10 · 10 · 16 Realizadores FICM 2016: Izabel Acevedo Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Nació en la ciudad de Guatemala el 6 de Abril de 1981, donde estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD). Más adelante cursó la especialidad en realización cinematográfica en la Ciudad de México en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Estudió en el posgrado de Guión de Largometraje en la Escuela de Cinema i Audiovisuals de Catalunya, España (ESCAC). El buen cristiano forma, parte de la Sección de Documental Mexicano de la Selección Oficial del 14º FICM. ¿Qué fue lo que te llevó a hacer este documental? De manera muy abstracta puedo decir que lo que me llevó a hacer este documental, es haber nacido a inicios de los años ochenta, durante el pico de violencia de las dictaduras militares en Guatemala. De alguna forma mis padres y amigos de la familia, siempre se refirieron a esos años, que también son los primeros años de mi infancia, como un período de oscuridad profunda. De allí viene esa curiosidad de conocer a fondo las causas y las consecuencias de que en Guatemala se haya cometido genocidio entre 1982 y 1983. Desde hace varios años empecé a darle vueltas para realizar un documental sobre las personas que tomaron las desiciones en esos años. Esa idea aún estaba en desarrollo cuando se anunció la apertura del histórico juicio por genocidio contra el ex-mandatario de facto Efraín Ríos Montt. ¿Cuál fue el mayor reto que enfrentaste para realizarlo? Hubieron dos retos importantes. Uno logístico relacionado al juicio por genocidio, el cual fue la primera parte que grabamos del documental. Al ser un juicio que involucraba a un sector poderoso de Guatemala, fue suspendido varias veces, se cancelaron audiencias por distintas razones, etc. En ese marco, era muy difícil hacer un plan de rodaje y obtener la información de lo que iba a suceder cada día y así poder colocar las cámaras. Tuvimos que estar ultra informados, hablar con todo tipo de personas. Llegar muy temprano e irnos muy tarde del lugar donde todo estaba sucediendo. A veces detener el rodaje por varios días o reanudarlo de manera imprevista, aún cuando no teníamos los recursos suficientes. Más adelante surgió otro reto importante relacionado a las entrevistas. El documental contiene entrevistas a militares retirados y otros ex-funcionarios que rodearon a Ríos Montt durante su mandato. Para poder ser recibidos por ellos y hacer entrevistas que valieran la pena, tuvimos que entrar en un estado mental y físico de neutralidad total para no ponernos a la defensiva y mantener un tono afable y cotidiano en sus respuestas. Ese fue un verdadero reto, ya que durante meses tuvimos que medir y controlar todas nuestras palabras, acciones, vestimentas…y al entrevistar alejar todos los prejuicios y enfocarse en las verdaderas preguntas. Dejar fluir la curiosidad auténtica, sin permitirme a mí misma acusar implícitamente. ¿Qué director y película te han inspirado y por qué? Este documental tiene una fuerte influencia de Errol Morris, que tiene la capacidad de hacer un documental gigante de una sola entrevista a un personaje clave de la política internacional. Ver sus películas me hizo pensar en algo fundamental para hacer mi documental: detrás de las acciones o desiciones que puede tomar un país frente a otro, hay seres humanos complejos y vulnerables. En ese caso, si queremos entender las razones por las cuales sucedieron determinados hechos, tenemos que conocer a los seres humanos que pensaron y decidieron al respecto. Estas reflexiones me llevaron a investigar sobre Hannah Arent y sus trabajos sobre la Segunda Guerra Mundial. Éstos fueron mis pilares que permitieron que pudiera liberar mi intuición y las emociones sobre la guerra en Guatemala. El buen cristiano En 2013, se realizó en Guatemala a puertas abiertas el primer juicio por genocidio en toda América. El ex-mandatario E. Ríos Montt fue juzgado junto a quien fuera su jefe de inteligencia en 1982. Más de cien Ixiles se presentaron a declarar, entre ellos Francisco Chávez, quien tenía seis años durante el mandato de Ríos.