24 · 07 · 25 Michael Mann y el nacimiento de Hannibal Lecter Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Rafael Aviña En días pasados, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) confirmó que el notable cineasta estadunidense Michael Mann será reconocido en octubre de este año con el afamado premio Lumiere que otorga el festival homónimo. Se trata de un realizador, guionista y productor que se caracteriza, sobre todo, por su peculiar talento para rodear sus filmes de impactantes diseños visuales apoyados en poderosas imágenes ligadas, a su vez, a bandas sonoras que son un verdadero hallazgo. Michael Mann Autor de cintas espectaculares y corales con repartos de enorme prestigio, Mann es responsable de clásicos contemporáneos como: Fuego contra fuego (1995), protagonizada, entre otros, por Robert De Niro y Al Pacino; El informante (1999), Alí (2001) o Enemigos públicos (2009) y a él se le debe la primera aparición de uno de los personajes más icónicos de la pantalla: Hannibal Lecter, cinco años antes de que Anthony Hopkins catapultara al brillante siquiatra antropófago y asesino en serie creado por el novelista Thomas Harris en su novela Dragón rojo, escrita en 1981.Aunque nacido en Chicago en 1943, Michael Mann obtuvo pronto reconocimiento en Gran Bretaña filmando comerciales y documentales en la década de los sesenta. En breve se incorporó a la televisión estadunidense dirigiendo episodios de La mujer policía, con Angie Dickinson, hacia 1977 y debutó con la película para televisión La carrera final (1979) a la que le siguieron: Profesión ladrón (1981), El fuerte infernal (1983) o el episodio piloto de la fascinante serie de televisión: Crime History/ Historia del crimen (1986), así como la inquietante y poco valorada Manhunter/Sabueso/Cacería humana (1986), en la que el propio Mann adaptaba Dragón rojo.En ella consigue un alucinante thriller high tech, centrado en la cacería de un serial killer por parte de un exagente del FBI. Si en Historia del crimen, creada por él mismo, los cambios políticos y económicos de los años sesenta eran vistos a través del encuentro entre ambas caras de la ley: Mike Torello (Dennis Farina), jefe del FBI en Nevada y el capo mafioso Ray Lucca (Anthony Denison); Sabueso enlaza de manera ambigua e inquietante al maniático asesino serial Francis Dollarhyde (Tom Noonan) y a su perseguidor, el exoficial Will Graham (William Petersen). Manhunter (1986, dir. Michael Mann) Sabueso es una de esas rarezas fílmicas que inaugura con dignidad el nuevo cine de los asesinos seriales y, pese a seguir ciertas convenciones del thriller de acción hollywoodense, es capaz de crear una atmósfera intrigante en un brutal relato centrado en un asesino de familias enteras. La trama está contada desde el punto de vista del oficial retirado del FBI, el teniente Graham, que sigue la pista de un homicida sicópata que no sólo se conforma con matar a sus víctimas, sino que las mutila y practica extraños rituales post mortem: destroza los espejos de sus casas y actúa según las fases lunares. De manera similar a Hannibal Lecter o Bufalo Bill de El silencio de los inocentes (dir. Jonathan Demme, 1991), inspirada en otra novela de Thomas Harris, Dollarhyde resulta un sociópata que no siente emoción o remordimiento de sus actos. Graham, al igual que la agente novata del FBI Clarice Sterling que interpretó en aquella Jodie Foster, acude al refinado e hiperinteligente Lecter —en Sabueso aparece como Dr. Hannibal Lektor—, interpretado excepcionalmente por Brian Cox, futuro protagonista de la exitosa serie Succession. Graham (y también Sterling) es confrontado con sus demonios interiores al entrevistarse con el sicópata exsiquiatra de la policía confinado en una celda de alta seguridad.Sabueso consigue difuminar la frontera entre bien y mal al tiempo que logra dar credibilidad a la alienación del homicida, en un filme que estiliza al máximo sus imágenes a cargo del talentoso Dante Spinotti y su extraordinaria banda sonora compuesta por The Reeds y Michael Rubini, y recalca la importancia de la tecnología forense, así como el rastreo y detección de huellas. Con fondo de la afamada “In a Gadda da Vida” de Iron Butterfly, Dollarhyde intenta transformarse y ser aceptado y no puede controlar los horrores que el mismo ha invocado, al igual que Graham, otro ser solitario que ha recorrido una vez más su propio lado oscuro.