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Un retrato de la crisis hídrica y la lucha colectiva: Entrevista con Isabel y Alfredo Alcántara, directores de LA EDAD DEL AGUA

En los primeros meses del año el país y, en especial, la capital se convulsionaron frente a una crisis hídrica que tuvo una amplia cobertura debido a la centralidad del problema. Sin embargo, el problema de la escasez, la sobreexplotación de mantos acuíferos, la contaminación y la privatización del agua, han sido temas centrales en comunidades como La Cantera, Guanajuato. 

En 2016 el hidrogeólogo investigador de la UNAM, Marcos Adrián Ortega Guerrero, dio a conocer los resultados de una de las tantas investigaciones que lleva haciendo en la comunidad desde hace varios años: el agua que beben contiene altos niveles de radiación. Esta última fue hecha dado que al menos cinco personas, entre ellas tres niñas, fallecieron por un cáncer muy agresivo, lo cuál generó dudas respecto al origen de esta enfermedad. 

Platicamos con Alfredo Alcántara e Isabel Alcántara, hermanos y directores de La edad del agua (2024), con motivo de su participación dentro de la sección Largometraje Documental Mexicano en la 22ª edición del FICM. 

Elenco de La edad del agua

FICM: ¿Cómo es que encontraron la historia de la comunidad de La Cantera? ¿Cómo fueron los primeros encuentros con las familias de las niñas? 

Alfredo Alcántara: Estábamos Isabel y yo haciendo un poco de investigación para otro documental completamente diferente, que trataba sobre el agua, pero era otro tema. Y fuimos a dar a esta comunidad de La Cantera cuando conocimos a un investigador de la UNAM: el doctor Marcos Adrián Ortega Guerrero, que es hidrogeólogo y que había estado estudiando el agua en toda esta región desde hace varias décadas. Él nos comentó que quizás debíamos revisar lo que estaba pasando en esta comunidad porque él creía que estaba ligado a algo más amplio; la crisis de sobreexplotación de los mantos acuíferos en toda esta zona. Nos invitó al muestreo que estaba haciendo y ahí es donde conocimos a un grupo de mujeres que apenas estaban iniciando su investigación y habían pedido apoyo de la universidad. Porque las autoridades locales en realidad no estaban apoyándolas. Básicamente lo que estaban ellas tratando de buscar, era por qué tres niñas de la comunidad habían fallecido de un cáncer muy agresivo y no tan común dentro de un periodo de tres años. Lo cual hizo que ellas se preguntarán qué estaba pasando y buscar el porqué. Cuando las conocimos, Isabel y yo quedamos sumamente inspirados y conmovidos por la historia, por lo que nos habían platicado sobre las niñas. Desde ese momento dijimos: "Aquí puede haber algo". Y lo que pasó fue que empezaron a ocurrir todos los hechos. Todo empezó como a agarrar velocidad e Isabel y yo pues estábamos ahí con la cámara y en eso nos dimos cuenta que estábamos ya produciendo un documental. 

FICM: Tomando en cuenta este inicio, ¿cuál fue el objetivo que tenían en mente ya que se dieron cuenta que estaba tomando forma de documental para poder abordar la historia que se les estaba presentando? 

Isabel Alcántara: La primera meta que teníamos era contar una historia desde el punto de vista de las mujeres. Se nos hizo sumamente importante decir: esta no es solamente una historia de lo que está sucediendo con el agua en la comunidad, sino cómo se desenvolvió la historia a través de ellas; cómo ellas fueron las que lanzaron la investigación y cómo su perspectiva como madres de familia fue lo que las llevó a querer mejorar la comunidad. Entonces la primera meta al ver que esto ya empezaba en serio fue decidir el punto de vista que queríamos tomar. Nos vamos a incorporar a esta comunidad y vamos a presentar la vida de estas mujeres como el primer plano de la historia. Y de ese punto entonces explorar qué es lo que está sucediendo con el tema del agua. Y ya después de eso, es cuando nos dimos cuenta que el explicar la ciencia, el explicar qué es un acuífero y cómo funciona y por qué está sucediendo este problema, no es que sea secundario, pero es un contexto más amplio. Pero lo que queríamos era esa historia humana. 

FICM: Y bueno, uno de los tantos aciertos que tiene el tratamiento del tema es el mostrar cómo el tejido social se va rompiendo cuando las autoridades le dan la responsabilidad al colectivo MAYOYE, cuando en realidad es su culpa todo lo que está pasando. Entonces, ¿en algún punto del rodaje ustedes lograron cambiar el punto de vista de quienes se posicionaron en contra de estas madres? 

