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Conferencia Las Imprescindibles de Carlos Monsiváis

Jorge Volpi comentó que Carlos Monsiváis fue muchos Monsiváis. Destacó el entorno en el que se desarrolló en la ciudad de México: un ambiente marginal, protestante, distinto. Ese entorno le permitió desarrollar la capacidad de ver a México desde fuera y desde dentro, porque Monsiváis estaba fuera del patrón de la cultura mexicana impregnada de machismo y de un fuerte matiz católico.

El director de Canal 22 considera que Monsiváis aprendió esa mirada distante, crítica y aguda de Salvador Novo; señala que existe una tradición intelectual de pertenecer a una cultura y mirarla desde fuera. En ese sentido, planteó que Monsiváis usó la ironía como medio para acercarse a esa realidad monolítica de su tiempo.

Asimismo, aseguró que el escritor y ensayista fue una figura emblemática de la cultura popular que él mismo exploró, y que supo trasladar su propia figura a la sociedad mexicana en su conjunto. Monsiváis fue también un actor social imprescindible para entender al México contemporáneo, sobre todo después del movimiento estudiantil de 1968, continuando por el proceso electoral de 1988, el alzamiento zapatista en 1994 y la victoria de la izquierda en la capital del país en 1997.

"Fue un luchador incansable de las causas de las minorías y nos legó una mirada crítica e irónica desde la cual reinterpretó el México contemporáneo a través del cine. Monsiváis nos describió como personajes y testigos de un melodrama que no terminamos de cerrar", apuntó.

Por su parte Carlos Bonfil, curador de las 12 cintas que integran el ciclo, introdujo su ponencia con la siguiente descripción: "el enorme cinéfilo que fue Carlos Monsiváis evitaba por todos los medios asistir a una sala comercial".
Bonfil continúa su ponencia explicando las razones por las que Monsiváis huyó de las salas de cine: "antes de la proliferación de los complejos cinematográficos y de la invasión de esas luciérnagas molestas que son los teléfonos celulares en la obscuridad de una sala, Carlos había abandonado las idas al cine, incluso la frecuentación de ciclos y muestras en la Cineteca Nacional, o las de algún festival  en cualquier parte del mundo.

Desaparecidos los templos de goce comunitario que ofrecen los cines capitalinos – Cosmos, Gloria, Estadio, Roble, París, Edén, Mariscala, Olimpia- el placer de cinéfilo tuvo para él un sólo recinto posible, la sala de su casa y su público, el que formaban, en visitas rituales, sus amigos cómplices: Iván Restrepo, Margo Su, Alejandro Brito, Marta Lamas, Consuelo Sáizar, Sergio Pitol, entre muchos otros. Esa sala de cine improvisada llevaba el nombre de Emma Roldán, como un homenaje a una segunda (aunque muy primerísima) figura del cine nacional."

Tras esta descripción, Bonfil comentó que las proyecciones se realizaban con un telón frontal de los gatos que se paseaban frente a la pantalla y que al salir de la misma, los espectadores se quedaban con una reflexión "si la mejor película, o la más memorable, no había sido, una vez más, el inagotable estímulo del trato de su anfitrión."

Posteriormente dio inicio la sesión de preguntas y respuestas donde uno de los temas más llamativos fue el de la piratería, el cual se puso sobre la mesa cuando Bonfil explicó que el acervo de Monsiváis bien podría ser señalado como "un depósito de películas piratas muy bien seleccionadas."
El crítico de cine comentó que el escritor consideraba que una forma loable de combatir la piratería era ofreciendo ese material de forma gratuita en la televisión o que se programara, por el mismo costo de 20 pesos, en cineclubs.

Finalmete Bonfil cerró la charla alabando la capacidad de retención de Carlos, quien por cierto era un gran fan de las trivias cinematográficas, "Carlos tenía una memoria con un disco duro imprescionante."

El ciclo Las Imprescindible de Monsiváis exhibe, en el marco de 8º Festival Internacional de Cine de Morelia las cintas El compadre Mendoza (1933) y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1936), ambas de Fernando de Fuentes, de las cuales se exhiben copias restauradas en el marco del FICM; Las abandonadas de Emilio Fernández (1944), Campeón sin corona de Alejandro Galindo (1945), Enamorada de Emilio Fernández (1946), Nosotros los pobres de Ismael Rodríguez (1947), Pueblerina de Emilio Fernández (1948), Salón México de Emilio Fernández (1948),  ¡Esquina bajan! de Alejandro Galindo (1948), El rey del barrio de Gilberto Martínez Solares (1949), Aventurera de Alberto Gout (1949) y Víctimas del pecado de Emilio Fernández (1950).