11 · 09 · 18 El 16º FICM presentará un programa de cine mexicano de la década de los setenta Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), con el invaluable apoyo de la Cineteca Nacional, Fundación Televisa, el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), Felipe Cazals y Fernando Pérez Gavilán, presentará en su 16ª edición un programa dedicado al cine mexicano realizado en la década de los setenta. Alejandro Pelayo, director general de la Cineteca Nacional, hizo la curaduría de este programa. El lugar sin límites (1978, dir. Arturo Ripstein) Las películas que lo integran son: Mecánica nacional (1971), de Luis Alcoriza El principio (1972), de Gonzalo Martínez Ortega El rincón de las vírgenes (1972), de Alberto Isaac La pasión según Berenice (1975), de Jaime Humberto Hermosillo Canoa (1975), de Felipe Cazals Los albañiles (1976), de Jorge Fons El lugar sin límites (1977), de Arturo Ripstein En los años setenta, en el periodo conocido como “el echeverrismo”, el cine nacional vivió una transformación importante, cuando el Estado Mexicano financió a una generación de cineastas integrada por Arturo Ripstein, Felipe Cazals, Jaime Humberto Hermosillo y Jorge Fons, entre otros, quienes apostaban por hacer un cine de autor. La estrategia de reestructuración de la industria que se llevó a cabo a principios de los setenta, cambió radicalmente la producción cinematográfica que, en aquel entonces, estaba en manos de compañías privadas que utilizaban ventajosamente el financiamiento del Banco Nacional Cinematográfico. “El cine de ‘autor’ producido por el Estado consigue recuperar el lugar que México había perdido cinematográficamente en el mundo. El Santo Oficio (1973) de Arturo Ripstein estuvo en la sección oficial en competencia del Festival de Cannes. Canoa (1975) y Los albañiles (1976) obtuvieron, de forma consecutiva, el Oso de Plata (Gran Premio del Jurado) en el Festival de Cine de Berlín. Y una superproducción histórica dirigida por el chileno Miguel Littín, Actas de Marusia (1975), alcanzó la nominación al Oscar en 1976 en el rubro de mejor película en lengua no inglesa”, escribe Alejandro Pelayo.