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La lucha por la autonomía y la libertad: Entrevista a Ana Ts’uyeb, directora de LI CHAM

Para transgredir hacia un futuro en el que la violencia patriarcal no forme parte de los usos y costumbres es necesario que una parte de nosotros, o de la sociedad, muera. 

En Li Cham (2024), documental que forma parte de la Selección Oficial del 22º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), Ana Ts'uyeb nos sumerge en la historia de tres mujeres tsotsiles que, a través de sus vivencias, representan la lucha por la autonomía económica y la libertad en un viaje íntimo. 

Esta obra no sólo retrata los retos de estas mujeres en sus entornos cotidianos, sino que también explora la ruptura de estereotipos y los procesos de transformación en una comunidad profundamente marcada por los usos y costumbres. 

En el centro de su narrativa emerge la esperanza, no sólo como una búsqueda individual, sino como una posibilidad colectiva, donde las mujeres protagonizan su propio futuro y el de las generaciones que les siguen. 

Li Cham (2024, dir. Ana Ts'uyeb)

EL FICM platicó con la directora Ana Ts'uyeb, previo a la función de Li Cham en el 22º FICM. 

FICM: ¿Qué te inspiró a contar la historia de las tres mujeres tsotsiles en Li Cham -una de ellas, tengo entendido, es tu madre- y cómo fue el proceso de selección de sus protagonistas? 

Ana Ts'uyeb: La historia comenzó en 2018; eran cuatro personajes y justo quien me ha inspirado a trabajar el tema, la historia, es mi mamá. Pero ya en el proceso de producción o del desarrollo del proyecto, las tres mujeres, porque también es otro proceso hacer un documental de tu familia o de personas cercanas. Y entonces fue la misma historia que me llevó a contar ya a través de tres personajes, porque son tres generaciones, y cada mujer juega diferentes roles desde su familia y tiene su propia lucha, tanto en su familia como en la comunidad. 

FICM: El documental aborda la lucha de estas mujeres por la autonomía económica en un contexto complejo. ¿Cómo fue para ti documentar y representar estas dinámicas dentro de sus comunidades? 

Ana Ts'uyeb: El tema principal, desde mi cuestionamiento personal como mujer tsotsil y también siendo parte del contexto, son los usos y costumbres, donde se violenta mucho la vida de las mujeres, lo que las pone en desventaja y limita su libertad. Y entonces fue algo complejo y sigue siendo complejo dentro de la comunidad, pero no sólo en la comunidad rural, sino también a nivel social, debido a la violencia patriarcal. Trabajar este tema, pues sí, es algo complejo también. Ser parte de la comunidad es llegar a romper estos estereotipos culturales. Porque, a nivel histórico, en las comunidades hay muy pocas oportunidades para que las mujeres salgan de su comunidad a ejercer otra profesión. Lo mismo ocurre en la historia, en la que a ellas les quitaron ese derecho, esa libertad. Y llegar como directora e hija, y ser parte de la comunidad, fue otro reto también para mí, porque para la comunidad fue algo nuevo. Sobre todo, con las autoridades o con hombres, que cuestionaban mucho por qué estaba trabajando solo con las mujeres. Y entonces fue otro proceso y reto tanto para mí, como para el equipo de producción, como para los personajes al tomar esa decisión de formar parte de este documental. 

 FICM: El documental tiene un fuerte enfoque en el futuro de los hijos de estas mujeres. ¿Qué esperas que los espectadores reflexionen sobre el papel de la maternidad en contextos de lucha por la autonomía y la igualdad? 

