Pasar al contenido principal

La distancia de la historia propia: César Díaz presentó MÉXICO 86 en el 22º FICM

La primera pregunta tardó en realizarse, aunque la mujer del público que había pedido la palabra ya tenía el micrófono entre las manos. Se disculpó por no lograr articular su duda en medio del llanto. México 86 la había conmocionado. 

“Por eso no veo la película”, dijo César Díaz, su director. 

México 86, la más reciente película del cineasta belga-guatemalteco y miembro del jurado de la Sección de Cortometraje Mexicano del 22º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) fue presentada por su director en el Teatro Melchor Ocampo. 

Basada en su propia historia de vida, la película plantea el reencuentro entre una revolucionaria y su hijo en el contexto del genocidio guatemalteco. María, una activista revolucionaria guatemalteca, ha estado exiliada en México por años, donde continúa su acción política. Cuando su hijo de 11 años llega a vivir con ella, tiene que tomar la difícil decisión de escoger entre su rol de madre o el de activista. 

“Saber el precio a pagar para transformar la sociedad me parece lo más importante”, comentó el director en la sesión de preguntas y respuestas al finalizar la función. 

“El proceso de distanciamiento es la primera etapa de llevarlo a la ficción”, dijo al respecto de cómo llevar parte de su historia al cine, “sí tiene que ver mucho con mis recuerdos, pero para mí era importante no romantizar a los revolucionarios como los héroes que se les pudo ver, sino con sus contradicciones humanas, y también cuestionarlos”. 

Sobre las dificultades con las que se encontró para desarrollar el proyecto dijo: “Yo hice la película que yo quería. En el camino existieron desaciertos, pero al final de cuentas tuve la suerte de tener productores, agentes de ventas y distribuidores que me acompañaron. Pero el fondo del asunto es que esta película debería ser guatemalteca y no franco-belga”. 

El director concluyó con un agradecimiento al joven actor Matheo Labbé, protagonista del filme, por “agarrar el personaje y llevarlo hasta donde lo llevó”. 

A la primera pregunta que tardó en llegar contestó con un contundente sí, hacer esta película le cambió la vida. “No soy la misma persona”.