (2025), expusieron sus experiencias en la producción de los proyectos. 

Boca Vieja y Los que dicen ¡No! se encuentran en la competencia de Documental Mexicano, Mujer de barro, en la competencia de Cortometraje Mexicano Documental. 

Al platicar sobre sus obras salió a la luz algo central en los tres documentales: son situaciones que atraviesan directamente a los directores en su día a día. Concepción Vásquez destacó que Mujer de barro es una película que relata la vida de su madre, Rufina, una mujer alfarera ayuujk. Por la resiliencia, búsqueda de libertad y lucha contra el machismo, encontró en la historia una manera de representarse a sí misma y a la comunidad en la que creció. 

Por su parte, Yovegami Ascona Mora mencionó que desde que comenzó a desarrollar su idea tenía claro que Boca Vieja tenía que ser un retrato digno de las personas que lo rodearon durante su infancia. Incluso procuró que las decisiones creativas y narrativas, como los rompimientos de la cuarta pared, mostraran sus relaciones con los personajes. 

Ángel Froilán Flores Martínez platicó su proceso de acercamiento a Los que dicen ¡No! Al inicio, la documentación era meramente fotográfica, pero llegó un punto donde se dio cuenta que el lenguaje de la fotografía no era suficiente para contar con fidelidad el extractivismo que estaban sufriendo el río Apulco y la comunidad que lo cuida. 

Los realizadores coincidieron en dos puntos cuando les preguntaron por los cuidados que tuvieron para representar las historias que documentaron: su compromiso activo con la realidad profílmica y la relación horizontal que mantuvieron con los protagonistas de los documentales. 

Particularmente, algo en lo que puso especial atención Vásquez fue la lengua ayuujk, ya que le importaba que la misma comunidad que protagoniza el documental pudiera ver y entender la película, desde su mensaje hasta cuestiones técnicas. 

“Que todo pudiera fluir y ser parte de nuestra esencia” fue de suma importancia para que los espectadores se sintieran parte de la familia. Ascona agregó que, a diferencia de realizadores externos que solo llegan para extraer historias y después irse, su vínculo con el pueblo y sus personas lo hacen responsable de la representación que hace de ellos. “No quería idealizar el pueblo, quería mostrarlo con sus matices, con sus contrastes”, dijo. 

Flores mencionó que su principal intención fue evitar replicar prácticas extractivistas durante la producción, por eso optó por una manera de filmar colaborativa, donde existiera un intercambio. Su manera de llegar a una historia para contar fue preguntando y permitiendo a la misma comunidad elegir el tema a tocar. “Nosotros sabíamos cosas, pero sabíamos que la gente involucrada sabía muchas cosas más”, comentó. 

A los realizadores les preguntaron sobre sus estrategias para hacer llegar sus documentales a otros festivales y para apropiarse de espacios de exhibición. Los tres coincidieron en la alta importancia de que las voces que representan lleguen a otros, pero no es el tema que encabeza su lista de prioridades. 

Yovegami Ascona Mora hizo hincapié en lo fundamental que es repensar el hueco que existe para la difusión de estas historias. Por el momento, la solución es aprovechar el circuito alternativo que existe. Su estrategia personal es liberar de manera pública el documental una vez que finalice su paso por los festivales. 

Concepción Vásquez compartió su plan de hacer público su proyecto, pero mencionó que su prioridad es mantener una mirada y una narrativa que guste y refleje a la comunidad. 

Ángel Froilán Flores Martínez mencionó que es importante para los realizadores de pueblos originarios no dejar de tocar puertas. Su estrategia es entender las dinámicas que existen en los pueblos para la difusión de mensajes, como las estaciones de radio comunitaria, y usarlas para las películas. 

De nuevo acordaron en que no importaba que sus películas y conversatorios no tuvieran salas llenas en los espacios de exhibición hegemónicos, lo que les importa es que en los pueblos las vean. Para finalizar, remarcaron el valor de la documentación y preservación de la memoria histórica de las comunidades, labor que hacen a través de su lente.