Alfredo Alcántara: Es una buena pregunta. Creo que es algo que como que siempre estamos caminando en cuerda floja, siendo documentalistas, donde queremos ser objetivos e imparciales, pero a la vez a nosotros nos conmueve mucho la historia de las mujeres, de las niñas. Es algo que Isabel y yo hablamos mucho de eso, pero a la vez nuestro instinto como documentalistas siempre fue quedarse un poco más en el segundo plano. Poder integrarnos lo más sensiblemente a la historia y al contexto. Entonces no logramos tener esas conversaciones directamente durante el rodaje. Pero quizás en algún momento poder proyectar este documental en la comunidad o en la región, logre que esos objetivos trasciendan un poco a lo que nosotros podemos hacer directamente. Quizás el proyecto pueda cambiar perspectivas o quizás una retrospectiva de lo que ocurrió. 

Isabel Alcántara: Y también, nunca les quisimos quitar a ellas el papel de activistas. Incorporarnos a la documentación de la lucha, fue mucho más importante que meterse uno mismo al activismo del que ellas estaban siendo las líderes de su comunidad. 

Elenco de La edad del agua

FICM: ¿Cuál creen que es el reto más grande para enfrentar los problemas de la comunidad de La Cantera? 

Isabel Alcántara: Pues el reto más grande es la comunicación. Hay tanta información que es contradictoria, que es muy difícil describir la ciencia, los hechos, y encontrar quién es el culpable y cuáles son las soluciones. 

Alfredo Alcántara: Como parte de lo que quisiéramos lograr con este proyecto es poder apoyar a organizaciones en la región que han estado trabajando en esta problemática. Y algo que nos interesa mucho es poder apoyar a una organización que desde los años setenta ha estado apoyando a comunidades para construir sistemas de captación de agua de lluvia. Que no es una solución directa al problema del agua, pero por lo menos es una herramienta para que las comunidades puedan tener agua potable y segura. Creo que, para La Cantera, el poder tener acceso a agua sana, el poder tener acceso a información en cuanto a los riesgos que hay con el consumo de agua y los riesgos que hay con la presencia de gas radón en la comunidad. Esos son los retos más directos de la comunidad. Y la disponibilidad de la información al respecto, ese es en realidad el reto más grande, porque no la hay. Entonces esperamos que quizás este proyecto impulse un poco a autoridades locales, regionales, para poder proporcionar este tipo de información. 

FICM: En cuanto al acceso a la información, ¿tuvieron algún inconveniente para recabar algunos de los testimonios? ¿Cómo fue el trato con autoridades que se dejan ver en el documental? 

Alfredo Alcántara: La verdad es que las autoridades federales, especialmente CONAGUA, siempre fueron muy abiertos con nosotros y nosotros con ellos. Desde el principio les comentamos lo que estábamos realizando, la historia que estábamos siguiendo y ellos también nos abrieron las puertas para poder documentar la versión que ellos presentan. La verdad fue muy importante para nosotros tener esa perspectiva también, para generar un balance y un diálogo para analizar, teniendo todas las piezas de información, teniendo la ciencia, saber qué es lo que verdaderamente está pasando, ¿no? Entonces fue para nosotros importante poder tener ese lado. 

FICM: ¿Cuál fue el impacto personal que tuvo la realización del documental en su visión sobre el medio ambiente? y ¿cómo impactó en su sensibilización sobre los problemas que enfrentan estas familias? 

Isabel Alcántara: El documental me abrió los ojos más que nada a lo que estaba creando la sobreexplotación agroindustrial dentro de México. Temas de medio ambiente ya eran parte de lo que yo estaba leyendo e investigando a través de varios otros proyectos, pero el entender qué era esa sobreexplotación, y ese tipo de industria, y de inversiones privadas que estaban creando estos problemas para comunidades locales, eso fue lo que más me abrió los ojos para ver qué tanto de México estaba a la venta. Eso fue algo que cambió mi perspectiva de ver los campos llenos de hortalizas, ver todas estas industrias privadas, industrias americanas, que van a México a extraer los recursos. Y ver cómo las mujeres se enfrentan a estos retos, cómo lo hacen de una manera tan honesta y lo hacen con solamente la meta de mejorar la comunidad y mejorar la vida de sus hijos, me inspira de una manera tan extraordinaria como uno puede ver una mejor vida y tratar de alcanzarla con los medios que uno tiene. 

Alfredo Alcántara: También nos hizo mirar hacia adentro y ver un poco nuestras vidas personales. Ambos, Isabel y yo, padecemos de enfermedades autoinmunes. Que aún es difícil entender exactamente el vínculo entre ellas y el agua, pero ya ha habido más y más investigación que vincula este tipo de enfermedades con el agua contaminada, muy similares a lo que está pasando en esta región. Entonces también nos dimos cuenta de que toda nuestra vida estábamos creciendo tomando esa misma agua que está también afectando a la comunidad. Entonces nos sentimos todos más conectados y de manera un poco alarmante.