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Función en competencia Las horas muertas, de Aarón Fernández

Cuauhtémoc Cárdenas Batel, vicepresidente del FICM, presentó esta tarde la décimo primera obra en la competencia de largometraje mexicano: Las horas muertas, de Aarón Fernández. El director estuvo presente y fue acompañado por el actor Krystian Ferrer, el fotógrafo Javier Morón, Miguel Hernández (sonido), la editora Ana Laura Calderón, el actor Sergio Lasgón, la productora ejecutiva Elsa Reyes y varios miembros de su equipo.

Fernández agradeció la presencia de los asistentes y se expresó muy complacido de que el estreno mexicano de Las horas muertas se haya realizado en Morelia. También celebró el aumento de la calidad en el cine mexicano, resultando en que cada vez es más difícil entrar a la Selección Oficial del FICM. Las horas muertas –comentó - “viene de ser presentada en el Festival de San Sebastián en septiembre, pero para nosotros ésta es la presentación más importante, es un gustazo, les debo muchísimo”.

Antes de la sesión de preguntas y respuestas, Aarón Fernández leyó el mensaje de Adriana Paz: “Me habría encantado estar presente, pero la vida me bendijo con la película y el nacimiento de mi hijo, el trabajo se hizo con mucho cariño. Gracias a Aarón. Que Las horas sigan vivas en la salas y en los festivales. Gracias a los compañeros y al FICM”.

Después de la función, Fernández explicó que la idea de la película surgió cuando viajó a Costa Esmeralda, Veracruz, donde encontró varios moteles en un insospechado y poético cuadro: “Como en un destello me vino a la mente el personaje de Sebastián. Volví para buscar el motel ideal. Después de ver lugares espantosos, encontramos el Palma Real. El anuncio y el motel son reales.”

Respondiendo a una pregunta, Krystian Ferrer explicó que ganó el casting después de haber ensayado varias escenas con otras actrices, entre las que se encontraba Adriana Paz, quien finalmente sería su contraparte. Al ser interrogado sobre la escena sexual que protagonizó, Ferrer comentó que la dirección y el profesionalismo de Aarón Fernández fueron fundamentales para crear un ambiente de confianza.