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Demi Moore y Alec Baldwin: LA JURADO y el “exotismo” mexicano

A partir de Peligro en Miami (dir. George Armitage, 1989), su mejor película, Alec Baldwin —el mayor de una generación de jóvenes hermanos actores, que hoy en día enfrenta una acusación de asesinato imprudencial—, fue encasillado en papeles de sicópata seductor, como sucedía en filmes como: Malicia, La huida y La jurado (1996), del británico Brian Gibson, con algunas locaciones en nuestro país. En ella, se encargaba de seducir y atemorizar a la muy atractiva estrella de aquellos años noventa: Demi Moore, quien, a su vez, reciclaba sus papeles de heroína femenina que enfrentaba con dignidad y arrojo los peligros que imponía una masculinidad agresiva como ocurría a su vez en: Pensamientos mortales, Cuestión de honor y Una propuesta indecorosa; la antítesis de su incomprendida Acoso sexual.

La jurado resulta un relato de fórmula hollywoodense; un thriller sicológico de suspenso emocional que abordaba los esquemas más trillados del cine de juzgados, el cine de acción violenta e, incluso, el del asesino demente que parece surgir de las sagas de Viernes 13 o Halloween. Escrita por Ted Tally, el brillante guionista de El silencio de los inocentes, el filme de Gibson se sumaba a esa nueva oleada de películas que intentaban descifrar los mecanismos de la justicia estadunidense y las fallas de la ley.

Al igual que en otros dramas similares como: Pena de muerte, Ojo por ojo y La raíz del miedo, se abordaba aquí, la crítica a un sistema legal incapaz de llevar a buen término la justicia, cuya efigie, aparece carcomida en el muro de un juzgado en la primer secuencia del filme. No obstante, realizador y guionista abandonaron pronto cualquier asomo de juicio crítico, para colocar su relato en medio de una frenética persecución que se inclina más por la emoción y el suspenso que por la razón.

La jurado (1996, Dir. Brian Gibson)

Moore encarna a Annie Laird, escultora independiente y madre soltera de un adolescente que acepta ser parte de un jurado que evaluará a un peligroso capo y narcotraficante neoyorquino, un tal Boffano (Michael Rispoli) a quien se responsabiliza del brutal asesinato de un anciano y su nieto. Es entonces, cuando aparece El Maestro (Baldwin), una suerte de limpiador de la mafia, cuyo trabajo es chantajear y aterrorizar a Laird, para que declare inocente a Boffano y consiga sembrar la duda en los demás miembros del jurado.

Hasta ahí, todo funciona como mecanismo de reloj: los mafiosos vulgares y detestables, el individuo incapaz de cumplir con su deber ciudadano debido a un sistema corrupto y violento y el eficaz extorsionador independiente que se vale no sólo de la sicología y la brutalidad, sino de un equipo sofisticado para conseguir lo que desea. Sin embargo, falta la parte para lucimiento de Moore: Boffano sale libre por falta de pruebas y Laird le tiene preparada una sorpresa a su acosador. Lo pone en contra de Boffano; sin embargo, El Maestro resulta una verdadera máquina de matar y se convierte entonces en la peor de sus pesadillas.

La jurado (1996, Dir. Brian Gibson)

Responsable de controvertidas miniseries televisivas como: La vida de Josephine Baker o La guerra de las drogas: El caso Camarena, así como la eficaz cinta biográfica sobre la cantante Tina Turner: Tina, Brian Gibson elabora un entretenido thriller de violencia y emoción que oscila entre lo previsible y lo maniqueo. No obstante, entre sus curiosidades, se encuentra no sólo la presencia de James Gandolfini y Rispoli, en breve, futuras figuras de la aclamada serie televisiva: Los Soprano (1999-2001). Las secuencias climáticas filmadas en Metepec y Tepoztlán, Morelos, aunque se supone se trata de un remoto pueblo guatemalteco, donde El Maestro acecha a Laird y a su hijo y en donde sale a relucir el “folclor” y el “exotismo” mexicano/centroamericano. En ese sitio de exuberante vegetación, se vive una fiesta mortuoria permanente, entre calaveras, máscaras y fiebre espiritualista; un escenario exotista para la violenta catarsis final. La jurado se estrenó el 31 de mayo de 1996 en los extintos cines: Miramontes, Lumiére Zona Rosa, Viveros 2001 y varios más.