09 · 20 · 21 Gustavo Rojo…México, Europa y Hollywood Share with twitter Share with facebook Share with mail Copy to clipboard Rafael Aviña En 1952, Luis Buñuel dirigió Él (1952) con Arturo de Córdova y Delia Garcés, a partir de la novela homónima de Mercedes Pinto de Armas, autora española, madre de la actriz Pituka de Foronda, media hermana a su vez, de los también histriones Gustavo y Rubén Rojo. Galán de cuerpo atlético, Gustavo Rojo tuvo una carrera muy similar a la de su hermano en una filmografía que supera los cien títulos a lo largo de más de 60 años, trabajando no solo en México, sino en Estados Unidos, España, Italia, Alemania, Yugoslavia y más. De la comedia mundana y urbana, a los melodramas de corte social y los relatos de ambiente tropical y campiranos, y de ahí, a espectaculares épicas de aventuras y violentos westerns. A Gustavo Rojo Pinto, hijo del diplomático Rubén Rojo, le tocó nacer en altamar, en 1923, y por ello fue registrado en Montevideo, Uruguay, puerto de destino más cercano, ya que sus padres huían exiliados de la Guerra Civil Española, para establecerse primero en Cuba y después en México donde los hermanos iniciarían su carrera. Así, con Murallas de pasión (1943), de Víctor Urruchúa, Gustavo debutaba en un papel protagónico como marido de la cantante Elvira Ríos para continuar en pequeñas partes al lado de figuras como María Félix, en Amok; María Elena Marqués y Marga López, en Las colegialas; María Antonieta Pons, en La insaciable; o Meche Barba, en Cortesana, donde coincidiría con su hermano Rubén. Gustavo Rojo | FOTO: Moviefit A principios de los cincuenta, decide probar fortuna junto con su hermano en el cine español con: Cerca del cielo, Parsifal, en el rol protagónico, o Bajo el cielo de España dirigida por el mexicano Miguel Contreras Torres, quien lo dirige también en una película rodada en español e inglés, Tehuantepec (1953), estelarizada por Katy Jurado. Luego de participaciones en La sobrina del señor cura, o La mujer ajena, Gustavo Rojo rueda en 1955: Juicio Final, La Lupa y Secretaria peligrosa, de Juan Orol, en el papel de un detective que finge ser escritor para atrapar a unos criminales y a su bella cómplice, Rosa Carmina. En 1957 encarna al galán de Silvia Pinal en la comedia ligera y de enredos sexuales Desnúdate Lucrecia. Para entonces, Gustavo había adquirido ya un cierto renombre en el cine europeo donde se desempeñaría con éxito como actor secundario en las llamadas cintas de peplum o de acción épica y en algunas producciones alemanas y hollywoodenses, a partir de su matrimonio con la actriz germana Erika Remberg, así como en varias cintas españolas de 1958: Parque de Madrid, La tirana, Historia de un joven pobre, El amor empieza en sábado o El bucanero, dirigida por Anthony Quinn. Y en Hollywood filma en 1959: Comenzó con un beso, junto a Glenn Ford y Debbie Reynolds, y El milagro, en el papel del español Córdoba, al lado de Carroll Baker, Roger Moore y Vittorio Gassman. En la década de los sesenta, Gustavo Rojo intervendría en 35 películas entre europeas y estadunidenses: Giulio Cesare contro i pirati e Il capitano di ferro, El testamento del Dr. Mabuse, Genhis Khan, Los siete de Pancho Villa, Joe Navidad, El dedo del destino, El valle de Gwangi, cinta de aventuras prehistóricas, El millón de Madigan, El último día de la guerra donde alternó con su hermano Rubén y El cóndor con Jim Brown y Lee Van Cleef. Gustavo Rojo se trastocaría en estrella del cine Serie B; exitosas y populares películas lanzadas en cines de barrios en aquellos años aunque su ritmo cinematográfico bajaría de forma notable a partir de los setenta, con títulos como: Natacha, El compadre más padre, Cuando tejen las arañas. La golfa del barrio, Solicito marido para engañar, Sabor a mí, Reclusorio II y el corto El camino (2004) su última aparición fílmica, dirigida por su sobrino Rubén Rojo Aura, para sumarse de manera definitiva a la telenovela mexicana donde se mantuvo activo hasta 2016, un año antes de su muerte, colaborando incluso con su hija, la actriz Ana Patricia Rojo.