14 · 12 · 23 Entrevista: PERDIDOS EN LA NOCHE, una perspectiva distinta de las desapariciones Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Gabriela Martínez Perdidos en la noche, el más reciente largometraje del director Amat Escalante, llegará a más de 150 salas de cine mexicanas a partir de este 14 de diciembre, luego de presentarse en el 21er Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y ser ovacionada por el público en el 76° Festival de Cannes. La cinta sigue la historia de Emiliano (Juan Daniel García Treviño), un joven que vive en un pueblo minero en Guanajuato, quien busca a los responsables de la desaparición de su madre, una profesora y activista que se manifestaba en contra de una compañía minera internacional. Motivado por un profundo sentido de justicia al no recibir ayuda de la policía ni del sistema judicial, Emiliano encuentra una pista que lo lleva a involucrarse con la familia Aldama, integrada por el famoso y polémico artista Rigoberto Duplas (Fernando Bonilla), su esposa Carmen Aldama (Bárabara Mori) y Mónica (Ester Expósito), su hija influencer. Junto a su novia Jazmín (María Fernanda Osio), Emiliano consigue trabajo como empleado de la casa, lo que le permite descubrir los secretos que envuelven a esta excéntrica familia. La semilla que da origen a este guion escrito junto a su hermano Martín Escalante durante la pandemia por COVID-19, viene de su contexto inmediato en Guanajuato, según comentó el director en conferencia de prensa. El FICM tuvo la oportunidad de platicar con Amat Escalante, el actor Fernando Bonilla y la actriz María Fernanda Osio, quienes hablaron sobre el proceso de realización de la película. FICM: Amat, ¿cómo fue el proceso para escribir esta historia, considerando que tocas diversos temas a lo largo de la película, entre ellos la violencia y las desapariciones, que son temas recurrentes en el cine mexicano en los últimos años? Todo esto sin caer en lugares comunes. Amat Escalante: Escribí con mi hermano Martín, justo cuando empezó la pandemia. En esa época yo estaba leyendo muchos libros, escuchando mucho, algo que no estaba acostumbrado hacer con tanta frecuencia. Había intentado, pero fue difícil y hasta ese momento como que algo sucedió, que se logró. Leí mucha novela clásica y quise aproximarme un poco a esos conflictos universales, clásicos de alguna manera, que tienen que ver con dilemas morales y la culpa. Perdidos en la noche (2023, dir. Amat Escalante) Yo vivo en Guanajuato, escribo ahí y me inspira mucho el lugar como siempre. El terreno, la gente y lo que sucede ahí. El tema de los desaparecidos es algo que está sucediendo, es un tema recurrente; los grupos de mujeres que buscan a sus familiares, etcétera. No quise hacer una película sobre eso nada más, porque el tema no es algo que elija desde el principio, sino que voy viendo y se va desarrollando. Por alguna razón no me enfoqué tanto visualmente y narrativamente en estos grupos, a pesar de que sí tuve acercamientos con gente que está involucrada en la búsqueda de desaparecidos, incluyendo periodistas. Daniela Rea, cineasta, documentalista, periodista, escritora de Irapuato, me empezó a ayudar como asesora y como alguien con quien rebotar cosas del guión desde hace varios años, incluso antes de empezar a escribir la película, cuando me empezaron a interesar estos temas en particular. Ella fue al rodaje. Es una cineasta que recomiendo mucho conocer. También tiene buenos documentales que han estado en el Festival de Morelia (No sucumbió la eternidad, 2017). Ella también es de Guanajuato y creo que por eso me sentía cómodo de escuchar qué pensaba y que me dijera si me estaba yendo por unos lugares riesgosos en cuanto a qué se está mostrando y qué no. Decidí no mostrar en profundidad, por ejemplo, a estos grupos de mujeres que buscan porque no quise solamente mostrarlas superficialmente, necesitaba profundizar de otra forma. Están presentes en la hermana de Emiliano, por ejemplo, que es una de ellas, pero no voy a verla en acción. Soy cinéfilo, me gusta mucho el género de terror, el suspenso, el thriller, y aquí quise tratar de contar una historia con estos temas que están muy presentes en en mi vida y en la vida de de de muchos mexicanos, ya sea directamente o porque estamos al tanto de ellos. Perdidos en la noche (2023, dir. Amat Escalante) Tardé, como siempre, algo de tiempo, estuve dándole vueltas, y mi forma de trabajar a veces es un poco volátil, caótica. Por varios ángulos, ¿no? Con el casting, con todo, porque me gusta no tener las cosas tan claras a propósito para ver qué hay de nuevo que me pueda inspirar. A veces hace que sean más complicados algunos procesos, incluyendo a veces el rodaje y el mezclado con el guión. Tuve suerte de que los actores con quienes trabajé, Fernando, Bárbara, Esther, Mafer, Juan, Daniel, estaban muy entregados y muy presentes; confiaban mucho en lo que estábamos haciendo y yo confiaba en ellos. Eso creo que fue lo que ayudó mucho a que la película fuera sólida. FICM: María Fernanda, leí una entrevista que te hicieron en el marco del Festival de Guanajuato, donde comentaste que el proceso del casting fue largo, ¿en algún momento te imaginaste que serías seleccionada para el papel y después llegarías al Festival de