05 · 06 · 18 México, bastión del cine latinoamericano: entrevista a Sebastián Cordero, director de Sin muertos no hay carnaval Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Pablo Rendón @pagusrendon Sin muertos no hay carnaval, película del director ecuatoriano Sebastián Cordero, formó parte de la decimocuarta edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). La cinta, que pronto tendrá su estreno en las pantallas mexicanas, fue presentada a la prensa la noche del lunes 4 de junio en la Cineteca Nacional con la presencia del cineasta, así como de las coproductoras Bertha Navarro y Mónica Lozano. La historia se desarrolla en Guayaquil, Ecuador, dentro de una comunidad en la que sus habitantes tienen problemas con la tierra en la que residen y están expuestos a perder sus casas a causa de los futuros planes del dueño de las tierras. En entrevista para el FICM, Sebastián Cordero hizo un recuento de lo ocurrido con la película luego de su paso por la decimocuarta edición del festival, sus proyectos en puerta y su estrecha relación con nuestro país. Mónica Lozano, Sebastián Cordero y Bertha Navarro También he estado haciendo teatro, hice una adaptación teatral de mi película Rabia (2009) en la ciudad de Guayaquil. Es un planteamiento de teatro inmersivo en el que utilizo los tres pisos de una casa, con el público moviéndose, siguiendo la acción, y dividiéndose en cierto momento. Por tanto, no todo el público ve lo mismo, ya que puedes tomar distintos caminos durante la obra. ¡Estoy fascinado con hacer teatro y trabajar con actores en vivo! Me gusta el hecho de repetirlo todas las noches, además ha pegado muy bien y tenemos casa llena todo el tiempo. Ahorita ya vamos para mes y medio desde que la estrenamos en abril. ¡Estoy contentísimo con todo ese proceso! FICM: Existe un lazo muy estrecho entre México y tu labor como cineasta, ¿cómo se ha establecido este vínculo? SC: Desde Crónicas (2004) en realidad, que es la primera película que hice en coproducción con México, con Bertha Navarro y Guillermo del Toro. Ha habido siempre mucha cercanía, y yo me siento muy en casa. Siento que es un país que me ha acogido mucho, con el que he colaborado mucho, y con el que los ecuatorianos tenemos muchísimo en común, por eso se me hace muy natural y muy orgánico el venir acá, ya sea cuando tengo un proyecto, ya sea en la postproducción, o sólo venir a presentarlo. Tengo muchos amigos muy queridos aquí y para mí es un país de gran importancia. Ahora, claro, México tiene una industria mucho más grande y desarrollada, entonces es importante venir a nutrirse de lo que se hace aquí y aportar mi granito de arena.