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Fútbol femenil: TAN CERCA DE LAS NUBES, COPA 71

Deseo aclarar que no soy fanático del futbol. Es más, me desagrada, pese a que de niño jugué en ligas infantiles y seguía los partidos de mi equipo favoritos: el Guadalajara de los tiempos de Carlos y Nacho Calderón. Pronto entendí que el futbol profesional en México, lejos de ser un deporte, es un negocio y no sólo eso: una eficaz manera de control hacia ese “pueblo bueno y sabio” siempre tan manipulable tanto ayer como hoy. Por ello, la historia detrás de Tan cerca de las nubes (2023), de Manuel Cañibe, documental ganador en la Sección Michoacana del 21er Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), me resulta tan reveladora como trascendente más allá de su tema: el futbol femenil.

La película inicia como una suerte de relato nostálgico sobre ese México “ingenuo” al inicio de la nueva década de los setenta, donde un grupo de jovencitas de estratos sociales modestos y un profesor y periodista deportivo cuentan su historia. Una hazaña olvidada, sepultada no tanto por la memoria histórica, sino por las decisiones de los hombres, en un país patriarcal y machista incapaz de soportar no sólo que un puñado de mujeres que no cobraban un centavo fueran capaces de aportar mayores y mejores resultados en el llamado “juego del hombre”, sino que se trastocaran por unas cuantas semanas en ídolos de niñas y niños, jóvenes y adultos.

Tan cerca de las nubes (2023, dir. Manuel Cañibe)

Nadie imaginaría que un grupo de mujeres de la tercera edad dedicadas a su hogar o a atender pequeños negocios, mostradas desde la cotidianidad de los quehaceres domésticos hoy en día, mantuvieran en vilo a la opinión nacional y a miles de espectadores en 1971, cuando se celebró en nuestro país el segundo Campeonato Mundial de futbol femenil que la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) nunca vio con agrado. Desde su tribuna como promotor y columnista de deportes, Manelich Quintero —fallecido durante el rodaje—, explica como intercedió para la formación de una selección nacional de futbol femenil que sería invitada a ese improvisado primer campeonato celebrado en Italia en 1970. Así, un grupo de “chamacas” entre los 14 y 18 años con uniformes paupérrimos llegaron a aquel país europeo para derrotar a Austria 9 a 0 y a Inglaterra por 3 a 2 y perder ante el equipo italiano 2 a 1 ganador de la copa, para dejar a México en un honroso tercer sitio.

A su regreso al aeropuerto de la ciudad de México, las muchachas fueron recibidas con mariachis y cientos de admiradores. Por si fuera poco, merecieron una atención inusitada por parte de los medios y como lo muestra Tan cerca de las nubes, Guillermo Cañedo, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, vio el negocio que todo aquello podría representar y promovió la celebración del segundo campeonato mundial de fútbol femenil en México en 1971. No obstante, en breve, la situación empezaría a cambiar y a enrarecerse: el entrenador Efraín Pérez, sería sustituido por Víctor Manuel Meléndez y entonces comenzó a moverse de manera velada una serie de conflictos e intereses masculinos. 

Manuel Cañibe presentó en el 12er FICM El silencio de la princesa (2014), intrigante retrato sobre la actriz Diana Mariscal: su impacto mediático a partir de Fando y Lis (1967), de Alejandro Jodorowsky, y su casi inmediata desaparición de las pantallas para quedar condenada a un aparente olvido. De alguna manera, el realizador, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), propone un acercamiento similar, aunque en este caso coral, en otro relato feminista menos amargo que el anterior, pero que incide una vez más en las conductas masculinas de ocultación y represión ante la vivacidad y el talento de las mujeres.

En ese segundo campeonato de futbol femenil llevado a cabo casi tres meses después de los trágicos eventos del halconazo del 10 de junio de 1971, el equipo de jovencitas mexicanas vence a Argentina 3 a 1, y 4 a 0 a Inglaterra, y llega a la final al imponerse a las campeonas italianas lideradas por Elena Schiavo, considerada, entonces, la mejor jugadora del mundo, en un partido polémico y violento que terminó en tremenda gresca. ¿Qué sucedió después? Apareció en los medios los testimonios nunca confirmados de que las jugadoras mexicanas pedían dos millones de pesos ante sus triunfos y popularidad. La prensa empezó una campaña de acoso y desprestigio; las chicas encerradas en su hotel y sin ir a entrenar, recibieron la “visita” de dos exitosos jugadores de la selección nacional varonil: otro “Halcón” por cierto, Gustavo Peña, el capitán, e Ignacio “El Fraile” Basaguren para animarlas a pedir dinero a sabiendas de que como amateurs, aquello era impensable.

Jugadoras de la Selección Femenil de Futbol de México 1971 en el 21er FICM

Con el récord aún vigente de 110 mil espectadores (lleno total) en el Estadio Azteca con boleto pagado para un partido de liga femenil, el equipo mexicano llegó contrariado y sin entrenamiento previo y fue derrotado 3 a 0 por Dinamarca, a pesar de su honroso desempeño compensado con la solidaridad de los asistentes que jamás dejaron de animarlas. Tan cerca de las nubes no sólo es un homenaje para las “olvidadas”: Yolanda Ramírez, Elvira Aracén, Irma Chávez, Bertha Orduña, Lourdes de la Rosa Márquez, Patricia Hernández, Guadalupe Tovar, Alicia “La Pelé" Vargas, María Hernández, Silvia Zaragoza, María Eugenia “La Peque” Rubio, Martha Coronado, Sandra Tapia y Eréndira Rangel, aquí entrevistadas (incluyendo la italiana Schiavo) y de manera póstuma a: Paula Pérez, Teresa Aguilar y Elsa Huerta; sino un retrato sutil y vergonzoso de la envidia masculina incapaz de aceptar la capacidad de las jovencitas y su verdadero arrastre popular por encima de los varones.

Aquellas solidarias y sensibles chicas, estigmatizadas como “marimachas”, “prófugas del metate” y otros apodos machistas que les aplicaron en su momento, otorgan una lección de voluntad y de empoderamiento más de 50 años después, demostrando que sin proponérselo, cuestionaron, afectaron incluso humillaron los “espacios” y “virtudes” “exclusivamente masculinas”. La FIFA y la Federación Mexicana de Fútbol vieron aquello como una ofensa a su hombría y autoridad y como un problema de género y de control, e intencionalmente utilizaron su poder para ocultar y menospreciar el futbol femenino. Aquello, no sólo sucedió en México, sino en todos los países del mundo donde crecía la efervescencia por el futbol femenino como lo muestra Copa 71 (2023), de Rachel Ramsay y James Erskine, filmada al mismo tiempo que Tan cerca de las nubes, una inteligente fábula feminista premiada en Morelia.