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TORO NEGRO, AL OTRO LADO y los premios documentales en 2005

En 2005 en tan sólo tres años, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) había conseguido atraer a un amplio público mayoritariamente joven y el reconocimiento de la prensa y la comunidad fílmica en general. Su edición número tres, contó con una programación excepcional sobre todo en su apartado documental ya sea en largo o cortometraje, superando por mucho las propuestas de un cine de ficción nacional que empezaba a renacer de a poco. En ese marco, el jurado integrado por Tom Luddy, Carlos Gutiérrez y Jorge Ayala Blanco, eligió como largometraje documental vencedor a Toro negro (2005), coescrito y dirigido por Carlos Armella y Pedro González Rubio, cineastas que han transitado con éxito entre el documental y la ficción.

Toro negro es el excepcional y brutal retrato de Fernando Pacheco apodado “El Negro", un joven torero de 23 años habitante de la región maya de Yucatán en la búsqueda permanente de lograr sus sueños. No obstante, su carácter impulsivo y autodestructivo, así como sus antecedentes de alcoholismo permanente, drogadicción, robo, estupro y violencia intrafamiliar como las golpizas que le propina a Romelia Sosa, su mujer, que le dobla la edad, sabotean todas sus esperanzas por triunfar en la fiesta brava. Se trata de un intenso y sobre todo equilibrado mediometraje que obtuvo, además del reconocimiento principal en Morelia, varios premios en festivales como Venecia, Nantes y San Sebastián. 

Por su parte, la Mención Especial del jurado fue para la entonces debutante Natalia Almada, por su largo documental Al otro lado (2005). Personalidades como Jesús Malverde, Chalino Sánchez, asesinado en 1992; Los Tigres del Norte, la estrella en ciernes Jenni Rivera, intelectuales como Luis Astorga o Elmer Mendoza, se integran a ésta curiosa experiencia fílmica. Aquí, se intenta penetrar no sólo en la cultura del narcocorrido, sino en sus historias de vida, a medio camino entre el melodrama cotidiano, la santificación y la falta de oportunidades que obligan a miles a cruzar como ilegales la frontera, en búsqueda del sueño americano, incluso con una guitarra y una pluma en la mano, tal y como le sucedió al joven Magdiel de La Reforma Sinaloa, quien abandona a su familia para convertirse en compositor de un género musical que potencializa las historias de abandono, nostalgia, explotación, droga y estrepitosa caída. Natalia Almada, consigue mezclar diversos puntos de vista sobre un fenómeno social que por un lado, cambia brutalmente la economía formal de familias enteras, crea grupos de racistas patriotas caza-ilegales, o proyecta carreras de jóvenes estadounidenses de raíces mexicanas, para quienes, el español es la forma de integrarse a una doble cultura que genera ganancias millonarias o llena de tumbas la frontera. 

El Premio del público al mejor documental en competencia recayó en Muxe’s, auténticas, intrépidas, buscadoras de peligro (2005) de Alejandra Islas, autora de eficaces documentales, entre los que destacan: Iztacalco, campamento 2 de octubre, Eisenstein en México, El círculo eterno, La banda del automóvil gris. La película se centra en la insólita comunidad de Juchitán, Oaxaca, en la que se preserva no sólo su identidad zapoteca, sino su gusto por el travestismo y una apuesta por la diversidad sexual que viven con desparpajo y sin ocultamiento varios Muxe’s. El Muxe “anda de palo en palo” como las iguanas, según relatan a cámara y sin inhibiciones, estos hombres transformados en mujeres por convicción propia, mientras refieren y tipifican el sexo masculino, en una obra ágil y respetuosa que a su vez lograba sacar partido del festivo desenfado de sus personajes y también de sus tragedias íntimas. Se trata de un peculiar estudio sobre la tolerancia y las consignas lgbtq+, de la que se derivan atractivos temas como la prevención del Sida, o la temprana conciencia que los niños de esa comunidad contemplan en relación al sexo.

Por último, el Premio del público al mejor largo nacional fue para el documental de María Inés Roqué, Un día más, armado con los testimonio de varias mujeres de entre 25 y 70 años de edad sobrevivientes de cáncer de mama. Una introspección intimista a una enfermedad grave y silenciosa desde la perspectiva de este grupo de mujeres que deciden hablar sobre sus experiencias. Y Hasta el último trago… corazón! de Beto Gómez, alegre y a la vez dolido retrato musical de siete intérpretes: Chavela Vargas, Astrid Hadad, Chayito Valdez, Lila Downs, Iraida Noriega, Eugenia León y La Negra Graciana, obtuvo el premio Titra.