22 · 10 · 24 Alexander Payne comparte su amor por el cine en una inspiradora clase magistral Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Omar Sosa En el marco del 22º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el aclamado director estadounidense Alexander Payne, Presidente del Jurado de Largometraje Mexicano, ofreció una clase magistral para los cinéfilos presentes. Alonso Díaz de la Vega, Alexander Payne El evento fue presentado por Daniela Michel, fundadora y directora del festival, y moderado por Alonso Díaz de la Vega, crítico de cine y miembro del comité de selección del FICM. “Quiero agradecerle muchísimo a Alexander Payne que esté aquí en Morelia, es un sueño hecho realidad”, expresó Daniela Michel mientras el público recibía al director entre ovaciones. Al inicio de la conversación, Díaz de la Vega elogió a Payne: “Me gusta muchísimo lo que haces en términos de rescatar los valores clásicos del cine. Creo que antes que cualquier otra cosa eres un espectador y un cinéfilo”. Daniela Michel, Alexander Payne, Alonso Díaz de la Vega La charla giró en torno a la pasión de Payne por el cine, una influencia clave en la cinematografía contemporánea estadounidense. “El hecho de preservar y restaurar películas es de suma importancia, porque no se trata de cine, se trata de nuestra herencia humana”, destacó Payne en su primera intervención, subrayando su perspectiva profundamente humanista sobre el séptimo arte. El director compartió con los asistentes cómo desde niño ha estado enamorado del cine, especialmente de las películas antiguas que veía en televisión o en retrospectivas. Con el tiempo, su fascinación se amplió más allá de ser solo un espectador, declarando su profundo aprecio por el vasto universo cinematográfico. “Hay sed de cine en todas partes”, comentó Payne al referirse a la creciente presencia de cinematecas, incluso en ciudades pequeñas. Es cofundador de Film Streams, una organización sin fines de lucro en Omaha, Nebraska, dedicada a fomentar el diálogo y la educación cinematográfica en su comunidad. El director también mostró su preocupación por la falta de educación crítica sobre el cine: “En las escuela educamos a las personas a leer y analizar literatura, pero falta la educación en el medio de comunicar mucho más corriente, que es el cine”, apuntó, señalando que esta carencia contribuye a una hegemonía cultural. Al preguntarle Díaz de la Vega sobre la relación entre lo que ve y lo que crea, Payne respondió: “Mis gustos en cine no tienen nada que ver con las películas que hago, excepto en un sentido de humanismo”. Este humanismo es lo que impulsa su gusto por el cine que encanta y provoca risas, ya que, según él, lo hace más real. “La vida no es así, la vida no es un solo tono”, afirmó al referirse a su preferencia por las películas con una amplia gama tonal. “El cine es el espejo más verosímil de nuestra experiencia, tiene movimiento y tiempo”, explicó Payne, enfatizando que para él es esencial que las películas conecten con la vida de las personas y no con fantasías. Para Payne, el cine es una experiencia transformadora que se disfruta en comunidad. Por ello, subrayó la importancia de preservar los espacios de exhibición y la tradición de asistir a las salas de cine. También destacó la relevancia de apoyar las cinematografías nacionales, ya que son reflejo de la cultura y las historias propias de cada país. Sobre el cine mexicano, del cual ha sido testigo como presidente del jurado, comentó con humor: “Estoy contento de informarles que el paciente está vivo, y muy vivo”. Se mostró entusiasta y optimista sobre la calidad del cine que se está realizando en México. Payne habló brevemente sobre su proceso creativo, describiéndolo inicialmente como irracional. Es cuando llega el momento de producir que empieza a pensar de manera racional, a hacer recortes y editar la historia hasta que sea humanamente producible. Para él, un cine auténtico nace de la capacidad de observar e informar. Ser consciente de lo que nos rodea, verlo con ojos críticos y saber contarlo es fundamental para hacer una buena película. El público quedó encantado con la clase magistral, en la que Payne brilló por su humor único y una humanidad palpable en cada palabra.La charla completa está disponible en nuestra página de Facebook.