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Siete lugares para visitar en Cannes (que no son la sala de cine)

Paula Amor, Coordinadora de Difusión (@Paulitamor)

Cuando uno piensa en Cannes automáticamente piensa en un festival de cine. Sin embargo, hay varios atractivos para disfrutar en esta ciudad de la Costa Azul.

A continuación un breve listado de cosas que hacer:

1. Las playas, en donde además se puede ver una película al aire libre de la sección Cinéma de la Plage.

2. Caminar por la costa y el Boulevard La Croisette, uno de los lugares más renombrados con hoteles, restaurantes, tiendas y muchas palmeras.

3. Abierto en 1929, el Grand Hyatt Cannes Hôtel Martinez es uno de los hoteles más famosos, en el cual se hospedan muchas de las celebridades que asisten al Festival de Cannes. Está ubicado en La Croisette y su estilo art deco hace que valga la pena visitarlo.

4. En el lado oeste del Palais des Festivals se encuentra el viejo Cannes. Se recomienda caminar por la Rue St-Antoine y subir por Le Suquet para una vista panorámica de la ciudad. Al lado se sitúan la capilla de Notre-Dame d'Espérance y la fortaleza antigua Castre. En esta zona también se encuentra el Marché Forville, uno de los mercados más importantes de la región.

5. Îles de Lérins: a solo quince minutos en ferry está la Île St-Marguerite, un buen lugar para escaparse de las multitudes y rodearse de la naturaleza. Esta isla es conocida por sus playas, los eucaliptos y el Musée de la Mer (Museo marino). El Fort Royal está dentro de la isla y servía como el punto principal de defensa de la ciudad, cerrando el paso a los piratas. Aquí estuvo preso “El hombre de la máscara de hierro”. Otra pequeña isla es Île St-Honorat, que ha sido un monasterio desde el siglo V, en donde se pueden visitar la iglesia y las ruinas caminando por los viñedos de los monjes.

6. La obra religiosa más importante de la ciudad es la iglesia ortodoxa de St-Michel Archange, construida en 1894 y que recuerda la presencia rusa en este lugar.

7. Cannes cuenta con una oferta culinaria digna de explorarse, un clásico es ir al restaurante Astoux et Brun y pedir una fuente de mariscos.

Así, la sede de unos de los festivales más importantes del mundo tiene mucho más que ofrecer además de cine y glamour.