Ana Ts'uyeb: Sí, esta película me inspiró sobre todo a hacerla para las nuevas generaciones, para mujeres, pero también a nivel social. Por lo mismo, el título donde dice "morí", muchas veces en la vida cada uno de nosotros muere por algo o una parte de nosotros muere. Y entonces estamos viviendo en una generación donde la vida y los retos han sido complejos. Compartir esta historia, donde vemos y escuchamos historias muy desgarradoras, que han pasado, por ejemplo, la muerte de la bebé de cada personaje, la muerte de familiares... Esas muertes fueron por violencias. Y entonces son violencias e historias muy fuertes, y sin embargo vemos a las tres personajes, no en un papel de víctimas, sino en un papel que te muestra esperanza para nuevas generaciones. A pesar de las adversidades, los retos y la complejidad de su contexto, están saliendo adelante y visualizando una vida con mayor esperanza para sus hijos. En este caso, en la película vemos otra generación de cada personaje. En mi caso, pues entro ahí en la película; otra de las protagonistas es más joven, de mi edad, y vemos cómo juega, enseña y comparte con sus hijos. Y también busca, visualiza, una esperanza, una vida mucho mejor que la de ella. Y la otra protagonista, cuya hija es su mayor preocupación, le está cediendo ese conocimiento para continuar estas prácticas culturales. Entonces, esta película busca realmente generar una reflexión, pero también una inspiración y un alivio para otras mujeres. Porque es una historia muy dura, pero también genera esperanza. 

Li Cham (2024, dir. Ana Ts'uyeb)

FICM: En algunos momentos del documental escuchamos a estas mujeres mientras vemos que están en su vida cotidiana, y lo que escuchamos es desgarrador, cruel, violento. ¿Qué buscas generar con este contraste entre lo que escuchamos y lo que vemos? 

Ana Ts'uyeb: Justo esta película habla de un pasado, de un presente, pero también da una esperanza para el futuro. La decisión de usar la voz en off es porque escuchamos el pasado y vemos el presente de las mujeres, ya en su vida actual. Ellas empiezan a hablar desde su niñez, adolescencia y una vida presente, después de violencias desgarradoras. Yo quería lograr esa imagen de la vida de las mujeres, porque las tres historias no solo son tres historias, sino que también hablan de muchas mujeres en las comunidades, de muchas mujeres campesinas, de muchas madres también. Y por eso, en esta película, vemos cómo realizan diferentes actividades, pero también muestra la vida cotidiana y la forma de organización en la comunidad. También, en la misma película, vemos en las imágenes cómo se rompen estos estereotipos, donde ya las mujeres están liderando actividades que, según los usos y costumbres, se consideraba que no tenían la capacidad de hacer. Pero en este caso, vemos y escuchamos un pasado muy fuerte, donde se les limitaba todo, pero ya vemos un presente donde las mujeres están haciendo lo contrario y están rompiendo con esos estereotipos. 

FICM: ¿Cómo sientes que tu trabajo contribuye a la conversación en torno al cine mexicano actual? 

Ana Ts'uyeb: Considero que esta película, esta propuesta narrativa, pues es una propuesta que se está generando desde una perspectiva de mujer tsotsil. Entonces, se está contando una historia desde un rincón de Chiapas, y está contando una historia universal, o está tocando un tema universal, pero está contando la vida de una comunidad muy pequeña que no se ha visibilizado también. 

FICM: ¿Quién es tu cineasta mexicano/a favorito/a de todos los tiempos y por qué? 

Ana Ts'uyeb: Bueno, creo que yo soy, de los realizadores en Chiapas, la más joven. Entonces, me tocó inspirarme o ver trabajos más recientes, y mi ídola es Tatiana Huezo, porque adoro su forma de retratar y de trabajar los temas. Quizás los temas que estoy trabajando van por esa misma línea. Y las otras mujeres que me inspiran muchísimo son mujeres de pueblos originarios: está Ángeles Cruz, Yolanda Cruz, María Sojob (que es de Chiapas también). Ellas son mis ejemplos a seguir. 

FICM: ¿Dónde estabas y cómo recibiste la noticia de que habías sido seleccionada para participar en el festival? 

Ana Ts'uyeb: Yo estaba en mi casa. La verdad es que fue tan emocionante, porque me acuerdo que en 2019 estaba escuchando el conversatorio de las mujeres que han empezado en el cine desde hace mucho tiempo, y una de ellas era María Sojob. Entonces, escuchar el conversatorio de muchas mujeres fue una inspiración para mí cuando yo quería hacer mi documental y dije: "ojalá que yo llegue a ese espacio y lleve la historia de mi mamá, de mi tía y de las mujeres de mi comunidad". Era algo que realmente anhelaba muchísimo, y fue una noticia súper maravillosa para mí. Y no solo para mí, sino también para las mujeres, porque cuando terminamos la película les platicamos lo que pensábamos hacer, y una de ellas, que es mi mamá, va a asistir al festival.