17 · 10 · 09 Vaho confronta a los espectadores Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Clara Sánchez Vaho narra la historia de tres jóvenes, Andrés, José y Felipe, que viven en Iztapalapa y comienzan a enfrentar la vida. El linchamiento de un hombre, ocurrido durante su infancia, es un recuerdo que al mismo tiempo los une y lo separa. La cinta refleja los distintos mundos que conviven en esa zona de la ciudad, vista principalmente desde una perspectiva masculina, en la que se entretejen problemas sociales, políticos e incluso religiosos. Al término de la proyección el cineasta y el elenco recibieron agradecimientos, elogios y un par de críticas por este trabajo que exhibe a uno de los sectores más vulnerables de la ciudad de México. Gerber, al ser cuestionado sobre el mensaje de su película, respondió “no tiene un mensaje ni una moraleja, su intención era mostrar un conjunto de historias, cada una tiene su desarrollo y sus distintas piezas, son personajes verosímiles, que quieren cosas muy sencillas pero que se equivocan. Trate de hacer un retrato realista de una zona de la ciudad que en general no retrata el cine mexicano o la retrata de otra manera.” En cuanto al hecho de que ninguno de los tres personajes cuenta con sus dos progenitores comentó: “tiene que ver con la familia moderna que no es la unidad clásica mamá, papá e hijo, sino que están condicionadas a otro tipo de circunstancias y de procesos, esa es una parte de las desventajas que tienen frente a sus circunstancias, no pertenecen a un núcleo familiar bien estructurado, los acideros que les dan identidad tanto familiar como educativa y de barrios estan quebrados.” Sobre Iztapalapa El público mostró mucha curiosidad sobre la forma como los actores jóvenes percibieron Iztapalapa e incluso sobre la forma como el director había tenido contacto con el entorno para poderlo reflejar. “No conocía Iztapalapa y me di cuenta como es,” dijo Vania Yael Santiago, quien dio vida a Abigail. Joel Figueroa, intérprete de José, comentó “ estuvimos filmando varias horas ahí, es como un pequeño pueblito con sus cosas buenas y malas.” Luis Manuel Ontiveros, cuyo personaje fue Andrés, agregó: “ Yo opino igual que Joel, si se ve peligroso pero tamién había gente humilde que nos apoyaba. Había algunas personas que se querían meter a cuadro cuando estabamos filmando.” Finalmente Oscar de Levi, que encarnó a Felipe, se robó los aplausos cuando afirmó: “en algunas casas nos tocó todo tipo de gente, unos drogándose, otros gritando mientras grabababamos pero, pues, es Iztapalapa.” Gerber contó que empezó a escribir el guión cuando estaba editando un documental en la UAM Iztapalapa “mientras utilizaba el transporte público surgieron ideas, se me detonó el interés por la zona, leí muchas cosas, fuí a la representación (de la Pasión de Cristo) en Iztapalapa para tomar unas fotos. En el proceso de preproducción hicimos caminatas por la zona tratando de reconocer lugares, buscando locaciones y encontrar la forma como se convive en la zona.” Frente a la crítica Un espectador le comentó al realizador que si no le preocupaba que el público extranjero viera esta realidad tan cruda y vergonzosa a lo que respondió “cerrar los ojos a la realidad es lo peor que podemos hacer. Lo que menos nos debe preocupar es lo que piense la gente que vive en otros países; lo más imoprtante es la opinión que tenemos de nosotros mismos, de cómo funcionamos, de las graves deficiencias que tenemos. Un poco la idea del título nos remitía a ese vaho que nos ciega a los hombres, es el mismo que nos ciega al enfretarnos y al tratar de reconocer en el otro una parte de nosotros mismos. Este es un país y una ciudad que vive con una cantidad de prejuicios vergonzosos y la única forma de empezar a eliminarlos es mostrando las cosas.”