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Final Cut – Hölgyeim és uraim. 500 rostros para contar una historia

Marta Fortes, programadora asociada del FICM, dio la bienvenida al realizador húngaro, a su guionista, Sofía Ruttkay y a Éva Vézer, curadora del programa especial de cine húngaro que se exhibe en el festival. “Es un gran honor para el festival presentar este ciclo, con una película muy especial”.

Éva Vézer dio las gracias al FICM por invitar a los jóvenes realizadores húngaros a presentar sus películas.“Estamos muy orgullosos de estar aquí y mostrar, tan lejos de casa, el cine que actualmente se hace en Hungría”. Aprovechó el momento para agradecer al Comité Organizador del festival y “muy en especial a Daniela Michel por su amable invitación a presentar este programa”. 

Vézer explicó que al finalizar el milenio surgió un movimiento de nuevos talentos húngaros en la cinematografía que lograron mostrar sus películas en los mejores festivales del mundo, como Cannes o Berlín. “La selección que se presenta en el FICM se concentra en cinco títulos que forman parte de este movimiento”, explicó.

El realizador Gyórgy Pálfi tomó el micrófono para agradecer al público por su asistencia y al festival por su invitación y generosidad. “Es maravilloso estar aquí”. Pálfi explicó que Final Cut es un trabajo que le tomó tres años de postproducción, y se usaron más de 500 clips de películas, desde los hermanos Lumière hasta el cine contemporáneo. “No filmamos ni un cuadro de la película, es una especie de collage que busca contar una historia muy conocida pero también muy novedosa: el encuentro de un hombre y una mujer, una historia de amor”.

Final Cut fue la película que cerró el ciclo de Cannes Classics en 2012 y se realizó con un presupuesto muy limitado, lo que demuestra que “la creatividad y el talento trascienden cualquier situación”, dijo Vézer para dar inicio a la función.