25 · 10 · 23 Iréne Jacob devela su butaca en el 21er FICM, previo a la Función Especial de LA DOBLE VIDA DE VERÓNICA Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Gustavo R. Gallardo Como parte de la tradición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) de reconocer a sus invitados especiales, la cineasta Iréne Jacob develó una butaca personalizada, antes de la Función Especial de la película La doble vida de Verónica (1991), de Krzysztof Kieslowski. La fundadora y Directora General del FICM, Daniela Michel, reconoció el trabajo de la actriz en la película de 1991, por la cual ganó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes. Iréne Jacob Además, rememoró que Iréne Jacob tuvo una participación especial en Tres Colores: Rojo (1994), cinta que es parte de la trilogía “Tres colores”, que se presentará el jueves 26 de octubre a las 18:15 hrs. en la Sala 2 de Cinépolis Morelia Centro. En La doble vida de Verónica, Véronique es una joven francesa que aspira a ser una cantante de renombre. Weronika vive en Polonia, tiene un objetivo profesional similar y se ve idéntica a Véronique, aunque las dos no están emparentadas y desconocen la existencia de la otra. Ambas mujeres se enfrentan a los altibajos de sus vidas. Véronique se embarca en un romance inusual con un titiritero que intenta ayudarla con sus problemas existenciales. En su participación, la actriz dijo que es un placer estar en Morelia y ver la sala llena para la función de la película La doble vida de Verónica: “Creo que este es un festival en el que uno se enamora”. Sobre la cinta, dijo que el equipo del polaco Krzysztof Kieslowski siempre estaba jugando con las sombras para que pareciera que los personajes van hacia un lado, cuando en realidad iban a otro. Iréne Jacob La música, obra del polaco Zbigniew Preisner, fue compuesta antes de la filmación de la cinta, dijo, y reconoció que después de esa cinta tuvo muchas propuestas para trabajar en Estados Unidos. “Esta es una película acerca de las intuiciones, de los presentimientos, a veces nos sentimos solos, pero nos sentimos acompañados, y otras veces estamos solos y nos sentimos abandonados”, dijo la actriz. Contó que La doble vida de Verónica tiene una forma poética, porque para Kieslowski fue muy difícil el montaje, aunque normalmente era sencillo si se limitaba al guion, “pero esa vez hizo el montaje como 15 veces y luego salía de ahí deprimido de los difícil que le parecía”. Sobre eso, añadió que a pesar de que la cinta es una, todos quienes la han visto tienen una versión distinta de ella, además de que el Kieslowski llegó a enviar la cinta con tres finales alternativos para que el público mundial, que es tan diverso, pudiera tener su propio final.