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Realizadores FICM 2016: Pablo Chavarría Gutiérrez

Estudió Biología en la Universidad Autónoma de Nuevo León. En 2013, recibió la beca Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes por el proyecto Las Letras. Entre sus obras se encuentran las películas Terrafeni (2012), Tapetum Lucidum (2013), El resto del mundo (2014), Alexfilm (2015) y Las letras (2015), con las cuales ha recibido diversos reconocimientos. Su trabajo se ha exhibido en festivales internacionales como CPH:DOX, Fic Valdivia, FICUNAM, Festival dei Popoli, BAFICI, Punto de Vista, Mar del Plata, Ambulante, Frames of Representation, Transcinema, Márgenes, entre otros. Las letras es parte de la Sección de Documental Mexicano de la Selección Oficial del 14º FICM.

¿Qué fue lo que te llevó a hacer este documental?

Creo que uno filma impulsado por el deseo de entrar en un proceso de  transformación. En este caso me pareció que el encuentro con Alberto Patishtán y su historia iban a permitir que se suscitaran todo tipo de experiencias y preguntas que iban a afectarnos y, por tanto, dejar algo de esa experiencia sensible y de pensamiento impresos en la película.

¿Cuál fue el mayor reto que enfrentaste para realizarlo?

Un filósofo argentino decía en una entrevista que “se es militante por intensificación inmanente del oficio”. ¿Qué nos puede decir esto sobre el oficio de cineasta y de su quehacer? Durante toda la etapa de filmación y desde que se comienza a imaginar la película hasta su culminación en la edición (e incluso después), uno no deja de “arder en preguntas” (Artaud), por tanto “los retos” se presentan en todo momento.

¿Qué director y película te han inspirado y por qué?

Sería injusto e insuficiente acotar toda una red compleja de influencias que inspiran la creación en unos cuantos nombres y que tienden a convertirse en lugares comunes. Las charlas con amigos y desconocidos, libros, música, pintura, ciencia, la lluvia y el paisaje de San Cristóbal de las Casas, etc. Al filmar se cuela de todo.

Las letras

En junio del año 2000, en la región de los altos de Chiapas, tomó lugar una emboscada contra una patrulla en donde policías fueron asesinados. El profesor tzotzil Alberto Patishtán fue arbitrariamente señalado como culpable de este evento y sentenciado a 60 años en prisión. A través de una exploración sensorial de memoria y evocación, esta película escarba en el espíritu y las entrañas de esta historia.