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Íconos Mix: Villaurrutia y Argüelles

Atractiva, admirable, valiente y constante ha sido la trayectoria de un festival fílmico como Mix México- Diversidad Sexual en Cine y Video que apostó desde su inicio por la difusión y perspectiva de la diversidad sexual y hoy en día se ha convertido en baluarte de la comunidad LGBT+, de la mano de su inquebrantable director y promotor Arturo Castelán. Además de su original programación, en estos días Mix homenajea con algunos títulos la obra y presencia de dos personalidades fundamentales de las letras, el cine y la propia comunidad, “cuya luz aún permanece viva”; se trata de los dramaturgos y guionistas Xavier Villaurrutia (1903-1950) y Hugo Argüelles (1932-2003) en la sección Íconos Mix de éste 2023.

El poeta Villaurrutia fallecido a los 47 años, participó en más de 15 guiones, entre ellos: Distinto amanecer, El espectro de la novia, El pecado de Laura, San Felipe de Jesús, y otros filmes que se proyectan en Mix, como: La mujer de todos (1946) de Julio Bracho para lucimiento de María Félix, intocable figura femenina con su ironía, gravedad de voz, su manera de arquear la ceja y su forma de mirar con aquellos enormes y profundos ojos negros, que expresaban emociones sin decir una palabra. Una mujer capaz de jugar con las mismas armas de los hombres para contrarrestar la posición de la hembra humillada y apabullada ante la necedad masculina.

La mujer de todos (1946) de Julio Bracho
La mujer de todos (1946, dir. Julio Bracho)

Por su parte, ¡Vámonos con Pancho Villa! (1935) de Fernando de Fuentes, inspirada en la novela de Rafael F. Muñoz con diálogos de Villaurrutia, aporta otro giro al tema revolucionario en la historia de un grupo de campesinos que se alistan para pelear al lado de Villa y terminan sufriendo en carne propia, la desilusión y el horror de la contienda, cuando uno a uno, va sucumbiendo en esa epopeya violenta y sin sentido. Un filme mutilado por la censura en pleno sexenio Cardenista con un doble final. 

Finalmente, sobresale una inquietante variante noir en tono de relato bélico y espionaje, protagonizada por María Félix, en un drama donde se funde la obsesión por un pasado lejano y clandestino y la imposibilidad de la historia de amor y del reencuentro familiar para conectar con las tramas del cine negro de ese momento: Que Dios me perdone (1947) de Tito Davison, escrita por él mismo con la colaboración de José Revueltas y Xavier Villaurrutia, con un personaje femenino condenado a la soledad, filmada en la ciudad de México y Pátzcuaro.

Por su parte, Hugo Argüelles debutó como guionista en 1961 con El tejedor de milagros de Francisco del Villar, con quien trabajaría en varios filmes más como: Las pirañas aman en cuaresma (1969) y La primavera de los escorpiones (1970). Autor de más de veinte guiones, Mix lo homenajea con el corto documental Hugo Argüelles: el alebrije creador (2002) de Olimpia Quintanilla y un par de destacables relatos: Los indolentes (1977) de José Estrada y Las figuras de Arena (1969) en la que su realizador, Roberto Gavaldón, abordó los cambios de moral y libertades de censura iniciados en los sesenta.

Que Dios me perdone (1947) de Tito Davison
Que Dios me perdone (1947, dir. Tito Davison)

En Manzanillo, David Reynoso dueño de una empresa pesquera, es un paterfamilias tradicional que no ha visto a su mujer (Elsa Aguirre) y a su hijo Davey (Valentín Trujillo) en un año, y que viven en Estados Unidos. Al ver a éste con el cabello largo, una blusa parecida a la de su madre y hablando en inglés, de inmediato le entra la angustia de imaginarlo “maricón”. Se trata de un chico sensible que gusta de la música y hacer figuras en la arena y en la playa conoce a Alma (Ofelia Medina) ex prostituta de la que se enamora, en un relato de masculinidades tóxicas.

Los indolentes del Perro Estrada con guión de Rubén Torres y Hugo Argüelles, era la oblicua visión de los vencidos: es decir, los latifundistas despojados de sus privilegios en su momento, por el gobierno de Lázaro Cárdenas. Un cuadro de descomposición familiar, los Alday, encarnado en un hijo inútil y con un Edipo no resuelto (Miguel Ángel Ferriz), una madre frustrada (Rita Macedo), un padre ausente (Antonio de Rubín) que fusilaba revoltosos en años de la Revolución, y una abuela paralítica (Isabela Corona), en plena provincia Alemanista, como alegoría de las reformas sociales emprendidas tiempo atrás por  el Cardenismo y los cambios de una modernidad proclamada por el presidente Alemán. Larga vida al Mix.