02 · 08 · 17 XV años, 15 ediciones: FICM 2009, 7ª edición Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Al grito de “Are you ready for some bastardos?!” (¡¿están listos para unos bastardos?!), Quentin Tarantino dio por iniciada la séptima edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), que se desarrolló en la capital michoacana del 3 al 11 de octubre de 2009. El festival comenzó con la proyección de Bastardos sin gloria después del energético mensaje de bienvenida de su director y de unas breves palabras de Eli Roth, quien aprovechó para hablar de su película Hostal (2005). Además de Tarantino, el otro Invitado Especial de esta edición fue el director francés Bruno Dumont, que presentó su película Hadewijch, ganadora del Premio Internacional de la Crítica en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2009. Por primera vez en su historia, el FICM tuvo un país invitado. Rumania fue el protagonista de un programa de largometrajes, cortometrajes y documentales curado por el crítico rumano Mihai Chirilov. La sección se debió en gran parte al director Cristian Mungiu, quien durante su visita al FICM en 2008 tuvo la idea de presentar este programa. La retrospectiva fue dedicada al director francés Alain Resnais. A través de una selección de siete largometrajes y cinco cortometrajes, el FICM mostró el genio del director más allá de la Nueva Ola Francesa. “Alain Resnais ha marcado con su huella profunda el cine moderno, tanto por su implicación en la historia de su tiempo como por la invención de una nueva escritura cinematográfica, compuesta en particular por continuidades engañosas y una ambigüedad constante entre realidad y artificio”, escribió el ensayista Vincent Amiel en el catálogo de esa edición. Entre las películas que se proyectaron estuvieron Hiroshima, mi amor (1959), El año pasado en Marienbad (1961) y Pasiones privadas en lugares públicos (2006). Ese año, el Homenaje Michoacano fue para la actriz Fanny Cano, protagonista de películas como Despedida de soltera (dir. Juan Soler, 1965) y Zona Roja (dir. Emilio Fernández, 1975). Además, el FICM celebró a los directores Julio Bracho y Roberto Gavaldón por el centenario de su nacimiento. Alejandro Ramírez, Cuauhtémoc Cárdenas Batel y Daniela Michel reconocieron que después de seis años de historia, el FICM había alcanzado una madurez que le había valido el reconocimiento de cineastas, instituciones y festivales. “Pero sin duda alguna, el reconocimiento más valioso para el festival está en la presencia de los realizadores y la preferencia del público. El hecho de que el festival haya servido como plataforma de despegue en la carrera de muchos cineastas jóvenes es una de las mayores satisfacciones para todos los que contribuimos en su organización”. Conoce más de lo que se vivió en la séptima edición del FICM.