08 · 02 · 24 Un collage de Helena Rojo Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Rafael Aviña El pasado 3 de febrero trascendió la noticia del fallecimiento de una de las actrices más bellas, elegantes y talentosas de nuestro cine: María Elena Lamadrid Ruiz (1944-2024), mejor conocida como Helena Rojo. Es cierto que buena parte de su trabajo fue acaparado por las telenovelas, series de TV y en parte el teatro. También es cierto que filmó alrededor de 50 películas entre largos y cortometrajes; incluso, su última participación fue del año pasado: Invitación a un asesinato de JM Cravioto. No obstante, la etérea Helena Rojo, será recordada por la vasta filmografía que realizó entre 1968 y el cierre de la década de los setenta, donde se encuentran sus mejores trabajos y donde lució esa belleza y distinción que no sólo la caracterizaron, sino que formó parte de las tramas de algunos de sus trabajos cinematográficos. Helena Rojo Al inicio de los sesenta abraza la carrera del modelaje y a fines de esa década estudia teatro bajo la directriz de Carlos Ancira y José Luis Ibáñez. Se dice, que su primera participación en el cine se dio de manera azarosa cuando acompañaba a una amiga para un casting y debido a su apostura y desenvolvimiento le ofrecieron un pequeño papel en Los amigos (1968) de Ícaro Cisneros, debutante en el primer concurso de Cine Experimental de 1965 que apostaba una vez más por los tópicos de la modernidad cultural representada por la emergente Zona Rosa incluyendo la presencia del pintor José Luis Cuevas como él mismo.Helena Rojo aparece en los primeros minutos junto a Enrique Rocha en el papel de su novio, ambos universitarios recién graduados. Él, la cita en su casa para terminar con ella ya que ambiciona una vida más desahogada y ella sale de ahí resignada para toparse con el jefe de Rocha, el empresario arquitecto Ricardo Carrión con el que más tarde baila en una fiesta que da en su residencia. Esos breves instantes fueron suficientes para que la cámara descubriera a una joven de rasgos muy finos, delicados y belleza melancólica que iniciaría una serie de películas moralistas sobre jóvenes descarriados proclives a los regaños de una sociedad hipócrita y de doble moral como la mexicana de fines de los sesenta inmersa además en esas otras posiciones sociales juveniles que serían cortadas durante el movimiento estudiantil que inició en julio y terminó brutalmente el 2 de octubre de aquel 1968, año en que Helena aparece brevemente en El club de los suicidas junto a Enrique Guzmán, Enrique Rocha y Juan Ferrara y cuyo rodaje finalizó el 1 de octubre.En 1969 además de un bit en el melodrama Cruz de amor, interpreta un par de papeles similares en dos relatos de moralina recalcitrante: Las chicas malas del padre Méndez y Las bestias jóvenes, ambas de José María Fernández Unsaín, la primera inspirada en una historia real ocurrida en Uruapan, traslada la acción a un pueblito (Tepepan), donde el cura del título que encarna David Reynoso, regenera a varias trabajadoras sexuales de un burdel que atiende Beatriz Baz, ellas son: Norma Lazareno, Lupita Ferrer, Lina Marín, July Furlong, Helena Rojo y Margie Bermejo entre otras. En la segunda, que significó el “lanzamiento estelar” de José Alonso, Helena, es una de las varias jovencitas de una pensión que administra María Elena Marqués, inmersa en los “peligros de juventudes descarriadas” (drogas, lesbianismo, carreras de autos, música y más) con participación de Chilo Morán y el grupo Los Crickets. Aguirre, la ira de Dios (1972, dir. Werner Herzog) Sin embargo, Helena Rojo tendría la posibilidad de lucir finalmente su talento y distinción en Isabel, el tercer episodio de Siempre hay una primera vez (1969) (los otros dos son: Rosa de José Estrada y Gloria de Guillermo Murray), dirigido por Mauricio Walerstein. Es éste, un relato de una brutalidad descomunal sobre las diferencias sociales y la sexualidad vulnerada. Una hermosa y frágil Helena Rojo, hija de una pareja adinerada (Beatriz Baz y Guillermo Murray) va a casarse con un elegante arquitecto (Carlos Cortés) y espía a su padre y a la amante de éste. Harta de la fiesta en su honor deambula por la Zona Rosa donde es acosada por un grupo de hombres por lo que decide abordar un taxi. El chófer interpretado por Héctor Suárez la pasea y acompaña por Garibaldi y otros lugares de juerga hasta que la lleva a un motel donde termina violentándola, agrediéndola a golpes y abusando sexualmente de ella, en un papel terrible con una impresionante cantidad de registros actorales.En los setenta vendrían algunos westerns como: El sabor de la venganza, Indio o El Payo. Más interesantes aún: Una vez un hombre, Victoria, Fin de fiesta, Los perros de Dios, La casa del sur, Misterio/Estudio Q, tramas de horror como: Mary Mary, Bloody Mary y Más negro que la noche y sobre todo, sus participaciones en ese emergente cine echeverrista como lo muestran: Los cachorros (1971) de Jorge Fons que adaptaba la novela de Mario Vargas Llosa, protagonizada por José Alonso en el papel de Cuellar, un joven confuso, agresivo y frustrado, luego de crecer emasculado por un perro (de niño le dicen Pinguita) y su agresiva relación con la hermosa joven liberal que encarnaba Helena Rojo. En Ángeles y querubines (1971), escrita por Carlos Illescas, dirigida y fotografiada por Rafael Corkidi, el resultado fue un perturbador filme de corte surrealista-gótico-vampírico, con desnudos de Ana Luisa Peluffo, Helena Rojo y Cecilia Pezet. O sus intervenciones en El santo oficio y Foxtrot de Arturo Ripstein, Muñeca Reina de Sergio Olhovich y Aquellos años de Felipe Cazals, en el papel de la emperatriz Carlota.Por último vale la pena destacar Aguirre, la ira de Dios (1972), del alemán Werner Herzog filmada en varias regiones del Perú, como Machu Pichu, Cuzco o el Valle de Urubamba, protagonizada por su actor fetiche Klaus Kinski y esa bellísima y delicada actriz mexicana que fuera Helena Rojo en el papel de Inez de Atienza. Con una impactante banda sonora del grupo Popol Vuh, relata la historia del enloquecido conquistador español Lope de Aguirre, que en 1560 emprendiera la busca de la legendaria tierra de El Dorado.