Cannes? María Fernanda Osio: La verdad, nunca me lo imaginé. Sabía que había posibilidad de que la película llegaría allá, en algún momento me lo llegué a imaginar, pero no pensé que yo iría. Cuando pasó, me puse muy feliz, felicité a Amat y luego me dijo que todos íbamos a ir. Lloré mucho de felicidad, me puse muy feliz, estaba muy entusiasmada. Estaba muy nerviosa porque no tenía pasaporte y no sabía qué hacer. Fue una experiencia muy linda, muy surreal. Elenco de Perdidos en la noche en Cannes 2023 Mi proceso de casting en realidad fue muy rápido. Es decir, fue una espera larga para ver la película. Estaba muy, muy ansiosa por ya verla terminada, por ver mi actuación en sí. Cuando la vi me sentí muy satisfecha, muy emocionada de vivir todo eso. Fue una gran experiencia ver la reacción del público en Cannes, porque no era un público nacional, entonces las reacciones eran muy diferentes. No me acuerdo si fue la escena en el campo, era una escena muy turbia, muy oscura, era una escena que no era precisamente de humor, pero el público se rió, cosa que no pasó en México. Es muy diferente, esa cuestión a mí me da mucha curiosidad. FICM: ¿Cómo te preparaste para el personaje? MFO: Creo que tomé mucho de mí misma, dejé que fluyera natural, por así decirlo. Nuestra acting coach nos ayudó mucho, la quiero mucho y siempre nos daba a mí y a Dani esta cuestión de cercanía, de compaginar con el otro, porque íbamos a compartir muchas escenas en la película porque somos novios. Había mucha complicidad entre él y yo; es algo que trabajamos mucho con ella y también entre nosotros, bromeábamos, hacíamos ejercicios de reconocernos físicamente. En lo personal, creo que comparto muchas cosas con Jazmín, tengo muchas afinidades con ella, soy muy empática, me preocupo por los demás y creo que ella y yo compartimos eso. Perdidos en la noche (2023, dir. Amat Escalante) FICM: Fernando, tu personaje, en mi opinión, es una especie de crítica a las clases privilegiadas que desde su posición, de pronto instrumentalizan, por así decirlo, las experiencias de otros, ¿cómo fue tu proceso para desarrollar el personaje de Rigoberto? Fernando Bonilla: Fue un proceso, muy complejo, muy intenso. Hubo mucho trabajo. Creo que técnicamente construimos muchos antecedentes. Exploramos, analizamos, improvisamos mucho. Construí muchísimo al personaje a partir de dejarme contaminar por mis compañeras y mis compañeros, específicamente por Bárbara Mori, que interpreta Carmen, y por Juan Daniel García Treviño, que hace a Emiliano. Perdidos en la noche (2023, dir. Amat Escalante) Yo sabía que que que el personaje tiene unos picos muy opuestos en cuanto a sus emociones, es maníaco depresivo, toca tonos muy exaltados y luego otros profundamente tristes; eso era intimidante actoralmente. Creo que exploramos varios caminos con Amat, y particularmente estimulé mucho los impulsos. Más allá del del trabajo específico, fuera de set, fuera de de ensayos, ejercité mucho la reacción más inmediata, las situaciones. El personaje se deposita mucho en descolocar a sus interlocutores, en provocar eso, ese es su lugar más cómodo y traté de ejercitarlo, entonces así me comportaba en las comidas y en los eventos sociales. Creo que siempre que uno construye un personaje le va develando cosas que uno mismo ignoraba de su propia persona y sucedió. Rigo es un tipo muy contradictorio, es un tipo con un sentimiento de culpa tremendo, ¿no? Creo que bien refieres, materializa mucho la culpa blanca y creo que al mismo tiempo encuentra motores legítimos para su creación artística. Eso fue algo que yo construí: abrazar su arte como algo honesto para contrastar esto con sus sus decisiones más oscuras quizá motivadas por la ambición. Es un tipo también violento, competitivo, muy consciente de su figura pública, que no evade esta esta condena de crear en medio de un mercado y de la necesidad de venderse, la necesidad de escalar, la necesidad de pisotear. Estas dos fuerzas lo acaban por colapsar. Este choque le provoca un cortocircuito muy intenso del que ya no se levanta. Perdidos en la noche (2023, dir. Amat Escalante) También me gusta mucho la idea de que es un mal antagonista. El antagonista existe para oponerse a los objetivos del protagonista, ese es el cauce natural, pero Rigoberto a partir de su culpa, de su colapso, pretende ponerse a sí mismo como facilitador del objetivo del protagonista. Entonces, como que pierde esta línea y eso nos permite ver al verdadero antagonista de la película, que es un sistema económico y político que orilla a la gente a situaciones muy desesperadas, como la violencia, de las que no podemos responsabilizar a los individuos. La violencia es sistémica. AE: Me acuerdo que cuando llegamos a trabajar en Guanajuato, sí me sorprendí un poco, bueno, me saqué de onda porque Fernando estaba siendo Rigoberto fuera de horarios de trabajo. Digo, era como una versión ligera de Rigoberto, pero sí estaba por ahí y tuve que entenderlo porque Fernando no es nada así. Yo no estaba acostumbrado a eso. FB: Y no soy así como actor tampoco, no suelo trabajar así todos los personajes, pero sentí que la manera más efectiva de ponerme en los zapatos de Rigoberto era hacerlo verdaderamente. Me gusta que cada cada proceso te demanda cosas distintas.