06 · 04 · 16 Noir Mex: el cine negro mexicano Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Para el FICM es esencial promover, difundir y apoyar al cine mexicano. En nuestra 12ª edición se proyectó un ciclo de cine negro mexicano, exhibido alrededor del mundo en importantes foros, como por ejemplo en el MoMA en Nueva York. A finales de los años 40 y principios de los 50, en los caminos de México a la modernidad, aparece un género cinematográfico al estilo del cinema noir, en el que la noche se impone al día, la moral se corrompe y la ciudad es testigo de perversos crímenes. El cine negro mexicano puede rastrearse desde los años 30, sin embargo es hasta que Alejandro Galindo realiza Mientras México duerme (1938), que emerge un cine negro sustancial, “es el retrato de un México nocturno de alcohol, himeneo, crimen y música de cabaret”. El cine negro fue un género que se importó de Estados Unidos, caracterizado por historias sobre crímenes en una sociedad corrompida, donde la línea que divide a los buenos y malos es borrosa. Los protagonistas son antihéroes que generalmente ocultan un pasado tenebroso. La mujer deja de ser sumisa y se convierte en una femme fatale, capaz de utilizar su sensualidad para obtener lo que desea. Con motivo del ciclo de cine negro mexicano, Rafael Aviña escribió para el catálogo del FICM un artículo titulado: "Noir Mex: el cine negro policiaco mexicano de la Época de Oro", en donde define las características de filmes mexicanos que pueden ser considerados como cine negro. Para entender mejor qué es el cine negro mexicano, reproduciremos los comentarios de Aviña sobre algunas de las películas que conformaron dicho ciclo, que además son clásicos del cine mexicano. Distinto amanecer (1943), filmada con impecable elegancia por Julio Bracho, ejemplifica con sutileza varias de las claves emocionales del cine negro en su conjunto: una atmosférica fotografía de Gabriel Figueroa. Escenarios vaporosos y claustrofóbicos, los haz de luz que parecen marcar a los protagonistas, una obsesión por las decisiones del pasado y una narración dramáticamente romántica para contar la historia de un matrimonio en crisis interpretado por Alberto Galán y Andrea Palma, y la presencia de Pedro Armendáriz, un antiguo compañero suyo y dirigente obrero perseguido por los esbirros de un político que desea arrebatarle ciertos documentos comprometedores. La noche avanza (1952), de Roberto Gavaldón.