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Sally Potter en conversación con Nick Roddick

Sally Potter es una creadora en todo el sentido de la palabra, no sólo dirige sus películas, también escribe, actúa, compone, baila y es coreógrafa. Su acercamiento al cine se remonta a su adolescencia cuando, con una cámara en mano, supo perfectamente lo que quería: tenía un inmenso amor por el cine y estaba dispuesta a mostrar qué es lo podía aportar. Sus primeros cortometrajes no fueron tan reconocidos, se trataban de trabajos experimentales que le sirvieron para concretar Orlando (1992), la película que la colocó en la mira de la cinematografía mundial.

Orlando está basada en un texto de Virginia Wolf, con una de las interpretaciones más sobresalientes de Tilda Swinton. Potter contó al público que le costó más de siete años terminarla, debido a los diversos préstamos que tuvo que pedir para capitalizarla y los altos costos para distribuirla. Es una película a la que Potter le tiene mucho cariño “porque a partir de aquí, inició una nueva etapa en mi vida”.

Los ojos de Potter brillaban al recordar sus primeros pasos por el cine, una mirada curiosa que busca historias en todo lo que la rodea. Aceptó que el cine es su gran pasión, pero no deja de lado el peso que tienen la ópera y la danza, otras grandes facetas que ha explorado dentro de su filmografía, como en la película The Tango Lesson (1997).

The Tango Lesson fue una experiencia totalmente nueva para Potter, pues no sólo la dirigió y escribió sino que también la protagonizó. La directora se ruborizó al verse en pantalla en un fragmento de esta película, y el público la acompaño con una sonrisa. “Siempre me costó trabajo dirigir esta cinta, verme en pantalla y poder reconocerme”, dijo.

Roddick hizo un paréntesis durante la plática y pidió al público su intervención. Ginger and Rosa (2012), la película que Potter presentó en el festival, fue el tema constante de los asistentes. La directora comentó que fue un proyecto que la apasionó y emocionó hacer, y para el cual mezcló actores británicos con estadounidenses, incluida Elle Fanning. Su nueva película es sobre dos adolescentes que exploran su sexualidad en medio de un naciente ambiente de liberación en Inglaterra, durante la década de los sesenta. Un contexto lleno de pesimismo que las nuevas generaciones intentan romper.

Ante la pregunta de cómo elegía a sus actores, Potter afirmó que mantiene una enorme colección de DVD’s y que ahí ve rostros, caras, cuerpos y reconoce con quien le gustaría trabajar.

Para finalizar la conversación se proyectó un fragmento de la cinta Rage (2009), en la que Judi Dench trabajó a las órdenes de la directora y, con una pantalla verde y una estupenda edición de sonido, logran explotar una fantasía, una ficción.

“El cine es colaboración nadie es más importante que otro, todos tienen la misma voz y lo interesante es unirlas”, cerró Sally Potter, lista para presentar sus dos funciones de Ginger and Rosa al público moreliano.