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Realizadores FICM 2016: Miguel Calderón

Trabaja en varios formatos, entre los que destacan fotografía, video y escritura. En 1994 fue cofundador de “La Panadería”, espacio no lucrativo que fomentó nuevas tendencias de arte en Latinoamérica. Ha expuesto su trabajo en espacios como, la Bienal de Sao Paolo, el Museo Tamayo, el Centro de Arte Reina Sofía y la Colección Jumex.

¿Qué te llevó a hacer esta película?

La práctica de la cetrería durante mi adolescencia me permitió conectarme y comprender mejor la naturaleza de los instintos animales a través de una serie de experiencias que jamás me fueron enseñadas en un salón de clases. Mediante mi halcón, su instinto animal y la cacería, comprendí aspectos de la propia naturaleza humana y de los crueles métodos de supervivencia animal. Desde entonces, los vínculos que nos unen y los comportamientos que nos diferencian de los animales han sido un tema constante en mi trabajo como artista visual y lo he explorado en diferentes medios. Mi interés en este proyecto parte de mi amor por la cetrería y todo lo que me brindó en una etapa muy significativa en mi vida, así como de la curiosidad que me provoca el paralelismo que existe entre la vida de los animales, la de los humanos y los instintos básicos de ambos.

¿Cuál fue el mayor reto para realizarla?

Estoy acostumbrado a hacer videos sin presupuesto de una manera muy sencilla y con el menor numero de gente posible como equipo de producción. Con este proyecto el esquema cambió y, para mí, trabajar con un equipo más grande fue una experiencia muy nueva y un gran reto.

¿Qué director o película te han inspirado y por qué?

Cuchillo en el agua (1962) de Roman Polanski, por la delirante manera en la cual se entretejen tres personajes.

Zeus

Joel enmascara una relación enfermiza que lleva con su madre practicando cetrería obsesivamente, hasta que conoce a una secretaria con quien trata de relacionarse. Esto conduce a la pérdida de su halcón y como consecuencia tiene que enfrentarse a la realidad.