04 · 07 · 19 Mujer volcán: Chavela Vargas en el cine de Pedro Almodóvar Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Gabriela Martínez @Gabmartivel Gabriela Martínez Antonio Banderas obtuvo el premio a Mejor Actor en el 72° Festival de Cannes gracias a su trabajo en Dolor y gloria (2019), la más reciente película de Pedro Almodóvar. En ella, Banderas interpreta a Salvador Mallo, un cineasta que ha decidido hacer una pausa en su carrera y los recuerdos lo hacen viajar a su infancia, su madre y su primer amor en Madrid durante los años ochenta. Pedro Almodóvar y Chavela Vargas El punto de partida de Dolor y Gloria es la vida del propio Pedro Almodóvar, es un trabajo muy personal donde se puede encontrar el origen de todos esos elementos que han caracterizado el estilo del cineasta español ganador del Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera en el 2000 por Todo sobre mi madre (1999). La figura femenina, los colores saturados, el color rojo e incluso las llamadas “chicas Almodóvar” son algunos de esos recursos que se repiten en la filmografía del cineasta, aunque no son los únicos. Todo sobre mi madre (1999, dir. Pedro Almodóvar) México ha estado presente en algunos trabajos del cineasta. Ya sea en un tapiz, un mantel, un personaje, la talavera, en la música o el tequila, México tiene un lugar en el universo de Pedro Almodóvar. Uno de los vínculos más sólidos que tiene el español con nuestro país, es la presencia de Chavela Vargas en su cine. La cantante de música mexicana, de origen costarricense, forjó una sólida amistad con el cineasta durante el tiempo que Chavela vivió en España, país que la vio resurgir en los años noventa luego de su retiro de los escenarios. La Sala Caracol de Madrid fue el recinto donde su voz volvió a escucharse y Pedro estaba ahí para escucharla. De acuerdo con un texto escrito por el director para despedir a la cantante el día de su muerte, “Ningún ser vivo cantó con el debido desgarro al genial José Alfredo Jiménez como lo hizo Chavela. Chavela creó con el énfasis de los finales de sus canciones un nuevo género que debería llevar su nombre. Las canciones de José Alfredo nacen en los márgenes de la sociedad y hablan de derrotas y abandonos, Chavela añadía una amargura irónica que se sobreponía a la hipocresía del mundo que le había tocado vivir y al que le cantó siempre desafiante. Se regodeaba en los finales, convertía el lamento en himno, te escupía el final a la cara”. Almodóvar incluyó por primera vez una canción suya en Kika (1993). Mientras se escucha Luz de luna, vemos a Verónica Forqué y Bibi Ándersen sentir el desamor y refugiarse en los recuerdos. Kika (1993, dir. Pedro Almodóvar) Dos años después, en 1995, Almodóvar realizó La flor de mi secreto, cinta donde En el último trago musicaliza la catarsis de Leo Macías, interpretada por Marisa Paredes, luego de ser abandonada por su esposo. La flor de mi secreto (1995, dir. Pedro Almodóvar) En Carne trémula de 1997, se escucha Somos para acompañar una escena de sexo entre Elena (Francesca Neri) y Víctor (Liberto Ribal), los protagonistas de una historia de amor imposible. Carne trémula (1997, dir. Pedro Almodóvar) En 2016 Almodóvar estrenó Julieta, donde musicalizó el posible acercamiento entre Julieta y Antía, madre e hija que no se han visto desde hace varios años, con Si no te vas. Julieta (2016, dir. Predro Almodóvar) Al ser Dolor y gloria un proyecto tan personal, Chavela Vargas no podía quedar fuera. Una de las secuencias cuenta con la voz de la cantante interpretando La noche de mi amor para recordar una intensa y apasionada relación de años. Dolor y gloria (2019, dir. Pedro Almodóvar) En su carta de despedida a Chavela, Almodóvar recuerda la vez que la visitó en su casa de Tepoztlán, Morelos, en 2008 cuando vivía frente al cerro de Chalchitépetl desde donde también se veía el volcán Popocatépetl: “En aquella visita también me dijo “estoy tranquila”, y me lo volvió a repetir en Madrid, en sus labios la palabra tranquila cobra todo su significado, está serena, sin miedo, sin angustias, sin expectativas (o con todas, pero eso no se puede explicar), tranquila. También me dijo “una noche me detendré”, y la palabra “detendré” cayó con peso y a la vez ligera, definitiva y a la vez casual. “Poco a poco”, continuó, “sola, y lo disfrutaré”. Eso dijo”. “Adiós volcán” firmó Pedro esta carta publicada por El Deseo, compañía productora que fundó con su hermano Agustín en 1985. Así despidió a su gran amiga, quien gustaba llamarle “esposo en este mundo”, una mujer que bien podría condensar todo lo que la figura femenina representa en el cine de Almodóvar: la imperfección, el dolor, el conflicto, pero sobre todo, la fortaleza.